CULTURA
‘manifesto’ en proa

Cuestión de principios

Se presenta en Fundación PROA “Manifesto”, la muestra del artista y cineasta alemán Julian Rosefeldt. Se trata de una recopilación de los principales manifiestos estéticos que demuestran, por derecho propio, la extraordinaria fuerza expresiva y poética de las sensiblidades que dieron forma a la vanguardia del siglo XX. Cada texto es interpretado de manera magistral por Cate Blanchett.

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Cuerpo y letra. Manifesto pone en discusión el rol del artista en la sociedad actual. Una instalación con 13 pantallas en simultáneo; cada texto es interpretado por la actriz Cate Blanchett. | proa

No todo el arte que se realiza en el presente es arte contemporáneo. La afirmación de Boris Groys indica una distinción entre la categoría de tiempo, en tanto temporalidad de realización del arte, en este caso, y la relación del arte con su tiempo, en términos más de programa y de pensamiento. El arte contemporáneo será, entonces, aquel que tenga el presente como una preocupación primordial entre sus condiciones de producción. Que piense ese estar en el mundo menos que sea la fecha de su accionar.

Por el contrario, continúa Groys en la distinción sobre los tiempos del arte, el arte moderno es aquel que tuvo relación con el pasado y, sobre todo, con el futuro. Hacia atrás cerró una tradición, le puso un punto final. Hacia adelante, diseñó el arte por venir. Esas fueron, con sus particularidades, las vanguardias que atrajeron para sí todas las desinencias posibles de los “ismos”. Entre ellos, el Futurismo fue más allá: hizo de ese tiempo algo completamente suyo.

En esa encrucijada temporal será productivo ver Manifesto, de Julian Rosefeldt, una instalación audiovisual de 13 videos interpretados magistralmente por Cate Blanchett. Porque no solamente actualiza esas dos instancias de descripción del arte, el moderno y el contemporáneo, sino que lo hace en el lugar más problemático de la vanguardia: sus manifiestos.

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Mucha de la bibliografía que se ha encargado de ellos señala que el manifiesto, esa textualidad que explicita los contenidos y el programa de cada uno de los movimientos artísticos que han transitado el siglo pasado, es casi el acta de defunción. Que toda esa libertad creativa se ve encorsetada en las líneas que indican lo que se debe hacer. Que poco queda librado a la espontaneidad en la complicada intersección entre arte y vida. Esa que fue la meca y el sueño de sus artistas. Los manifestos, según algunos críticos, son la lápida de la vanguardia.

Sin embargo, Rosefeldt, que realiza un collage de cincuenta textos históricos de cada uno de los manifiestos de artistas (Malevich, Claes Oldenburg, Sol Lewitt, Lucio Fontana), poetas (Breton, Tzara, Marinetti), cineastas (Jim Jarmusch), coreógrafos (Yvonne Rainer) y arquitectos, así como el Manifiesto comunista, de Marx y Engels, parece estar diciendo otra cosa. No exactamente lo contrario pero sí está mostrando que esos textos pueden tener una potencia artística. Quizá no para el futuro que estaban propiciando, para el arte de vanguardia, pero sí para el arte contemporáneo.

De esa manera, en cada una de las pantallas, Rosefeldt pone a funcionar una narración con imágenes que va a tener por texto cada uno de los mencionados. Una maestra de escuela, una madre religiosa que bendice los alimentos en la mesa familiar, una coreógrafa muy estricta, una presentadora del clima por televisión, una viuda, un pordiosero, una trabajadora fabril, una CEO, una punk, una titiritera, una agente de Bolsa, una científica, están interpretadas por la única Cate Blanchett. El vínculo entre estos pequeños relatos y los textos es, cuanto más lejano, más perfecto. El humor, destilado en dosis homeopáticas en alguno de ellos, es exquisito. El sonido cae de los parlantes y produce el efecto como si fuera un líquido sobre la cabeza.

La posición de las pantallas en el espacio de la sala dibuja un recorrido que se refuerza en el momento de la apoteosis: en todas ellas el recitado que se canta coincide. Todos los manifiestos que salen de la boca de la actriz están al mismo tiempo. Desajustados de los propios pero al servicio de un presente que los necesita para crear.


Manifesto

Julian Rosefeldt

Fundación Proa

Av. Pedro de Mendoza 1929

Martes a domingos de 11 a 19