CULTURA

En Rosario, celebran por primera vez la fiesta de Iemanyá

Impulsores de la cultura afro en el país realizaron ofrendas en honor a la diosa del mar. Fotos.

Celebran por primera vez en Rosario la fiesta de Iemanyá
| Telam.

La fiesta popular de Iemanyá, madre del agua y diosa de los pescadores según la tradición afrobrasileña, tuvo su réplica a orillas del río Paraná en la costa norte de Rosario, cuando un grupo de impulsores de esa cultura -ataviado con túnicas blancas y al ritmo de tambores- brindó sus ofrendas de flores y frutos a la deidad pagana que protege a los pescadores y a los cursos de agua.

"Es como la celebración de la Pachamama en el norte de nuestro país, pero es una tradición que trajeron los esclavos africanos cuando llegaron a Brasil", contó Raúl Santa Cruz, desde hace dos décadas profesor de capoeira en el Espacio Cultural Zugú de Rosario e impulsor del festejo.

Esto no les gusta a los autoritarios
El ejercicio del periodismo profesional y crítico es un pilar fundamental de la democracia. Por eso molesta a quienes creen ser los dueños de la verdad.
Hoy más que nunca Suscribite

"Es la primera vez que se hace en Rosario, surgió porque yo estoy dando capoeira con dos profesores más desde hace más de 20 años y quisimos transmitir la cultura afrobrasileña y darle difusión", agregó Santa Cruz.

A partir de la idea de los integrantes del espacio difusor de la cultura afrobrasileña se celebró esta tarde en Rosario, por primera vez, la Fiesta de Iemanyá o Yemanyá, diosa que "reina en el mar y protege los ríos y cursos de agua dulce".

Los 2 de febrero se realiza la celebración en todos los países americanos del Atlántico sur, y la fiesta ya se llevó a cabo en años anteriores en otros lugares del país, como Mar del Plata.

"Protege a los pescadores, a los frutos del mar y del río y también está vinculada a la fecundidad", abundó Javier Mac Donald, también profesor del Espacio Cultural Zugú y organizador de la celebración pagana.

La diosa Iemanyá se simboliza en una mujer con forma de sirena con sus pechos desnudos, "por el tema de la fecundidad y el amamantamiento", completó Mac Donald, mientras un grupo de mujeres y hombres envueltos en túnicas blancas -que representa la pureza- avanzaba a paso lento por la costanera rosarina, ante la mirada incrédula de bañistas y ocasionales visitantes del lugar.

El son de los tambores acompañó a la pequeña caravana que participó de la fiesta pagana, producto del sincretismo entre la cultura africana y la religión oficial brasilera.

"No es una cuestión religiosa, por ahí la gente se confunde con el rito africano y se aleja", advirtió Mac Donald sobre la celebración popular iniciada en los años 20 del siglo pasado en el río Vermelho de Salvador, Bahía, ante la disminución de peces en esa villa de pescadores Efectivamente, se trata de una fiesta popular y no de una misa sacra y solemne.

Cuando los celebrantes llegaron a la altura del balneario Caracolas, en la costa norte rosarina, una red de pescadores comenzó a desplegarse.

"Es la representación de una pujada de red, un acto folclórico de los pescadores, que salían a pescar con una red de arrastre mar adentro y luego tiraban para recogerla desde la costa", explicó Santa Cruz a Télam.

Adornadas con frutos y flores, varias barcazas pequeñas fueron arrojadas al agua del río Paraná en la costa norte de Rosario.

"En Bahía suele hacerse también con vasos con velas, que visto desde arriba de la playa es un espectáculo fantástico de luces", dijo Santa Cruz.

"Esta es una copia bastante fiel, pero en chiquito", acotó el profesor Mac Donald sobre la primera experiencia rosarina en el festejo de la Iemanyá.

Además de adornos, frutos y flores, las embarcaciones llevaban recipientes en los que un rato antes habían sido depositados los deseos de los seguidores de la deidad protectora del agua y los pescadores.

Los integrantes del Espacio Cultural Zugú iniciaron entonces su danza, que estuvo acompañada también por una chica que baila una samba interpretada exclusivamente en la Fiesta de Iemanyá, explicó Mac Donald.

Con la noche ya sobre la costa ribereña rosarina, los seguidores de la diosa del agua siguieron bailando ritmos afro, conformes con su primera celebración local.