COLUMNISTAS
opinion

El triunfo de Macri y la espiral del silencio

La espiral del silencio pronosticaría un triunfo mayor de Cambiemos en octubre y su inevitable rechazo en algún futuro.

macri telam
. | Cedoc Perfil

Sucede siempre: al menemismo nadie lo había votado a pesar de que ganó la reelección con el 50% de los votos. Igualmente al kirchnerismo: dos de cada tres que votaron la reelección de la ex presidenta en 2011 ahora tienen otras preferencias. Hoy Macri puede gozar de lo mismo que, si es reelecto en 2019, sufrirá cuando canse al final de su segundo mandato. ¿Pero qué es lo que genera hegemonías políticas sólidas y luego las consume? ¿A qué obedece ese cambio de valores dominantes que se producen en la sociedad?

Antes, un aviso a Macri: tiene que comprender el papel que juega la suerte en su vida. Dos veces Cristina Kirchner lo hizo ganar real o simbólicamente al conducir mal su relación con Randazzo, en 2015 y ahora. Si hubiera aceptado ir a las PASO con Randazzo, el peronismo bonaerense podría haber obtenido el 40% de los votos, superando a Cambiemos, no por un insignificante 0,5% después de un postergado recuento sino sólidamente por un 5%, que hubiera sido imposible ocultar desde el domingo. Y no sólo los títulos de los diarios del lunes de todo el mundo serían distintos, sino que el clima político de Argentina sería otro.

Como decía Maquiavelo, “el príncipe precisa voluntad y fortuna”. Y la voluntad es el mérito propio de Macri. ¿Pero por qué la fortuna es más importante en política que en otras actividades? Una de las explicaciones se encuentra en el libro La espiral del silencio, de la pionera sobre estudios de opinión pública Elisabeth Noelle-Neumann, politóloga fallecida hace pocos años, sobre la retroalimentación del triunfo.

Esto no les gusta a los autoritarios
El ejercicio del periodismo profesional y crítico es un pilar fundamental de la democracia. Por eso molesta a quienes creen ser los dueños de la verdad.
Hoy más que nunca Suscribite

Sacará más votos en octubre, será odiado cuando deje de ser presidente y valorizado al final de su vida

Moda y política. En la columna de ayer se contó cómo la ideología de Macri fue incorporando valores de la audiencia de Radio 10 de fines de los 90, cuando fue la más escuchada, hasta terminar bailando música de Gilda con la banda presidencial. En La República, Platón explicó que “los peinados, la ropa, el calzado que usa la gente y todo el aspecto exterior” constituyen leyes no escritas sobre las que también se funda el Estado. “Hay que ser especialmente cauto al acoger una nueva clase de música ya que ésta podría poner en peligro todo –sigue Platón– porque nunca se alteran los modos musicales sin que resulten afectadas las más importantes leyes del Estado”.

John Locke escribió sobre la ley de la opinión, la ley de la reputación y la ley de la moda como constructoras de la ley natural: “Ni siquiera una persona de cada diez mil es lo suficientemente insensible como para que no le importe que el medio social le niegue su aprobación”. Se refería a la moda como ley porque transgredirla hace padecer al individuo el rechazo de los demás como pena. Y Tocqueville escribió: “Temiendo al aislamiento más que al horror, aseguraban compartir las opiniones de la mayoría”.

Elisabeth Noelle-Neumann se inspiró, para construir su canónico estudio sobre la opinión pública, en el ballet El unicornio, la gorgona y la mantícora, donde el pueblo repudiaba a un ermitaño que se mostraba alternativamente con alguno de estos tres animales mitológicos pero aplaudía e imitaba cuando quienes hacían lo mismo eran el conde y la condesa. La espiral del silencio se basa en el sistema de autopersuasión que los seres humanos desarrollamos para sobrevivir e “incita a la gente a proclamar sus opiniones o a tragárselas manteniéndose en silencio hasta que –en un proceso de espiral– un punto de vista llegue a dominar la escena pública y otro desaparezca de la conciencia pública al enmudecer sus partidarios”.

El cambio de clima de opinión llamado efecto del carro ganador (“la opinión pública es lo que la gente cree que es la opinión pública”) se explica por el deseo de formar parte del bando ganador, como sucede en el fútbol al haber más hinchas de un club de la generación en que, cuando esas personas eran chicas, ese equipo salió más veces campeón. Pero La espiral del silencio explica el fenómeno psicosocial que hace a las ideologías y a los movimientos sociales imponerse y desaparecer por el miedo al aislamiento. El libro de Noelle-Neumann desarrolla ejemplos estadísticos a lo largo de años sobre cómo cambia la opinión pública a favor y luego en contra de la pena de muerte, a favor y luego en contra de pegarles a los niños como proceso de enseñanza, o a favor y en contra de fumar delante de no fumadores. Y experimentos en los cuales las opiniones de las personas cambiaron cuando se las colocó en grupos donde había una mayoría contraria a su opinión. La naturaleza social de los seres humanos “nos hace temer la separación y el aislamiento de los demás, y desear ser respetados y queridos por ellos, tendencia que contribuye considerablemente al éxito de la vida social”.

También en La República, durante un diálogo con Glaucón, Sócrates confirma que “la opinión es más oscura que el conocimiento pero más clara que la ignorancia”. Como los seres humanos economizamos esfuerzo, seguir la opinión de la mayoría también tiene una justificación utilitaria basada en que debe ser la correcta. La imitación también es una forma de aprovechar experiencia y conocimientos de los demás.

Consciente o no, el ser humano autocensura las ideas que imagina no son compartidas por la mayoría

La opinión dominante “es barata”: hace que “el individuo se someta a los reglamentos, las normas y las reglas morales sin recurrir a legisladores, gobiernos o tribunales. Es el miedo al aislamiento, a la mala fama, a la impopularidad, que hace a la persona desear prestar atención al entorno y volverse consciente del ojo público”.

La opinión pública es como un tribunal de justicia que falla en función de una constelación cambiante de valores, obligando a las personas a adaptarse, reprimiendo en forma de silencio aquellos pensamientos contrarios a la opinión dominante. Al caracterizar a la opinión pública como una moda de naturaleza fugaz y superficial, Locke describe el comportamiento social de los seres humanos diciendo que “suelen basar su asentimiento en la opinión ajena: tienen razón siendo paganos en Japón, mahometanos en Turquía, papistas en España. Nuestra opinión no nos pertenece, es un simple reflejo de la de los demás”, exageró.

Para Noelle-Neumann hay un “órgano sensorial estadístico que conecta a la persona con la colectividad”, una “piel social” que registra el riesgo al castigo de estar out, de ser pasado. El menemismo psicopatizó acusando a sus opositores de haberse quedado en el 45; y el kirchnerismo, de ser noventistas. Para el macrismo, lo out es el kirchnerismo. La palabra “moda” no se limita a la apariencia o las costumbres sino a todo lo voluble, como lo son también las tendencias políticas.

La espiral del silencio pronosticaría un triunfo mayor de Cambiemos en octubre y su inevitable rechazo en algún futuro.