POLITICA
Milei presidente

Victoria Villarruel, la primera vicepresidenta negacionista de la dictadura

El ascenso político de la escolta de Javier Milei se basó en la relativización de los crímenes de la dictadura militar, con una nueva versión de "la teoría de los dos demonios".

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Villarruel. Se expresó una vez más contra los juicios a la dictadura. | cedoc

El ascenso meteórico de Victoria Villarruel a la esfera pública trajo consigo la revisión de uno de los consensos que sentaron las bases del pacto democrático argentino: el Nunca Más. La número dos de Javier Milei se convirtió en la primera vicepresidenta en relativizar el terrorismo de estado y volver a poner bajo la lupa la violencia política de la década del setenta, portando un discurso negacionista que fue alterando con los años y que le sirvió de plataforma política. 

La vicepresidenta electa por La Libertad Avanza encontró una laguna política en los derechos humanos, una bandera apartidaria pero asociada al kirchnerismo y al radicalismo en el imaginario colectivo. Al presentarse como una militante de "la memoria completa", Villarruel construyó su figura política en torno a la controversial teoría de los dos demonios, lo que le dio el contenido para pararse frente a la sociedad como una figura disruptiva y hasta "políticamente incorrecta", al igual que su jefe político.

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Con habilidad y una oratoria impoluta, la abogada de familia castrense corrió el eje de la discusión y se alzó como la voz de "las otras víctimas", aquellas que murieron en atentados de organizaciones guerrilleras. De esta forma, abrió el juego al mezclar el concepto, poniendo en pie de igualdad a las víctimas de los atentados con las víctimas del terrorismo de estado durante la dictadura cívico militar (incluida la apropiación de hijos y nietos), crímenes que luego fueron considerados de lesa humanidad y, por ende, resultan imprescriptibles.

"Hubo acciones armadas de los terroristas de una envergadura tal que negar una guerra es inentendible", sostuvo en una entrevista con Eduardo Feinmann en 2016, en lo que fue una especie de reivindicación de la teoría de los dos demonios 2.0. "Me gustaría que el Poder Judicial sea realmente independiente y juzgue a estas personas tal como juzga a los agentes del estado que han violado los derechos humanos, me gustaría paridad y no sentir que las personas son ciudadanos de segunda", agregó.

Si bien Villarruel negó la acusación de negacionista en varias oportunidades, la cercanía de Villarruel con varios genocidas condenados, incluidos Jorge Rafael Videla y Miguel Etchecolatz, la acercaron a esa posición. La misma que le dio una popularidad que potenció durante la campaña electoral de 2023.

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El negacionismo en clave electoral

Durante el último debate con el candidato a vicepresidente de Unión por la Patria, Agustín Rossi, la -hasta entonces- ambivalente postura de Villarruel frente al consenso sobre la dictadura volvió a quedar en evidencia. Lo hizo al evitar responder si "está a favor de la liberación de genocidas", pese a la insistencia de su rival. También al afirmar que "no fueron 30.000" los detenidos-desaparecidos, desacreditando así una de las banderas de la política de Verdad, Memoria y Justicia.

"En el Parque de la Memoria, situado en la Costanera Norte de la ciudad de Buenos Aires, hay 8.751 nombres: ¿Dónde están los demás?", dijo Villarruel en relación al conteo de la Conadep, sin mencionar a los represores que nunca detallaron qué hicieron con los desaparecidos o a aquellos que nunca se animaron a denunciar desapariciones por otros motivos, como el miedo o la vergüenza.

Otro indicio reciente del pensamiento negacionista de Villarruel fue la banalización del rol del Museo por la Memoria ex ESMA, el centro clandestino de detención y exterminio que se convirtió en un emblema del terrorismo de estado y fue nombrado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. "Un predio como el de la ESMA... son 17 hectáreas que podrían ser disfrutadas por todo el pueblo argentino", apuntó en declaraciones televisivas en la previa al balotaje.

Victoria Villarruel y Javier Milei
Victoria Villarruel y Javier Milei en el Congreso.

En su haber también figura haber dicho en la previa a las elecciones primarias que en ese predio funciona "el museo de la desmemoria", o haber denostado el concepto de "terrorismo de estado" en una entrevista con La Nación (en 2010), una expresión que calificó "no solo es desafortunada, sino también confusa".

Cuando todavía era candidata a la vicepresidencia, Villarruel se metió en otra polémica al "defender" a Iván Volante, un militar retirado de las Fuerzas Armadas que criticó la gestión de Rossi, exministro de Defensa. "Mi apoyo al Capitán y a todos nuestros hombres de las FF.AA., FF.PP. y FF.SS. que padecen la demonización y el maltrato del kirchnerismo", publicó Villarruel.

Anteriormente, y envalentonado por el contexto, Volante había publicado la imagen de un Ford Falcon verde, el auto que usaban los represores para secuestrar personas durante la dictadura, con un mensaje amenazante por el que le iniciaron un sumario en el Ejército Argentino en su condición de exmilitar.

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La ambigüedad de Villarruel

Previo a su popularidad, la heredera de la familia castrense jamás negó abiertamente los crímenes de los dictadores. No le gusta nada la acusación que recibió en varias ocasiones y repite que es una "crítica sumamente injusta". 

"A mí se me cuelga el mote de negacionista, de defensora de genocidas. No soy ni fui nunca abogada de ningún uniformado acusado de delitos de lesa humanidad", le dijo a José del Río. A tal nivel que hace poco sostuvo que quienes la acusan de negacionista "son familiares de terroristas", en referencia a Horacio Pietragalla y Victoria Montenegro.

Cuando le preguntaron sobre la tarea de Madres y Abuelas de Plaza de Mayo, apeló a lo que siempre hace: correr el foco. Criticó a las organizaciones "porque en ningún momento tuvieron un acto de repudio al terrorismo", y luego puso un manto de sospecha sobre la restitución de las identidades, aunque no quedó claro qué quiso decir: "Hay nietos que están sindicados como que han sido recuperados y, sin embargo, estaban con sus familias. Está en la misma página de las Abuelas de Plaza de Mayo. Creo que ellas lo tendrían que explicar ante la sociedad", dijo sin dar mayores precisiones

Si bien la candidata libertaria nunca se hizo cargo de la defensa de un uniformado, en su larga militancia ha recorrido un camino discursivo, sinuoso. Cuando aparecen las preguntas directas, Villarruel sigue siendo ambigua, permitiendo la expansión de la ola negacionista que podría socavar las bases de la democracia argentina a 40 años de su aniversario.