La argentina Andrea Salas, una de las tripulantes rescatadas del crucero que naufragó esta madrugada en la Antártida, dijo que la evacuación del buque se realizó "con mucha tranquilidad", sin escenas de pánico, y ratificó que los 154 pasajeros y tripulantes salieron sanos y salvos de la odisea.
Indicó sin embargo que los momentos más difíciles fueron los vividos las "tres o cuatro horas" que estuvieron aguardando el rescate en los botes salvavidas, donde soportaron mucho frío.
"Había viento y hacía mucho frío, y por el oleaje estábamos mojados", relató Andrea a radio Continental desde el buque noruego "Nordnorge" que los rescató y los conducía hacia la base antártica chilena Frei, en la isla 25 de Mayo, al sur de las islas Shetland.
La joven, que vive en el barrio de Caballito, y que formaba parte de la tripulación, ya que trabajaba como asistente de la expedición que se encarga de los desembarcos, señaló que le sorprendió que en todo momento los pasajeros actuaron con calma, evacuaron en orden y que "no hubo paniqueo".
Relató que cerca de la medianoche, cuando ella se encontraba "en el bar, tomando algo con sus colegas y otros pasajeros" vieron gente que subía desde las cabinas más bajas, mojados y gritando "Hay agua!".
Minutos después desde los altavoces se les informaba que el barco había chocado contra una formación de hielo pero que la situación estaba controlada.
Andrea relató que "el golpe era más o menos normal, porque se navegaba entre hielo y había golpes frecuentes", pero que poco después el capitán les alertó que un iceberg se acercaba al barco y que esperaba que "el viento lo alejara", cosa que no ocurrió y se produjo la colisión más grave.
"Allí sí tuvimos que evacuar inmediatamente porque el barco ya estaba bastante inclinado del lado derecho", recordó Salas, quien señaló que los pasajeros siguieron ordenadamente las instrucciones de la evacuación.
El "Explorer", que hoy tenía que atracar en la base Puerto Esperanza, se hundía rápidamente por el ingreso de agua, dijo la tripulante, que desde su bote salvavidas alcanzó a fotografiar y filmar el naufragio.
" Quedamos sorprendidos porque hubo una paz y un comportamiento 'superbueno' de los pasajeros que no 'paniquearon' y se quedaron muy controlados todo el tiempo", dijo la joven, que es abogada pero no ejerce su profesión.
Dijo que afortunadamente cuando abordaron las balsas de rescate, aunque el mar "estaba un poquito más movido y con viento, no llovía ni nevaba y empezaba a amanecer, por lo que teníamos luz, por suerte porque dentro de todo, fue bueno".
Indicó que después de "tres horas y media a cuatro" de espera en los botes, "llegaron dos barcos, el noruego y uno de la National Geographic", pero se decidió que abordaran el crucero.
Sostuvo que esa espera antes del rescate fue la parte más difícil de la aventura que les tocó vivir, porque " hacía mucho frío y si bien estábamos muy abrigados, como estábamos quietos y nos mojábamos, obviamente hacía mucho frío".
Señaló que dos personas sufrieron hipotermia pero fueron enseguida atendidas al abordar el buque noruego.
Fuente: DyN