Una niña argentina de tres años cayó el fin de semana de una baranda en el aeropuerto de Rio Janeiro y quedó en terapia intensiva. Mientras se recupera, sus padres culpan al aeropuerto y el Instituto de Defensa al Consumidor local inspeccionó el lugar y denunció haber detectado varios huecos de hasta 21 centímetros entre las barandas y las escaleras mecánicas.
Según su familia, la nena, llamada Camila, está lúcida y mejorando en terapia intensiva, pero se queja de las irregularidades de la terminal que casi le cuesta la vida a la niña. El accidente ocurrió el sábado mientras esperaban hacer el check in en el Aeropuerto Antônio Carlos Jobim, el más grande de Río de Janeiro.
"Habíamos hecho un city tour por la ciudad y llegamos al aeropuerto alrededor de las 16. Estábamos esperando para hacer el check in a las 20 y salir a las 22. Yo estaba sentado en el fast food y mi mujer subió con los chicos para comprar algunas cosas. Mi hija se apoyó en el pasamanos de la escalera y fue empujada hacia atrás; cuando intentó apoyarse dio con un espacio vacío y cayó", contó Marcelo Palacios, padre de la nena, en una entrevista al diario O`Globo.
Al día siguiente, ese vacío, que según defensa del consumidor es de 19 centímetros, fue ocupado con un cenicero y un mástil móvil. "Hicimos una prueba y descubrí que yo paso por ese vacío tranquilamente", contó a O’Globo Fábio Domingos, director de P+rocon R-J, el instituto de Defensa al Consumidor local que inspeccionó el aeropuerto de Galeão, manejado por la empresa estatal Infraero.
Por su parte, el presidente del Consejo Regional de Ingeniería y Agronomía, Agostinho Guerreiro, dijo que un hueco de 19 centímetros no sigue los parámetros de la Asociaciones Brasileña de Normas Técnicas.