SOCIEDAD
los resultados preliminares son muy alentadores

Avanzan los ensayos del primer tratamiento efectivo contra la enfermedad de Alzheimer

La plasmaféresis, el filtrado de componentes de la sangre, es un tipo de tratamiento que se utiliza hace años como terapia para diversas enfermedades. Recientemente, en diversos centros médicos, incluidos los de la Argentina, se está probando su efectividad contra el Mal de Alzheimer, una patología en crecimiento global y que no tiene una cura efectiva. Los resultados que está mostrando este tipo de terapia son promisorios y sirven para enlentecer el avance de la enfermedad personas con Alzheimer suave o moderado. Los médicos se esperanzan, pero advierten que aún falta ponerlo a punto.

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Cambios. Los resultados del estudio Ambar, que elimina la proteína dañina del torrente circulatorio y disminuye el deterioro funcional y cognitivo de los pacientes con Alzheimer suave o moderado. Es un nuevo camino para tratar enfermedades degenerativas. | cedoc

Aunque los médicos identificaron al Mal de Alzheimer por primera vez en 1906, en apenas un siglo se transformó en una de las patologías centrales de la salud pública. La razón es simple: hoy hay en el mundo 50 millones de personas diagnosticadas –al menos 500 mil en Argentina– y es la causa más común de demencia asociada a la edad.

Según los expertos, el 10% de los mayores de 65 años padece algún grado de demencia y alrededor del 75% de esos casos es Alzheimer. La cifra aumenta con la edad y cerca del 40% de los mayores de 85 años tiene alguna demencia. Y –otra vez– la incidencia central es por este mal. Y lo peor es que los médicos apenas disponen de un puñado de tratamientos sintomáticos y nada capaz de cambiar el curso de la enfermedad. Hasta ahora.

“Para esta patología la medicina solo contaba con algunos medicamentos para aliviar síntomas como la depresión, el delirio o algún trastorno de lenguaje. Pero prácticamente nada que frenara o cambiara el curso de la enfermedad”, le resumió a PERFIL Fernando Taragano, psiquiatra, investigador del Conicet y miembro del comité científico de la ONG ALMA (Asociación Lucha contra el Mal de Alzheimer).

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Sin embargo, hace unos años comenzaron a usarse algunos medicamentos sofisticados y caros –anticuerpos monoclonales– que mostraron que, en ciertos casos, podrían enlentecerla. “Pero estas terapias no son, por ahora, una salida ya que mostraron una eficacia del 30% para hacer más lento el progreso de la enfermedad”, explicó Taragano. “Ayuda a ganar de vida autónoma para el paciente a través de una eliminación química de las proteínas “enfermas” responsables de la enfermedad y que circulan en su sangre”.

Pero esta opción farmacológica mostró sus riesgos: casi el 40% de los pacientes que la recibieron tuvieron que suspenderla por los peligrosos efectos secundarios que les provocaba.

Mientras otros científicos intentaban otros caminos. “En 2020 se publicaron los resultados de estudios de plasmaféresis para el tratamiento del Alzheimer. Esta técnica, que se utiliza hace ya muchos años en otras patologías, implica filtrar la sangre para extraerle moléculas dañinas. Lo cierto es que mostró muy buenos resultados preliminares para Alzheimer”, le comentó a PERFIL el neurólogo Guido Dorman, miembro del staff de Neurogerontopsiquiatría y de la Clínica de la Memoria de Ineco.

De hecho, según Taragano, los estudios hasta ahora publicados demostraron un enlentecimiento de la enfermedad de entre el 50% y el 70% y podría beneficiar a uno de cada cuatro argentinos con el diagnóstico. Algo que, todavía bajo el paraguas de "protolocos de investigación", ya se está probando en Argentina.

Pero eso no es todo. El tratamiento de plasmaféresis ‘saca’ del cuerpo del enfermo las proteínas dañinas con un mecanismo diferente al de los anticuerpos monoclonales. Y, por eso mismo, desata menos efectos secundarios. “De hecho”, enfatizó Taragano, “la tasa de personas que entraron en estos protocolos de investigación y luego tuvieron que abandonarlos por los efectos secundarios fue baja: apenas el 1%”.

Otras de las ventajas que tiene este approach al posible tratamiento del mal es que la medicina usa plasmaféresis desde hace décadas en diversas enfermedades del sistema inmune, patologías reumatológicas y afecciones hematológicas, entre otras. Por lo tanto, “a esta altura son técnicas seguras, que se pueden instrumentar en forma ambulatoria y no requieren de quirófano. Basta un consultorio acondicionado y médicos entrenados”, explican los expertos.

Así, la aceptación global de la plasmaféresis como tratamiento estándar para el Alzheimer debería ser un proceso más simple que el largo camino de aprobación que debe recorrer cada nuevo medicamento. De hecho, hace dos semanas se publicó un artículo en una revista científica de alto nivel, en el que, por primera vez, se menciona la guía –basada en evidencia– sobre cómo y cuándo usar esta práctica en Alzheimer ‘suave’ o ‘moderado’. Esta publicación es un espaldarazo.

Todo eso no significa que la plasmaféresis esté exenta de complicaciones que deben ser resueltas. “Por lo pronto, es un tratamiento seguro, pero no es barato y su cobertura seguramente despertará controversia”, predicen los expertos. Además, en cada intervención de filtrado el plasma debe ser “recambiado”, y la producción abundante de este insumo no está completamente solucionada por la industria.

Por otra parte, aún faltan discernir detalles. Porque si bien ha mostrado resultados, todavía resta determinar por cuánto tiempo hacerlo, cuándo es recomendable y cuándo no, y en qué pacientes y con qué estado de avance resulta beneficiosa. Más allá de la sintonía fina por delante, los expertos coinciden: “Por primera vez, disponemos de una opción que parece ser un verdadero ‘game changer’ para cambiar el curso de una enfermedad incurable y que genera un enorme impacto económico, social y afectivo”.

 

Fútbol vs. pérdida de memoria

Cuando la mente de una persona sufre deterioro cognitivo, la clave de la “resistencia” –la autonomía y la memoria a largo plazo– reside en la “reserva cognitiva” cerebral. Cuando más ‘reservas’ haya, mejor podrá afrontar la situación. Para generar estas reservas en el Alzheimer, es posible recurrir a estimulaciones mentales que generan impacto emotivo y que han demostrado su efectividad terapéutica. Es el caso del proyecto Fútbol vs. Alzheimer, que recurre a la lectura y a la visión y escucha de materiales periodísticos sobre partidos, finales  y campeonatos de fútbol que dejaron huellas en la memoria colectiva; sumado a cierta ejercitación específica. “Es una técnica efectiva, económica y que cualquiera puede aplicar con hasta ocho pacientes simultáneamente”, resumió Taragano. “En la primera edición que hicimos comprobamos mejoras concretas, en hombres y mujeres, al estimular y devolver identidad y memoria a las personas con cierto deterioro cognitivo,”. En la primera edición, hecha en septiembre de 2019, comprobaron con estudios cuantitativos posteriores que el 66,4% de los pacientes que la utilizaron tuvo un impacto positivo, por haber podido estimular sus reminiscencias.