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Elecciones 2023

Desilusión, algoritmos y Milei: la victoria de La Libertad Avanza en un contexto inestable

Estamos transitando un momento de cambio de paradigma. Nos corrieron el arco y para seguir con la metáfora lo derritieron y le dieron otra forma que todavía no terminamos de entender.

Balotaje 2023 Bunker Javier Milei
Bunker Javier Milei | Sergio Piemonte y Ernesto Pagés

Que Milei haya logrado en dos años construir un partido nuevo, La Libertad Avanza, y no solo llegar a las instancias finales de esta elección, con todo el amateurismo que mostró su estructura, para luego ganarle al político profesional por excelencia deja en evidencia una serie de circunstancias que confirman que estamos transitando un momento de cambio de paradigma donde las condiciones sociales, culturales e intelectuales con las que entendíamos la realidad perdieron su utilidad. Nos corrieron el arco y para seguir con la metáfora lo derritieron y le dieron otra forma que todavía no terminamos de entender.

Es obvio que en lo inmediato la victoria de Milei implica un “giro drástico a la derecha” con la economía de mercado como eje conductor y principal prioridad. No hay forma de minimizar la posición negacionista de la dictadura de la vice presidenta electa Victoria Villarruel—busquen las notas que fuimos publicando en Perfil—como el hecho de que dentro de La Libertad Avanza abundan sectores border y peligrosos que incluyen neonazis y fascistas, como gran parte del “descarte” de la política tradicional, la “casta base” como lo denominó Federico Simoneti. Pero Milei cosechó más de 14 millones de votos de diversos sectores de la sociedad, muchos de los cuales en encuestas cualitativas respondían que estaban en contra de varias de las propuestas del economista, pero que votarían por él. Esto no es tan raro en el ecosistema político aunque suene contradictorio. Esa masa de votantes, que representa más del 55% del electorado, le está mandando un claro mensaje al establishment político de que no confía más en ellos. Que prefiere al “loco” que a “ventajita” para ilustrarlo de alguna manera.

Bunker de Javier Milei
Javier Milei.

Milei y el ecosistema digital

No es un dato menor que Milei y la Libertad Avanza son fenómenos de la segunda década del siglo 21, directamente correlacionados con la penetración total de internet en la sociedad. No le ganaron solamente a Massa, que contaba con “el aparato” más grande al manejar el Ministerio de Economía, sino también a Juntos por el Cambio, donde Horacio Rodríguez Larreta supuestamente tenía el mejor equipo de campaña posible, la estrategia más sofisticada y el control de uno de los principales distritos del país. Finalmente, la estrategia de “a lo influencer” de Milei y otros referentes libertarios fue más efectiva que “el marketing” de Juntos por el Cambio, para usar un argumento con el que Jaime Duran Barba no coincidiría—él dice que lo que les faltó fue justamente estrategia—. Logró primero dividir a la oposición y luego doblegar al oficialismo obteniendo capilaridad a nivel nacional, atravesando clases sociales y etarias, con un mensaje relativamente simple: hay que terminar con la casta política y él, como economista, sabe de economía. Ese mensaje se generaba primero en debates y discusiones en programas de televisión para luego ser cortados y editados en formatos atractivos para la distribución en redes sociales. No se les puede quitar merito a los community managers de LLA y su compresión de los algoritmos, pero es indudable el potencial viral que tienen las nuevas derechas en las redes. Vivimos, inevitablemente, en el mundo de las grandes empresas de Silicon Valley y sus poderosísimos algoritmos supuestamente imposibles de comprender, los cuales fueron construidos para maximizar ganancias pero que, al afectar simultáneamente a la gran mayoría de los habitantes de la humanidad, generan efectos secundarios completamente inesperados y en muchos casos nocivos. Hasta cierto punto, algoritmo mata aparato, se podría decir, o quizás, el aparato debe adaptarse al mundo de los algoritmos.

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Este cambio de época digital viene de la mano de otras tendencias globales como la fuerte caída en la confianza de las sociedades en las instituciones cívicas tradicionales, incluyendo los gobiernos, los políticos y los medios. Ocurre en tándem con un hartazgo con el status quo que genera la versión actual del capitalismo financiero que hace décadas dejó de generar ascenso social para clases medias y bajas y en vez incrementó exponencialmente la concentración de riqueza. La combinación de estas tendencias, y otras relacionadas, junto con las herramientas digitales y los algoritmos, están generando una fuerte crisis de las democracias representativas occidentales. Milei, en parte, es nuestra iteración.

Rumbo a lo desconocido

Con el hecho consumado, restará ver cómo evoluciona este nuevo experimento social con un líder bizarro, una coalición amateur y una incipiente alianza con el Pro de Mauricio Macri y Patricia Bullrich. Massa ya intentó desmarcarse y tirarle la responsabilidad a Milei de la estabilidad macroeconómica, algo que el libertario rechazó en su discurso, devolviéndole la bocha. El pedido de licencia del Ministro de Economía siembra incertidumbre en el futuro inmediato. Se viene una transición compleja en un contexto de fragilidad, con un gobierno que se quedó sin su principal espada política mientras Alberto Fernández y Cristina Fernández de Kirchner por decisión propia se retiraron de escena. Y luego, se viene un nuevo gobierno que promete ser agresivo en su agenda reformista desde una posición de debilidad en el Congreso. Habrá que ver cómo juegan Macri y el Pro, qué hará el resto de Juntos por el Cambio, y la posición que tomará Unión por la Patria. Hay olor a fin de este esquema de coaliciones y la búsqueda de una nueva estabilidad. Y finalmente habrá que ver qué hace Milei, si efectivamente logra encarnar el cambio que propone o si el miedo que generó en algunos sectores se convierte en realidad. Mientras tantos, seguiremos acomodando la vista.