SOCIEDAD
Efemérides 7 de julio

Eduardo Falú nació hace 100 años y vibraron las cuerdas de la patria

Folkloristas puro y maestro en perfeccionar ese don natural llamado “oído”, el guitarrista salteño elevó a las cimas del arte todos los ritmos de Argentina. Cómo se lo recordará.

Eduardo Falú
Eduardo Falú | Cedoc Perfil

Si es cierto que Jorge Luis Borges le puso poesía a la milonga y el malevaje, también lo es que el salteño Eduardo Falú, nacido hace 100 años, le puso música a toda la patria.

Romance de la Muerte de Juan Lavalle, junto a Ernesto Sábato y José Hernández, a partir de los ensayos de Jorge Luis Borges son sólo algunas muestras de su épica folklórica de largo aliento, pero no fueron los ambiciosos sus únicos pentagramas ya que Eduardo Falú le dedicó algún compás a cada guijarro del territorio nacional.

Eduardo Falú, el salteño de Metán que le cantó a Catamarca, a las golondrinas y el jacarandá, al platero y la tabacalera, a la partida y la resolana, a la nostalgia, el viento y el amor, hizo de la zamba un ritmo esencial y llevó el folklore argentino a su punto más alto.

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Eduardo Falú con Atahualpa Yupanqui y Pinky
Eduardo Falú, Pinky y Atahualpa Yupanqui.

“Argentinísimo” como pregonaban las dos películas de Fernando Ayala y Enrique Olivera -que Falú musicalizó en 1972 y 1973. El también lo decía, con ese orgullo contagioso que tenía, “mire que es lindo mi país” tal como rezaba otra de sus participacions cinematográficas junto a la plana mayor del producto "Argentina" como marca de origen: Ariel Ramírez, Atahualpa Yupanqui, Ramona Galarza y Luis Landriscina.

Con Jaime Dávalos compuso para Los Chalchaleros, sobre todo pero no exclusivamente, Zamba de La Candelaria, La Caspi Corral, Las golondrinas, Trago de sombra, Tonada del viejo amor, Río de tigres, Renacer, Amor, se llama amor y Milonga del alucinado.

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Eduardo Falú derramó generosamente la jerarquía de su sello de musicalizador entre otros escritores: Manuel Castilla, León Benarós, Osiris Rodríguez Castillos, Hamlet Lima Quintana, por mencionar sólo algunos con los que trabajó para musicalizar sus obras.

Eduardo Falú nació hace 100 años

Con Juan y Fada, sus padres humildes y trabajadores de origen sirio, lo más probable era que Eduardito trabajara en el almacén de ramos generales de la familia, pero su buen oído para la música hizo que aprendiera a tocar la guitarra solo. Su pasión conmovía tanto que al final, en 1937, tuvo la bendición paterna para ir a estudiar música a Salta.

Eduardo Falú
Eduardo Falú, con su guitarra inseparable.

Y entonces, para honor del folklore argentino, a su don innato sumó la formación académica. No hay melodía de tierra adentro que no haya dominado a la perfección: zamba, carnavalito, malambo, chacarera, chamamé, bailecito, vidala e incluson la milonga.

Hasta su muerte, el 9 de agosto de 2013, su guitarra brilló con tono propio en solos instrumentales como Choro del caminante, Camino a Sucre, la magistral Trémolo, e incluso los arreglos a la zamba La cuartelera y la Suite Argentina. Desde los Andes hasta las Malvinas, sus cuerdas no pasaron por alto ninguna de las geografías argentinas y unieran la música académica.

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Con Falú vibraron las cuerdas de la patria

Desde Cerro Guanaco (1959) hasta Perón, sinfonía de un sentimiento (1999) de Leonardo Favio y pasando por Cosquín, amor y folklore (1965), dejó sus pentagramas en la musicalización de doce películas argentinas.

Dos premios Konex (de Platino, en 1985) y otro post mortem, en 2015, una condecoración de Honor al Mérito en Perú, y varias ciudadanías ilustres en Rosario, Santa Fe, Córdoba y su querida Salta reflejan su inmensa huella musical que, en vísperas del centenario de su nacimiento, su propia familia propulsa.

Eduardo Falú
Eduardo Falú y a su inquiera, Ariel Ramírez.

Su sobrino, Juan Falú, también guitarrista y compositor, es quien impulsa desde hace tres meses una saga de reconocimientos a su tío famoso, “una figura de una estatura increíble en la historia de la música argentina e inclusive en la historia de la guitarra en el mundo”, tal como le dijo a Telam ya el año pasado, y no se equivocaba.

Por propia iniciativa, Juan Falú gestionó con el Ministerio de Cultura de la Nación, una serie de festejos que arrancaron a fines de abril en el Centro Cultural Borges, siguieron en la Cúpula del CCK, pero alcanzarán su máxima expresión el domingo 9 de julio, en el Auditorio Nacional.

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Ese día, un cuarteto integrado por Lilián Saba (piano), Marcelo Chiodi (vientos), Facundo Guevara (percusión) y el mismo Juan Falú como guitarrista ejecutará diversos temas de Eduardo Falú acompañados por las voces de Teresa Parodi, Liliana Herrero, Nadia Szchaniuk, Juan Quintero, Carlos Martínez y Carlos Moscardini.

Sus restos descansan en el Panteón de la Sociedad Argentina de Autores y Compositores en el Cementerio de Chacarita, en Buenos Aires.

“Cuando la luna lloraba, astillas de plata la muerte del sol”, cantaba Falú en uno de sus versos más sentidos, una premonición.

 

MM.