CORONAVIRUS
Vuelta a clases

El protocolo después del protocolo

Los puntos a tener en cuenta en el protocolo federal. El más difícil de implementar es el distanciamiento de los dos metros.

vuelta a clases en Uruguay 20200616
vuelta a clases en Uruguay | AP

El pasado jueves 2 de Julio se aprobó el protocolo federal para la vuelta a clases. Está dividido en 8 puntos. En una lectura general, se pueden analizar los mismos desde, por lo menos 3 variables: en términos sanitarios diríamos que es un protocolo sin sorpresas, alineado a lo que el gobierno nacional viene proponiendo en materia de cuidados. Lo más difícil (para escuelas, recordemos que el protocolo incluye la vuelta de los institutos superiores) será que mantengan la distancia de metro y medio y dos. En cuanto a barbijos, alcohol, jabón y agua, siempre que los recursos estén garantizados (las condiciones en muchísimas escuelas tendrán que ser revisadas) pareciera ser que hasta les más pequeñes lo han incorporado. La segunda variable propuesta es en relación a los procesos de antes, durante y después de la re apertura. Aquí también están bastante claro los puntos. Proponen capacitación para personal docente y no docente, re acodicionamiento de escuelas y formas de hacer seguimiento en caso de identificar síntomas. La última variable es la pedagógica. El punto 8 recorre estos lineamientos que van desde la organización escolar hasta la evaluación, pasando por la organización curricular y apartados especialmente dedicado a los equipos de trabajo de las escuelas. Si bien es el punto que más detalle le falta, sería bueno dar cierta libertad y criterio a cada una de las escuelas que conocen sus familias y estudiantes.

Lo más difícil (para escuelas, recordemos que el protocolo incluye la vuelta de los institutos superiores) será que mantengan la distancia de metro y medio y dos

Ahora bien, muchos de los puntos planteados a lo largo del documento nos permite hacernos preguntas generales en términos educativos:

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  1. ¿Tuvimos que esperar a una pandemia, emergente natural, para proponerlos?
  2. ¿Será muy difícil que, una vez que todo esto pase, mantenerlas en las escuelas?

A continuación, propongo algunos ejemplos:

El punto 1.7 propone “Incrementar las redes de comunicación entre las escuelas, los centros de salud y los municipios”. Generar este tipo de redes son factores de mejora escolar. La conexión con distintos instituciones de municipios y barrios aporta datos que permiten conocer el trayecto de cada cada estudiante y no tener que duplicar. Se podrían armar base de datos completas que nos den información cruzada de lo que transita una persona desde su ingreso al sistema educativo.

El punto 1.8 parece el más obvio de preguntarse: “Evaluar las capacidades de infraestructura sanitaria de los establecimientos educativos (provisión de agua y funcionamiento de sanitarios) en cada jurisdicción, a los efectos de asignar o reasignar los recursos necesarios para la optimización de las mismas.”  Se sabe que no es así, pero este punto no debería ni existir si las escuelas serían objeto de revisión infraestructural constante, teniendo en cuenta su importancia. Ojalá que aquellas que escuelas que se mejoren permanezcan en revisión y sin ser olvidadas aún sin pandemia, porque instalar la cultura sanitaria también forma parte de lo que puede acompañar la escuela.

El punto 3.4 forma parte de las acciones previas a realizar y plantea: “Definir escenarios y prácticas, que incluyan capacitaciones, ensayos y ejercicios para la comunidad educativa, que contemplen alertas sobre el contacto físico y los procesos de adaptación a la “nueva normalidad””¿Se imaginan si podríamos dar tiempo a formarnos en distintos escenarios? ¿Cómo podríamos hacer para instalar estas capacitaciones post pandemia? Lo interesante de plantear escenarios y capacitación es tener intención de anticipar y no tener que ir detrás de la pelota. Era difícil imaginarse que algo externo nos iba a obligar a desarrollar de un día para el otro todo virtual, pero hay muchos especialistas debatiendo sobre lo que se viene en materia educativa y sería bueno que se piense desde las escuelas también.

Lo interesante de plantear escenarios y capacitación es tener intención de anticipar y no tener que ir detrás de la pelota

El punto 4.4 y 4.5 son propuestas de acciones para la apertura. El primero de ellos es redundante en materia de equidad: “Desarrollar actividades de continuidad pedagógica no presencial para quienes no puedan asistir a la escuela, propiciando condiciones de equidad.” La pregunta es por qué hará falta aclararlo y dejarlo por escrito. Si bien cada une tendrá su respuesta, la clave es recordar que debemos garantizar el acceso de todes, es un deber. El 4.5 habla de “espacios de trabajo alternativos a los habituales para abordar dudas sobre la pandemia". Ojalá la escuela siempre tenga espacios alternativos para abordar dudas, emociones, preguntas sobre temas de impacto social, político, ambiental, etc. Celebro que se incluya y es fundamental que cuando esto termine siga siendo una propuesta federa

El punto 5.A y 5.B son parte de las instrucciones en caso de que aparezca un posible caso. Sin embargo, está absolutamente alineado a lo pedagógico. Se plantean dos escenarios de disposición del aula y de formas de asistencia. Básicamente son estrategias de grupos por aula, por turnos, por día y/o aulas burbujas. Hace tiempo que es tema de debate la disposición aúlica. En muchas escuelas han logrado romper con la tradición “frentista” y de mirarnos las nucas. Finalmente, de adoptar estas disposiciones más allá de la “enfermedad”, podríamos romper la lógica y comenzar a trabajar en grupos y pensar si siempre tenemos que trabajar todes juntes. Parece ser que llegó el momento de pensar en una escuela con otros horarios, disposiciones y formas de trabajo.

Lo positivo es que dejándolo por escrito, nos permite pensar que post pandemia podemos hacer uso de estos compromisos para que realmente exista mayor tiempo (remunerado) de trabajo por equipos, de formarnos y pensarnos como docentes

Por último, el punto 8 es un festín para pensar lo pedagógico de lleno. Allí es donde el lector o lectora podrá encontrar las principales ideas en cuanto a contenidos. Analicemos, a modo de ejemplo, el punto 8.F: “Respecto a la organización de la docencia, el trabajo directivo y de supervisión” Dentro del mismo hay cuestiones que abarcan tiempos de trabajo entre supervisores y directores, directores y equipos docentes, profundizar el ejercicio de la función tutorial con el objetivo de acompañar más y refuncionalizar los perfiles de asistentes territoriales y maestros comunitarios para asistir en necesidades sociales y pedagógicas. Los puntos son pertinentes, pero deja la sensación de que, de nuevo, si hay que aclararlo es porque no se tenía en cuenta de tal modo. Lo positivo es que dejándolo por escrito, nos permite pensar que post pandemia podemos hacer uso de estos compromisos para que realmente exista mayor tiempo (remunerado) de trabajo por equipos, de formarnos y pensarnos como docentes, con todo lo que eso implica.

El protocolo para la vuelta a clases es un buen punto de partida, con muchos punto que no sorprenden pero que tienen que estar y otros que nos permite pensar en la escuela que se viene. Habrá que ver si la implementación funciona y nos devuelve uno de las instituciones que más se extraña: la escuela.

*Asesor Didáctico - Profesor UBA (@PabloEisbruch).