Cuando su marido fue electo presidente, María Lorenza Barrenechea todavía tenía la costumbre de salir por las calles de Chascomús en jeans, camisa y alpargatas. Elsa Serrano fue la encargada de pulir su estilo bonaerense para llenar su placard de faldas y sombreros dignos de una primera dama. “El primer contacto fue el 31 de octubre de 1983. Yo no estaba en Buenos Aires, sino en Roma y me llamaron para vestir a ella y a toda la familia Alfonsín a partir de noviembre”, recordó la diseñadora.
Está tan indisolublemente ligada al estilo menemista que cuesta imaginar que sea amiga de sus predecesores. Sin embargo, Serrano fue de las pocas presencias admitidas al día siguiente de la muerte de Alfonsín en el departamento de avenida Santa Fe para saludar a la viuda del ex presidente.
“Cuando me enteré de la muerte del doctor Alfonsín, mi primera reacción fue ir a ver a la familia, pero preferí esperar a que se calmara todo un poco. El miércoles a la mañana pasé a saludar a María Lorenza. Estaba muy triste, muy triste, pero cuando me vio, me dio un beso y me dijo: ‘Ahora estoy en paz’”, aseguró a PERFIL.
Su delicada salud le impidió participar de las exequias en el Congreso y también del entierro. Tiene 82, problemas de visión y dificultad para caminar. Ya hace algunos años que se mueve poco y se ayuda con un andador.