SOCIEDAD
el drama de la familia de araceli

“Tienen que pudrirse en la cárcel”, dijo la mamá

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Dolor. La madre reconoció el cuerpo de su hija por los tatuajes y aritos que le había regalado. | Cedoc Perfil
“Me tocó reconocer el cuerpo de mi hija. Ese hijo de p... me la quemó con cal viva a mi negra. Me la desfiguró. No es mi nena. Pero están sus tatuajes y los aritos que yo le regalé. Tiene los tatuajes de papá y mamá, y de River”. Después de pronunciar estas palabras
Mónica Ferreyra, mamá de Araceli Fulles, se quebró, lloró y volvió a tomar fuerza para pedir que los responsables “se pudran en la cárcel”.
La mujer declaró ante la prensa al salir de la morgue judicial donde reconoció el cuerpo de su hija que había aparecido muerta después de más de veinte días de no saber nada de ella.
“Esos hijos de mil p... tienen que pudrirse en la cárcel”, exigió. Y apuntó contra uno de los policías investigados y separados de su cargo, que es hermano de dos de los seis detenidos que tiene el caso. “Es un policía corrupto, que no fue capaz de decirle al hermano (Darío Badaracco, prófugo) que declarara que la tenía en su propia casa, escondida bajo el cemento”, acusó la mujer.
Justamente había sido con Mónica el último contacto que Araceli había tenido con un miembro de su familia antes de desaparecer. El domingo 2 de abril a las 7 de la mañana, le había enviado un mensaje de texto diciéndole: “Vieja, prepará las cosas para el mate que estoy yendo para casa”. Lo que nunca ocurrió.
Y a partir de allí, encabezaron distintas marchas  donde reclamaban que buscaran a la chica y exigiendo su aparición con vida.