POLITICA
En busca de un cambio de imagen

Cristina estrenó el plan “Néstor estadista” con críticas a EEUU y al FMI

Lo hizo ayer en la Escuela de Políticas Públicas e Internacionales de la Universidad de Columbia. La fórmula que escogió la senadora para lograr su cometido fue criticar a los Estados Unidos y destacar las “maravillas” de la gestión pingüina. Habló ante un auditorio de 141 personas.

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La primera dama ingresa a Columbia junto al canciller Jorge Taiana. | Oscar Duran/Diario Perfil
Frente a un escaso auditorio estudiantil, la senadora Cristina Fernández de Kirchner cuestionó duramente la política arancelaria del gobierno de George W. Bush. “Estados Unidos protege a sus farmers, y eso es algo lógico. Pero los subsidios agrícolas generan un efecto devastador en un país como la Argentina”, sostuvo. Y remarcó: “El liderazgo de los Estados Unidos es hegemónico. Con esto nadie tiene que ofenderse. Hablo en términos de la relación de fuerzas. Estados Unidos debe recuperar una forma diferente de multilatelarismo. Y le cabe un liderazgo responsable”.

Por otra parte, y como se esperaba, la esposa del Presidente remarcó la política de la Casa Rosada en materia de derechos humanos y su “inédita actitud de ser el primer gobierno desde el regreso de la democracia en no modificar el número de jueces de la Corte Suprema”. Aunque no le recordó al público universitario que incumpliendo el decreto que firmó el mismo Kirchner, el Gobierno mantiene paralizada a la Corte al no designar las dos plazas vacantes del máximo tribunal.

Después de enumerar los logros económicos de la era K (“acumulamos el crecimiento más importante en cien años") la senadora sentenció: “Esto demuestra que con otras ideas se puede obtener el crecimiento de las sociedades. Ese es nuestro aporte desde el sur del mundo”, en obvia alusión al desencanto acerca de las fórmulas tradicionales emanadas desde el FMI.

El mensaje de la senadora puede leerse como un anticipo de lo que será el discurso del Presidente cuando cumpla su intervención ante la ONU. De hecho, la administración Kirchner quiso que la conferencia de la senadora en la Columbia University sea interpretada como el mensaje del Gobierno argentino, y no sólo como la opinión de una primera dama. El presidente Kirchner le ordenó a las principales figuras de su comitiva que abandonaran sus planes de esparcimiento y que se sumaran a los universitarios. “Alberto nos llamó a todos. Nos pidió que viniéramos sin falta. Íbamos a tener la tarde libre”, se quejó un miembro del staff que ya lleva varios centenares de millas acumuladas acompañando a los K. Alberto, claro, por el jefe de Gabinete Fernández.

En la última fila de la sala del piso 15 del edificio de la calle 118 y Amsterdam Avenue se sentaron el secretario de Legal y Técnica, Carlos Zannini, el presidente de la bancada de senadores, Miguel Angel Pichetto, el embajador Bordón, el diputado José María Díaz Bancalari y el jefe de Gabinete, desde luego, en ese orden. Y en la primera fila, cerca de la Primera Dama, se mostraron Héctor Timerman y el canciller Jorge Taiana.

La veintena de personas de la comitiva oficial (entre funcionarios y asistentes) ayudó a mejorar la perfomance del auditorio, que sólo había reunido a 64 estudiantes, en su mayoría argentinos curiosos. De todos modos, las expectativas de público de la senadora no eran demasiado ambiciosas: en la sala sólo cabían 141 personas.

El último en llegar a la cita fue el presidente de la agencia estatal de publicidad y noticias, Télam: el periodista oficial Martín Granovsky consiguió ubicarse junto al jefe de Gabinete. No sólo a los Estados Unidos debió llegar por sus medios. También tuvo que movilizarse en soledad hasta la universidad neoyorquina. La prueba la llevaba en sus manos: un anotador con la dirección y un mapa desplegable de la metrópoli.