Arengado por Messi, el Monumental atronó con el tradicional "la Scaloneta, la p...", y las lágrimas corrieron por el rostro de Lionel Scaloni, que había tratado de iniciar un discurso "corto", acompañado por sus hijos en el medio del campo.
"Bueno basta, basta...", alcanzó a decir ya emocionado el DT, y agregó "el padre de la Scaloneta está allá arriba, que me pudo venir a ver hoy y para mí es el regalo más grande del mundo", saludando a parte alta del estadio en que encontraba su papá.
Fue uno de los puntos más lindos de una noche que abundó en emociones, y que le dio a la Selección argentina ese amor que será eterno, y que incluso brillará todavía cuando se mire a la luz de la historia, como una de las escasísimas cosas que une al país en momentos en que inflación, pobreza y dificultades conforman una realidad cotidiana y dramática.
"Quiero decir solo esto, agradecimiento eterno a este grupo de jugadores, el fútbol es de ellos, sin ellos no podríamos haber salido campeones del mundo", agregó el DT. Chiqui Tapia estaba a unos metros, pero el DT centralizó su agradecimiento solo en los jugadores.
"Todos los que pasaron por este proceso, como dijo Leo, los anteriores, y todos los que se ponen esta camiseta, creanmé, porque nosotros los del cuerpo técnico también lo hemos vivido, todos los que se ponen esta camiseta dejan hasta la última gota de sudor", precisó Scaloni.
Fiesta en el Monumental: un tiro libre formidable de Messi selló el 2-0 a Panamá
La palabra de Scaloni tras el partido ante Panamá
"Hay veces que el resultado no se nos da, pero esta vez se nos dio y es increíble...", señaló entre aplausos. "Y por último, como dijo Leo, ganar un Mundial es muy difícil, ver a todos tan felices no tiene precio, lo he dicho muchas veces pero no tiene precio. En mi vida pensé que iba a tener este reconocimiento y ellos ahora se están dando cuenta de lo que han logrado, y es todo gracias a ustedes y por ustedes...".
Luego, tratando de hablar con sentido futbolístico, diría que le gustó la forma en que la selección panameña vino a jugar al Monumental, destacando que Argentino debió esforzrase por superarlos y señalando que "el partido fue una buena prueba".
La fiesta, la del Monumental, había terminado. La del alma, solo tuvo una noche más.
HB