DOMINGO
Historias

Las dos caras de la moda

16-4-2023-Logo Perfil
. | CEDOC PERFIL

En el mundo de la moda he visto muchas injusticias. Me he metido en el fango, oscuro, denso, de la industria. La he conocido por dentro no como me la contaron, sino descubriéndola poco a poco (y nunca más oportuna esta palabra, “des-cubrir”, sacarle capas), porque la he caminado. En estos años de trabajo en la industria de la moda he sido testigo del sufrimiento de mucha gente.

El sistema de la moda, la industria, es como la noche y el día: por un lado, hace mucho daño, esclavitud, salarios irrisorios, contaminación ambiental, promoción de consumo desmedido, por otro, sé que puede cambiarles a las personas la realidad en la están viviendo. Por ello llevo dieciséis años trabajando en este sector con el corazón partido en dos. Este es un negocio que mueve mucho dinero, y que casi siempre está mal distribuido, su varita toca solo a unos pocos, y esto también es injusto.

Por todo ello, este libro es un homenaje a todas las personas que he conocido a lo largo de mi vida como diseñadora de moda, que han visto con sus propios ojos el dolor, la frustración y la injusticia.

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Cuando era pequeña me deslumbraban las revistas de moda, pero no podía acceder a ellas. Solamente cuando, durante las vacaciones, mis abuelos nos regalaban algo de dinero, me compraba alguna revista de entre las que pudiera conseguir en Necochea, una ciudad pequeña de la costa argentina. Esas revistas las atesoraba como oro en paño, porque me ilusionaba poder vivir un rato en ese mundo tan “perfecto”, tan colorido, con olor a nuevo. 

Crecí admirando ese brillo, la perfección de las modelos, la belleza que encandila de los tejidos y las marcas que representaban algo que no sabemos nombrar pero que igualmente sentimos, algo que parece que nos elevan desde nuestra miserable estancia. Todo eso también me obnubiló, me sedujo y, cuando estudiaba en la universidad, decidí cambiar Arquitectura por otra carrera que me dejara un gusto en la boca más afrutillado y con olor a perfume francés. Parecía un paraíso.

Sin embargo, la realidad es que lo que me interesó de la moda siempre fue algo un poco distinto, aunque tardé en darme cuenta de qué era. (…)

Creo fervientemente que la educación es el arma más poderosa que tienen las personas para defenderse de cualquier sistema opresor y manipulador. La educación te abre la mente, te da perspectiva y te ayuda a pensar, no tal como te enseñaron, sino como tú quieras, te ayuda a creer en la fuerza de tus ideas, en tu voz, en tu mensaje, en tu derecho de gritarlo al mundo.

Ese es el motivo por el que emprendí también mi aventura como docente, deseaba llevar al aula todo lo que había visto, todo lo que conocía de la industria de la moda, tan distinto del discurso abstracto, limpio y desapegado de cualquier sentimiento que yo había aprendido. Deseaba involucrar a aquellas jóvenes estudiantes que serían, en el futuro, diseñadoras en esta realidad de la industria que no es superficial. (…)

Todo ello me ha llevado, muchos años después, a escribir este libro como una forma de librar una pequeña batalla contra las injusticias que envuelven al mundo de la moda.

He conocido a muchas personas lastimadas por esa desigualdad. Hablo de personas rescatadas de la esclavitud de los talleres de costura; hablo de la inseguridad con la que trabajan –lastimándose con una cortadora, con una máquina, o sin salida de emergencia– porque la empresa no respeta los mínimos de seguridad; hablo de contaminación durante el proceso de estampado, teñido, cosido; hablo de diseñadoras maltratadas por la gestión a base de gritos en las empresas para las que creaban; hablo de trabajadores sometiéndose a la presión de hacer las cosas en tiempos irrisorios; de gente con tres trabajos para llegar a fin de mes, porque se le paga tan poco que no le alcanza, personas que viajan horas a diario para llegar a sus puestos de trabajo y que se gastan el sueldo en transporte, personas sin esperanza, trabajando de sol a sol, agotadas por una moda que no alimenta, sino que desgasta.

Este es el paisaje que yo he “des-cubierto” en la industria de la moda, tan alejado de la belleza perfecta que me fascinaba de niña.

La sostenibilidad habla de crecimiento económico equilibrado. Y en la moda hay tanto desequilibrio… La moda no puede ser solo para unos pocos, los libros de moda no deberían estar siempre centrados en las marcas de lujo. Hay otras realidades posibles, sostenibles, y estas son con las que me encuentro diariamente en mi estudio, como profesional, como profesora. De ellos, y de esa otra moda posible, quiero hablarte en este libro. Porque la moda también es un negocio muy bonito, que da empleo a mucha gente y que se puede hacer de una manera más equitativa. En la historia, innumerables mujeres han salido adelante con una máquina de coser y con ello han podido sentirse independientes, libres, empoderadas. Pero es una industria que necesita sanarse y hace falta la ayuda de todos para hacerlo. La sociedad debe cobrar una conciencia más profunda acerca de los impactos negativos que genera.

*Autora de Maldita moda. MME (fragmento).