POLICIA
el empresario sigue cautivo

Procesan a otro policía por el secuestro de Bergara

Se trata del teniente Diego Maximiliano Costa, que ya estaba detenido. La oferta monetaria de la familia que habrían aceptado los captores.

Leonardo Bergara fue liberado
| Cedoc

El teniente de la comisaría primera de Quilmes Diego Maximiliano Costa, uno de los policías detenidos por el secuestro del empresario Leonardo Bergara, fue procesado con prisión preventiva hoy por su presunta responsabilidad en el caso. La medida fue dictada por el juez federal de Quilmes, Luis Armella, ante un pedido de la fiscal del caso, Silvia Cavallo.

Costa, de 29 años, quien hasta hoy estuvo alojado en la sede de la Delegación Departamental de Investigaciones (DDI) de Quilmes, será derivado al Complejo Penitenciario Federal de Marcos Paz, informó la agencia DyN.

Costa fue detenido el último lunes, en el marco de la investigación por el secuestro de Bergara, quien permanece cautivo desde hace 25 días. Los delincuentes pidieron primero un rescate de un millón de dólares, que luego redujeron a la mitad, y, según trascendió, anoche se habrían comunicado nuevamente con la familia y habrían accedido a aceptar 200 mil dólares.

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El policía, quien se desempeñaba en el servicio de calle de la comisaría primera de Quilmes, fue vinculado a la causa a raíz de una comunicación a su teléfono celular, desde otro desde el cual posteriormente se realizó un llamado a la familia de Bergara para exigir rescate.

El teléfono desde el que se realizó la llamada al número de Costa está a nombre de José Pardini, un ex policía bonaerense que tendría antecedentes penales, quien se encuentra prófugo y con pedido de captura en la causa.

El abogado Diego Martín Alvarez, defensor de Costa, reveló a DyN que hoy presentó en el juzgado un amplio pedido de pruebas para que se determine "la ubicación de las antenas" de las empresas de telefonía celular, para establecer con precisión los lugares donde se encontraban los aparatos de su cliente y el teléfono desde el que se efectuó la llamada.

Alvarez insistió en que a su defendido "le hicieron una cama brutal" y rechazó la versión en cuanto a que en el llamado le preguntaban si le había dado de comer al "chancho", como se denomina en la jerga delincuencial a los secuestrados.