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TRAS EL CASO KHASHOGGI

El cuestionado príncipe saudí fortalece su relación con Asia ante el rechazo de EEUU

Mohammed Bin Salman estuvo entre amigos desde el momento en que ingresó al espacio aéreo pakistaní para iniciar una gran gira por Asia. Una flota de aviones de combate F-16 escoltó su avión real y un automóvil con el chófer de ni más ni menos que el primer ministro lo esperaba en tierra.

Saudi Arabia's Crown Prince Mohammed Bin Salman Visits France's President Emmanuel Macron
Saudi Arabia's Crown Prince Mohammed Bin Salman Visits France's President Emmanuel Macron | Bloomberg

El príncipe heredero saudí, Mohammed Bin Salman, estuvo entre amigos desde el momento en que ingresó al espacio aéreo pakistaní para iniciar una gran gira por Asia. Una flota de aviones de combate F-16 escoltó su avión real y un automóvil con el chófer de ni más ni menos que el primer ministro lo esperaba en tierra.

La cálida bienvenida fue un recordatorio de la dependencia pakistaní del dinero saudí para evitar otra crisis financiera. Solo en el primer día, se firmó acuerdos iniciales por un valor de US$20.000 millones. Sin embargo, la cordialidad también puso de relieve la relación tensa del líder saudí con las potencias occidentales después del asesinato del crítico Jamal Khashoggi en octubre.

Los lazos saudíes con los países asiáticos se han transformado durante la última década, cuando estos desplazaron a Estados Unidos como los principales compradores de petróleo del reino. De hecho, el líder de 33 años será acogido en cada parada de su viaje, tal como fue recibido su padre, el rey Salman, hace dos años.

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Sin embargo, mientras el Príncipe Mohammed intenta rehacer la monarquía conservadora y desafía a Irán por el dominio del Medio Oriente, ninguna cantidad de pompa y ceremonia en Asia puede enmascarar la necesidad de reparar las relaciones con Washington.

Los vínculos del reino con Asia "son en gran medida transaccionales", asegura Robert Jordan, exembajador de EE.UU. en Arabia Saudita. “No son relaciones de seguridad. Y ninguno de los países asiáticos está realmente en condiciones de proporcionar ningún tipo de paraguas de seguridad a los saudíes si se enfrentan a una amenaza existencial".

Presión política

Días antes del inicio del viaje del príncipe heredero por Asia, la Cámara de Representantes de EE.UU., controlada por los demócratas, votó para ordenar al presidente Donald Trump retirar las fuerzas estadounidenses del conflicto liderado por los saudíes en Yemen.

Varios legisladores en el Senado, incluidos prominentes republicanos, han amenazado con imponer sanciones contra el reino después del asesinato y desmembramiento de Khashoggi por agentes del gobierno en el consulado de Arabia Saudita en Estambul.

"Claramente, la relación entre EE.UU. y Arabia Saudita está pasando por un momento difícil y, sin duda, con la mayoría demócrata en la Cámara, muchos de estos problemas se intensificarán", afirma Marcelle Wahba, exembajadora de Estados Unidos en los Emiratos Árabes Unidos y ahora presidente del Instituto de los Estados Árabes del Golfo en Washington.

"Así que, por supuesto, viajar al Lejano Oriente sin duda será un alivio para él", dice. "Pero las preocupaciones sobre la guerra en Yemen, el asesinato de Khashoggi y las activistas encarceladas no desaparecerán en EE.UU.".

La importancia de los suministros de petróleo de Arabia Saudita a EE.UU., un elemento clave en la relación que se remonta a la reunión en 1945 entre el Rey Abdul-Aziz Al Saud y el Presidente Franklin D. Roosevelt, se ha desvanecido con el aumento de la producción de petróleo en EE.UU. El reino, por su parte, sigue siendo un importante comprador de armas estadounidenses y gran parte de sus inversiones globales están denominadas en dólares.

El príncipe Mohammed tiene el apoyo de Trump y Jared Kushner, su influyente yerno, quienes consideran a la realeza saudí como un elemento clave en el esfuerzo estadounidense por aislar a Irán. A principios de este mes, la Casa Blanca dijo que el presidente podría ignorar una solicitud del Congreso para determinar si el gobierno de Arabia Saudita fue responsable del asesinato de Khashoggi.

Apoyo de oriente

Dicho esto, la gira por Asia llega en un momento útil para que el príncipe saudí repare su imagen en el extranjero. Su bienvenida incluyó pancartas y carteles a su llegada el domingo a Islamabad, la capital pakistaní. El primer ministro, Imran Khan, miembro del salón de la fama cricket que llegó al poder el año pasado, redecoró su casa para recibir a su invitado.

El príncipe heredero también visitará India y China. China superó a EE.UU. como el mayor socio comercial del reino en 2013. La nación más poblada del mundo representó alrededor de 15 por ciento de todas las importaciones y exportaciones de Arabia Saudita el año pasado, en comparación con 8 por ciento en la década anterior, según datos compilados por Bloomberg.

Las relaciones de China con Arabia Saudita se elevaron a un nuevo nivel bajo el rey Salman y el presidente Xi Jinping, después de que ambos acordaran promover una asociación estratégica integral en 2016.

Los dos países tienen un interés mutuo en hacer negocios, asegura Li Guofu, director del Centro de Estudios de Medio Oriente en el Instituto de Estudios Internacionales de China, afiliado al Ministerio de Relaciones Exteriores de China. Los saudíes están expandiendo su mercado petrolero y los chinos están atendiendo la necesidad del reino de proyectos de infraestructura de alto costo, explica.

El viaje asiático del príncipe "es de alguna manera porque las relaciones del país con los países occidentales empeoraron tras la muerte de Khashoggi, pero más a fondo se debe a que la política exterior saudí se desplazó hacia el este y está enfocada en fortalecer la cooperación con los países asiáticos", afirma Guofu.

Campaña estadounidense

No obstante, a pesar de los vínculos más estrechos con China, EE.UU. sigue siendo el centro de la política exterior de Arabia Saudita. El gobierno saudí emprendió una campaña para reparar los lazos. El esfuerzo es liderado por el embajador del reino en EE.UU., hermano del príncipe heredero, con una serie de analistas a favor del gobierno que aparecen en las redes sociales y la televisión.

El fondo soberano de inversión de Arabia Saudita también planea establecer oficinas en Nueva York y San Francisco, en una señal de que la protesta por Khashoggi no está deteniendo sus planes de invertir en la mayor economía del mundo. "El alcance y la expansión de los vínculos con Asia, y en particular con China e India, durante la última década es muy importante a nivel económico y diplomático", afirma Wahba, "pero no reemplazan la relación con EE.UU.".