POLICIA
LA CONOCEN COMO “LA MOROCHA”

Tiene 20 años y la acusan de ser la jefa de una banda de falsos policías

La detuvieron en José C. Paz. Creen que su gente robaba cerca de la quinta de la familia Macri y que ella marcaba a las víctimas.

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La morocha. Ariadna G. fue llevada detenida a la Comisaría de la Mujer de Malvinas Argentinas. | cedoc

Hace poco cambió el look. Se cortó el pelo a la altura de los hombros. También cambió de amistades. Y de hábitos. No tiene antecedentes delictivos, pero para los investigadores sería la líder de una banda de falsos policías que operaba en el partido bonaerense de José C. Paz.

Ariadna Paola G. tiene 20 años. Es la famosa “morocha” que esta semana el Ministerio de Seguridad de Buenos Aires presentó a los medios de prensa como la cabecilla de una peligrosa organización. Para la Policía sería la que se encargaba de la inteligencia previa en los golpes. La que marcaba a las víctimas para que después los hombres ejecutaran el plan con el mínimo margen de error posible.

A esta banda se le atribuyen al menos veinte hechos delictivos, algunos de ellos muy violentos. Hacían entraderas pero también robaban autos que después abandonaban para no ser descubiertos.

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Según fuentes policiales consultadas por PERFIL, actuaban en la zona de Los Polvorines pero especialmente en cercanías de la quinta Los Abrojos, donde el presidente Mauricio Macri descansa los fines de semana y juega al pádel con sus amigos más cercanos.

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Ariadna Paola G. tiene 20 años y esta semana el Ministerio de Seguridad de Buenos Aires presentó a los medios de prensa como la cabecilla de una peligrosa organización.

El refugio de los Macri, en el partido de Malvinas Argentinas, fue noticia hace apenas tres meses, cuando cuatro personas –tres chicas y un varón– en un auto intentaron ingresar con la excusa de que una de ellas era ahijada del jefe de Estado.

Los intrusos fueron detenidos a las pocas horas en una estación de servicio acusados por los delitos de “violación de domicilio y amenazas”. Nada tienen que ver con la banda de la morocha, pero el episodio no hizo otra cosa que desnudar la falta de seguridad en la zona.

Enterados del caso, los vecinos aprovecharon para denunciar el estado de inseguridad cotidiana que los llevó a escribirle una carta al intendente del partido, Leonardo Nardini. Por esa razón en pocos días llegaron más móviles, pero el delito y el miedo no bajó.

Zona caliente. La seguidilla de casos atribuidos a la banda de Ariadna –con un mismo modus operandi y cantidad de autores– reavivó la preocupación entre las autoridades policiales, que pusieron especial atención en la zona para lograr identificar a los posibles autores. Cuando Ariadna y otros dos sospechosos fueron detenidos, en un operativo llevado a cabo este lunes en José C. Paz, el propio ministro de seguridad de la Provincia, Cristian Ritondo, destacó el trabajo de sus hombres. “Sabemos que esta modalidad es uno de los delitos que más preocupa a los habitantes de la Provincia. Por eso, combatir a estas mafias es tarea de todos los días”, aseguró el funcionario.

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“A estos delincuentes se les terminó la impunidad para irrumpir en viviendas familiares. La única entradera que les queda por hacer es en la cárcel”, agregó sobre el desbaratamiento de la banda de “la Morocha”.

Linda, pero mala. Ariadna fue detenida en el barrio San Alfonso, en el interior de un auto Renault Symbol que había sido denunciado como robado y todavía tenía un pedido de secuestro activo. Se entregó después de un intenso tiroteo con agentes de la comisaría 1ª de José C. Paz, que milagrosamente terminó sin heridos ni víctimas fatales.

Los otros dos hombres que la acompañaban, identificados por fuentes policiales como Alfredo Javier G. (41) y Ariel K. (21), también terminaron presos.

De acuerdo a las fuentes, en el interior del coche encontraron de todo. Llevaban un chaleco antibalas, un handy con frecuencia policial, tres armas de fuego (entre ellas una pistola ametralladora FMK3 con cargador de veinte cartuchos 9 mm.) y municiones de distintos tipos y calibre.

A partir de las detenciones y el hallazgo del arsenal, la Justicia ordenó allanar el domicilio de uno de los demorados, donde encontraron más armas, esposas y ropa policial, entre otras cosas. El operativo fue realizado por personal de la Jefatura Departamental de Pilar, a las órdenes del comisario inspector Cristian Guillen.  

Según los voceros, se incautaron una pistola 9 milímetros marca Beretta con la numeración suprimida, un chaleco antibalas sin marca visible, un juego de esposas y portaesposa, un gorro de la Policía Bonaerense y un equipo de correaje. Además recuperaron parte de los botines robados, entre ellos un cuatriciclo y tres motos.

“Sospechamos que la mujer hacía inteligencia, aunque no descartamos su participación activa en los hechos investigados que fueron veinte, pero podrían ser muchos más”, dice a PERFIL uno de los investigadores sobre al rol de la presunta cabecilla.

La morocha, que permanece alojada en la Comisaría de la Mujer de Malvinas Argentinas, acusada por “robos reiterados, resistencia y atentado a la autoridad”, deberá explicarle a la Justicia por qué viajaba en un auto con tantas armas, qué relación mantiene con los otros acusados y, si efectivamente, es la jefa de la banda como sospecha la Policía.

Tamara, “la Cheta” de la zona sur

Tamara Blanco es una chica que se hizo conocida cuando fue detenida como presunta integrante de una banda que asaltaba a jubilados en la zona sur del conurbano bonaerense. Conocida como “la Cheta”, esta joven que estudiaba la carrera de relaciones públicas en una universidad privada, se encuentra en libertad a la espera del juicio oral.

Al igual que la sospecha que pesa sobre “la morocha”, los investigadores creen que Tamara se encargaba de “marcar” las casas de algunas de las víctimas que residían en la zona de Quilmes y Berazategui.

Su novio también formaba parte de una organización que elegía los días de lluvia para robar. “La Cheta” estuvo presa hasta junio de 2013, cuando abandonó la cárcel de Florencio Varela acompañada por su mamá.

“Se han dicho muchas mentiras en los medios, inventaron ese apodo de ‘La banda de la Cheta’ que dicen que yo integraba y que hacía cosas aberrantes. Todo una gran mentira, yo simplemente me enamoré de la persona equivocada, como él salía de noche y yo sufría de celos obsesivos y lo llamaba continuamente aparecí en las escuchas. Reconozco que me equivoqué, obviamente que me equivoqué y por eso la vida me dio una lección”, declaró al dejar el penal.

La estrategia de “la Cheta” pasó por responsabilizar a su novio, Emanuel Matías García, quien está procesado en la misma causa junto a otros nueve presuntos miembros de la organización: Omar Ibarra, Nahuel Perata, Gastón Alba, Claudio Stonge, Martín Van Kemenade, Lucas Hildebrant, Ana Gana, José Lucas Matilla y Mariano Ruciechi.