“Buenos días... buenos días, más o menos”, saludó en la mañana del sábado la periodista Sandra Russo en su programa de radio que se emite por Del Plata. “No sé si ustedes vieron la tapa de Clarín. Yo, lamentablemente, sí la vi”, dijo para referirse al secuestro virtual del que fue víctima el jueves por la noche y que ayer fue revelado por el matutino. Russo no ocultó su malestar: “Quería dejarlo en reserva”, aclaró antes de hacer un relato de lo sucedido.
“Me llamaron a la madrugada, como a tanta otra gente. Son llamados que creo que se hacen al voleo y tiene que coincidir lo que te dicen con tu realidad. De 10 o veinte llamados, 18 no coinciden porque uno tiene una hija y no un hijo, o tiene un hijo, pero está durmiendo en su casa o porque está con alguien en ese momento de la llamada y esa persona puede localizar al hijo en cuestión. Bueno, yo no pude porque estaba sola”, comentó.
“Traté con la otra mano de mandar un WhatsApp a mi hija a ver si estaba bien y no tuve respuesta. Y te puedo asegurar que entrás. El terror te hace pensar que tenés a un tercer ojo mirando lo que vos hacés. Y lo que escuchás cuando te despertás no es la voz de un tipo diciendo ‘tengo a tu hija’, lo que escuchás es la voz de una chica gritando que la van a matar y ahí se mueren las palabras”, contó.
“Yo entregué 50 mil dólares que era de la sucesión del papá de mi hija que falleció hace tiempo y ese era el dinero de mi hija realmente, pagó ella su propio rescate. Uno quiere entregar lo que tiene, lo que no tiene, lo que se imagina, entrás en un grado de terror y de anestesia de la inteligencia”, dijo. “Clarín, evidentemente, tuvo acceso a la denuncia porque están todos los datos”, se quejó e insistió: “Pedí expresamente a la Comisaría 23ª que mantuviera la reserva porque son llamados al voleo y el chorro no sabe que era yo”.
Enojada, la panelista de 678 avisó: “Yo quiero averiguar si fueron fuentes policiales o judiciales las que le pasaron la información a Clarín. A mí me perjudican, esto me revictimiza y me parece un grado de irresponsabilidad enorme porque esa información se mercantiliza. Y no entro a los comentarios de ese diario y de otros, pero yo sé a qué exponen cuando publican esas cosas, a qué especulaciones, a qué vómitos de odio”. Al conocerse la noticia, las redes sociales se llenaron de comentarios al respecto.
“Pensé que mi hija realmente estaba en peligro”, dijo Russo quien cree que “alguien sacó unos mangos con esto”. “Tengo que pedir otra cosa de la Justicia y de la Policía. No del periodismo, porque sabemos que del periodismo que estamos hablando es una bosta”, concluyó.
La autora de la biografía de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner también habló de los delincuentes que la engañaron: “No es un delito cualquiera... es un delito sádico, hay un goce”.