CULTURA
Anticipo

Cómo fueron los primeros años de la religión cristiana

El diccionario de las religiones, realizado por Mircea Eliade y Joan P. Couliano revisa los orígenes del cristianismo tras la crucifixión de Jesús. Adelanto de un fragmento.

Primeros predicadores cristianos
Primeros predicadores cristianos | Agencia Shutterstock

Mircea Eliade fue uno de los filósofos más importantes del siglo XX y sus aportes a la historia de la religión han tenido una trascendencia universal. Se acaba de publicar en castellano el Diccionario de las religiones, que fue publicado originalmente tras la muerte del autor en 1991, con los aportes de Ioan P. Couliano. Este diccionario incluye artículos dedicados a las diferentes religiones del mundo, con informaciones actualizadas sobre fundadores, profetas, libros sagrados y las diversas corrientes espirituales que han dejado su huella en la historia espiritual de la humanidad.

De esta edición publicamos un fragmento del 10° capiítulo, dedicado al cristianismo, donde se cuentan los orígenes y la falta de confirmación histórica de los hechos.

(...) "Jesucristo, un profeta judío de Nazaret, en Galilea, nacido al comienzo de la era cristiana y crucificado, según la tradición en la primavera del año 33, ocupa el centro de la religión cristiana. Su vida y su breve carrera de mesías están descritos en los Evangelios. Las fuentes históricas de aquel entonces no contienen casi ninguna información sobre Jesús, hasta el punto de que una corriente mitológica radical ha puesto seriamente en duda su existencia histórica. Aunque comúnmente aceptada en la actualidad, la existencia de Jesús continúa planteando numerosos problemas históricos.

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""El Jesús de los Evangelios es el hijo de María, esposa del carpintero José. Después de haber sido bautizado por Juan Bautista, un profeta posteriormente ejecutado por el rey fantoche Herodes, Jesús se lanzó a predicar y a hacer milagros. Hoy nos es imposible reconstruir su mensaje original. Aunque el cristianismo se considera una religión de la paz, es probable que Jesús hubiera mantenido relaciones sospechosas con los zelotas, combatientes judíos fundamentalistas que se habían propuesto poner fin a la ocupación romana de Palestina. S. G. F. Brandon opina incluso que esas relaciones habrían sido muy estrechas. En cualquier caso, la actitud de Jesús no fue la más adecuada para atraerse las simpatías de las autoridades religiosas judías, que lo mandaron arrestar y lo entregaron a la justicia romana. La acusación no está del todo clara: parece, sin embargo, que unos lo acusaban de blasfemia y otros de sedición. Después de un juicio sumario en que Pilatos (o tal vez los prudentes autores de los Evangelios, que no quisieron incomodar a las autoridades romanas) decide confiar la sentencia al pueblo judío, Jesús es crucificado por los soldados romanos bajo la probable acusación de ser un falso mesías. Murió y el mismo día lo enterraron.

Borges y Jesucristo
Mircea Eliade, Diccionario de las religiones.

"Uno de los problemas más espinosos que la critica moderna se ha visto obligada a afrontar (aunque sin éxito) ha sido el de fijar con cierta precisión la idea que Jesús tenía de sí mismo. ¿Se tenía así mismo por el Hijo de Dios? ¿Se creía el mesías (y qué tipo de mesías? ¿Se consideraba un profeta? Sea como fuere, el Jesús de los Evangelios actúa como si detentase una autoridad mayor que la de la misma Torah, con el objetivo último de llevar de nuevo los pecadores a Dios y de anunciar la llegada del reino de Dios. Parece indiscutible que Jesús se dirigía a Dios con el término familiar abba («papá», «querido padre»), aunque cabe dudar de que sus sentimientos filiales hayan sido los mismos que le atribuyeron las generaciones posteriores, bajo el influjo de un platonismo al que no le disgustaba la idea de que el mundo de los arquetipos se hubiese encarnado en un ser humano. Los Evangelios sinópticos le dan a Jesús con relativa frecuencia el título de Hijo del hombre (utilizado por el profeta Daniel), del que por desgracia no estamos en condiciones de precisar el significado contextual (en lengua aramea significa sencillamente -hombre»). Sus discípulos lo llamaron mašiaj, mesías («ungido»), es decir, «consagrado, en griego khristos. Si fue crucificado bajo la inscripción «Jesús de Nazaret, Rey de los judíos, es probable que se le atribuyese la idea de pertenecer a la descendencia real de David. Sin embargo, no parece que Jesús haya proclamado jamás abiertamente su identidad de mesías. Personaje enigmático, muere, y sus discípulos afirman que ha resucitado al cabo de tres días y que ha permanecido con ellos durante cuarenta días más (Hechos 1,3; las tradiciones apócrifas de los gnósticos ofrecen un número de días muy superior). Pero, en el momento en que el cristianismo no era otra cosa que una secta judía, sectas como la de los ebionitas tenían a Jesús por un simple profeta y no creían en su resurrección. Fue Pablo quien puso la resurrección en el centro del mensaje cristiano.

"Pablo de Tarso, el genial ideólogo del cristianismo, fue una personalidad compleja. Su verdadero nombre era el de Saul (o) y provenía de una familia judía de la diáspora, lo suficientemente rica como para permitirle recibir una educación clásica, juntamente con una sólida instrucción en la Torah. Era ciudadano romano y fariseo. Comenzó persiguiendo a los cristianos, pero se convirtió a la nueva fe a raíz de una visión de Cristo resucitado en el camino de Damasco. Su actividad misionera se inició poco después y aseguró la continuidad del cristianismo fuera del judaísmo, entre los gentiles. Hacia el año 48, Pablo y sus compañeros, después de haber pasado dos años en Asia Menor, se embarcaron con rumbo Europa, donde fundaron las Iglesias de Filipos, Tesalónica y Corinto. Mientras que el partido judaizante de Jerusalén seguía concibiendo el cristianismo como una rama del judaísmo y exigía la circuncisión y la observancia de las prescripciones normativas de la Torah, Pablo optó audazmente por emancipar el cristianismo del judaísmo, contraponiendo el régimen de la Ley a la libertad que gozaba el cristiano bajo el régimen venturoso de la Fe. Ese momento de crisis y tensión entre Pablo y la Iglesia madre de Jerusalén, dirigida por Santiago, hermano de Jesús, y por Pedro, constituye el tema de la carta de Pablo a los Gálatas de Asia Menor hacia el año 53). La actividad de Pablo en Éfeso llega a su fin a causa del motín de los plateros de la ciudad. Más tarde lo encontramos de nuevo en Corinto, donde prepara su viaje de misión a Roma y a España. Alrededor del año 57 visitó Jerusalén y proyectaba el viaje a Roma. Se detuvo en Cesárea, donde permaneció encarcelado durante dos años, hasta que, basándose en su condición de ciudadano romano, apeló al juicio del emperador en persona. De esta manera, hacia el año 60, llegará a Roma, donde dos años más tarde será ejecutado siendo Nerón el emperador."

CP