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Tomando mate con Fidel

Referirse a Fidel es hablar de Cuba de los últimos 50 años; y de una marca para toda una generación de jóvenes en el mundo, particularmente latinoamericanos, y en especial argentinos. La Revolución cubana fue, para los de mi generación, aunque yo tenía nueve años en ese momento, una impronta que nos acompañó durante los años 60, al aproximarnos a la política.

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Referirse a Fidel es hablar de Cuba de los últimos 50 años; y de una marca para toda una generación de jóvenes en el mundo, particularmente latinoamericanos, y en especial argentinos. La Revolución cubana fue, para los de mi generación, aunque yo tenía nueve años en ese momento, una impronta que nos acompañó durante los años 60, al aproximarnos a la política.
La primera vez que estuve en Cuba fue en plena dictadura militar. En diferentes ocasiones pude, en el marco de iniciativas de las juventudes políticas, o vinculadas con el antiimperialismo, compartir encuentros muchas veces multitudinarios, y otros más reservados, con Fidel. Pero el más destacado, y que más me marcó, fue una larguísima conversación que tuvimos por unas 6 horas, allá por 1987, cuando pudimos compartir asado y mate en La Habana. Allí pude verle las facetas humanas, su amplísimo conocimiento de la situación no sólo cubana sino mundial, y particularmente la relación de afecto que tenía con Argentina y con el Che, que impactó no sólo en la Revolución cubana sino en su conocimiento de la costumbres argentinas, incluido el mate. 
Estas son anécdotas personales, pero ayudan a entender la personalidad de un líder. Fidel es el último gran líder viviente del siglo XX de la humanidad. Esto produce sensaciones contradictorias dentro de los cubanos y de la comunidad internacional. Y muchas expectativas respecto de qué va a pasar en Cuba. Yo aspiro a que dejemos al pueblo cubano que resuelva su propio destino, y que exista la suficiente grandeza y entendimiento por parte de los Estados Unidos para terminar con la política de bloqueo y los intentos de ingerencia en ese país.
El pueblo cubano tiene que resolver, como hasta ahora, qué gobierno, política, presidente, forma de representación y organización económica quiere. Ojalá podamos preservar las conquistas sociales de la Revolución cubana, que son un patrimonio histórico de toda América latina.

*Subsecretario de Integración Económica de la Cancillería y presidente del Frente Grande.