Sin esforzarse bastante más para aplacar el cambio climático, en el año 2100 los veranos serán de seis meses, según un estudio que dio a conocer Geophysical Research Letters.
Y no es difícil darle crédito si juzgamos por los partes meteorológicos de los últimos meses: veranos frescos, inviernos templados, tormentas de nieve siberianas, granizo en cualquier época del año, el clima brumoso del Pacífico en las costas del Atlántico y pronósticos de nieve donde hace 30 años parecía impensado. Ya no hay un patrón predecible para las estaciones del año.
"Los veranos son cada vez más largos y calurosos, mientras que los inviernos son más cortos y cálidos debido al calentamiento global", dijo Yuping Guan, el autor principal del nuevo estudio, un oceanógrafo físico del State Key Laboratory of Tropical Oceanography, del Instituto de Oceanología del Mar del Sur de China y también miembro de la Academia de Ciencias de China.
"Con más frecuencia, leo algunos informes meteorológicos fuera de temporada, por ejemplo, 'primavera falsa' o 'nieve de mayo', y cosas por el estilo", dijo Guan que decidió encarar este trabajo en colaboración con uno de sus alumnos, Jiamin Wang, que investigaba los cambios en el ciclo estacional.
Las estaciones del año ya no pueden predecirse, no responden a ningún patrón prestablecido
Según ambos especialistas, para hacerse un cuadro de situación, el cambio tendría impactos de gran alcance en la agricultura, la salud humana y el medio ambiente.
Hace 70 años, las cuatro estaciones se sucedían con un patrón predecible y bastante uniforme tanto en el hemisferio norte como en el hemisferio sur. Sin embargo, el cambio climático fue provocando cambios dramáticos e irregulares en la duración y las fechas de inicio de las estaciones, que ahora son más visibles y que pueden volverse más extremos en el futuro.
Para llegar a estas conclusiones, los investigadores utilizaron datos climáticos históricos diarios entre los años 1952 y 2011 para medir los cambios en la duración y el inicio de las cuatro estaciones en el hemisferio norte.
En esos períodos, 25% de aumento en la temperatura marcaba que había comenzado el verano, mientras que lo inverso, un descenso de 25% de la marca de los termómetros indicaba que comenzaba el invierno.
Luego, el equipo utilizó modelos establecidos de cambio climático para predecir cómo cambiarán las estaciones en el futuro.
El nuevo estudio encontró que, en promedio, el verano creció de 78 a 95 días entre 1952 y 2011, mientras que el invierno se redujo de 76 a 73 días.
La primavera y el otoño también se contrajeron de 124 a 115 días y de 87 a 82 días, respectivamente. En consecuencia, la primavera y el verano comenzaron antes, mientras que el otoño y el invierno comenzaron más tarde.
La región del Mar Mediterráneo y la meseta tibetana experimentaron los mayores cambios en sus ciclos estacionales.
Si estas tendencias continúan sin ningún esfuerzo por mitigar el cambio climático, los investigadores predicen que para 2100, el invierno durará menos de dos meses, y las temporadas de transición de primavera y otoño también se reducirán aún más.