POLITICA
Gustavo arribas, en Rusia

Al jefe de los espías lo descubrieron en el Mundial

Pese a que Macri había ordenado a su equipo no asistir en medio de la crisis, el director de la AFI fue detectado en la tribuna de Argentina-Islandia, junto al hermano de Juliana Awada. Sus fotos se difundieron por las redes.

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Piedra libre. Gustavo Arribas y Daniel Awada, entre la hinchada en el Spartak Stadium de Moscú. | Foto tw @ischargro

Gustavo Arribas aprovechó la intimidad que tiene con Mauricio Macri para tomarse una licencia. Pese a la veda mundialista que el Presidente había instaurado para sí mismo y todo su gabinete, el jefe de los espías viajó a Rusia. Y ayer estuvo junto a su vocero y un cuñado de Macri en el estadio del Spartak de Moscú, viendo a la selección argentina empatar contra la de Islandia.

Escribano y ex representante de jugadores, Arribas hizo lo que su amigo Macri tenía planeado y no pudo: ver el Mundial en vivo. El Presidente tenía agendado presenciar el debut de Argentina, el siguiente partido contra Croacia y la final en el Estadio Olímpico Luzhnikí de Moscú. “Vamos por todo. Y si llegamos a la final, vuelvo”, le había planteado Macri al presidente Vladimir Putin durante una visita a Rusia en enero.

Circunstancias. La racha de tarifazos, corrida bancaria y devaluación del 50%, sin embargo, lo obligó a cancelar ese tour. Lo hizo como una suerte de mensaje de circunspección y austeridad. Y tal decisión se generalizó en una prohibición informal para todo su gabinete. Los varones macristas, muchos de los cuales habían ido al Mundial de Brasil en 2014 y pretendían repetir en Rusia, quedaron forzados a verlo por TV. Incluido en esa lista está el secretario de Deportes, Carlos “el Colorado” Mac Allister.

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Pese a esa bajada de línea, el director de la Agencia Federal de Inteligencia ayer vio al equipo de Jorge Sampaoli in situ. El periodista Iván Schargrodsky difundió en Twitter un par de fotos de Arribas en el estadio ruso. El funcionario y amigo de Macri tenía puesta la camiseta de la Selección, una gorra y anteojos negros. Sin entrar en detalles ni dar demasiadas explicaciones, cerca del jefe de la ex SIDE admitieron que se trataba de él. Arribas viajó junto a su vocero y un cuñado presidencial, Daniel Awada, hermano de Juliana.

Confianza. Arribas fue uno de los funcionarios más cuestionados desde el arranque de Cambiemos. Macri usó un criterio excluyente para su elección como director de la AFI: la confianza.

“Yo pensé: de todos mis amigos, ¿cuál era el más vivo, el más desconfiado, el más acostumbrado a toda esta cosa de las trampas? Justo uno que se había hecho de una buena posición económica en el fútbol; uno que arrancó de una posición humilde en la vida”, afirmó el presidente en el libro M de Laura Di Marco.

Sin experiencia previa, con investigaciones a cuestas sobre lavado en la compraventa de jugadores (principalmente la de Carlos Tevez de Boca a Brasil), Arribas quedó bajo sospecha de entrada. El escándalo de la constructora brasileña Odebrecht, donde apareció mencionado, lo complicó aún más. Su continuidad, sin embargo, nunca estuvo en duda. Primó su amistad con Macri (el jefe de los espías le alquila el departamento sobre avenida Libertador).

Se trata de una intimidad construida desde los tiempos de Socma, los partidos de paddle y los negocios compartidos en Boca. Ese nivel de intimidad fue decisivo para encargarle el manejo de una papa caliente como la ex SIDE.