El dólar para la venta minorista cerró ayer a un récord de $ 31,46, o sea, 48 centavos arriba del jueves, según el promedio del Banco Central. El salto de la divisa se da en un clima donde las incipientes dudas de los inversores sobre el escenario electoral 2019 en Argentina y qué pasará con el ajuste fiscal en caso de que Macri no sea reelecto es un factor que pesa cada vez más en el ánimo de los mercados, según la mirada de analistas internacionales y locales. Puntualmente esta semana, el peso estuvo presionado por la devaluación del real, impulsada por la incertidumbre sobre las elecciones presidenciales de octubre, aunque ayer el real frenó su caída y el resto de las monedas emergentes se revaluó, exponiendo más el riesgo local. “Todo pega a Argentina”, plantean los analistas, por su “vulnerabilidad económica”, en un contexto de pronósticos negativos de todo tipo (ver aparte).
Semana. El dólar minorista finalizó con una suba semanal de 3,43% o $ 1,04. En lo que va de agosto, el billete verde acumula un aumento de 12,27%. En el terreno mayorista, la divisa cerró ayer a un récord de $ 30,90, o sea, un alza de 41 centavos respecto del jueves, y un repunte semanal de $ 1,05, la segunda más importante desde junio pasado.
A diferencia de la semana anterior, el BCRA no subastó reservas, sino que optó por vender entre el miércoles y el viernes en el mercado de futuros para contener la escalada del dólar. “La dolarización de portafolios se mantuvo muy intensa generando una demanda que no pudo ser satisfecha por la oferta en el mercado. La estrategia oficial repitió su esquema de los días anteriores, con moderadas incursiones en los mercado de futuros que no tuvieron por objeto alterar el sentido de la evolución de los precios, aunque por momentos intentó moderar sin mucha suerte el salto experimentado”, evaluó Gustavo Quintana, de Pr Cambios.
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Causas. Mariano Arrieta, jefe de estrategia de mercados emergentes en Londres del Credit Suisse, analizó que “obviamente el real juega un rol importante” en la suba del dólar “pero lo que hay que preguntar es por qué todo afecta al peso, y tiene que ver con que Argentina necesita corregir desequilibrios, darle al mercado un panorama fiscal más sólido”. Juzgó que “lo que más preocupa es la incertidumbre poselecciones, y si Macri no es reelecto, qué pasará con el ajuste fiscal, porque no se sabe potencialmente con un nuevo gobierno cuál va a ser la estrategia fiscal, si va a seguir la misma línea”. Para Alberto Ramos, jefe economista de Goldman Sachs, “Argentina está expuesta a los cambios del sentimiento hacia los mercados emergentes dado su vulnerabilidad interna como alta inflación, déficit grande de la cuenta corriente y desequilibrio fiscal, bajo nivel de reservas, y las posibilidades de financiación limitado al mercado interno”. Sobre la incertidumbre electoral, alegó que “más allá de un nombre específico, al mercado le gustaría ver la continuación de las políticas ortodoxas después de las elecciones”. El presidente del JP Morgan en Argentina, Facundo Gómez Minujin, coincidió que las elecciones en 2019 en Argentina “van a generar incertidumbre” y por ende “volatilidad”. Con este escenario, donde “impacta la crisis turca” y “el complejo proceso eleccionario en Brasil”, el directivo planteó que el gobierno debe “prepararse”. En ese sentido, opinó que “Argentina hizo bien en ir al FMI más temprano que otros países, fue una decisión adecuada, pero tiene que considerar también otras alternativas de financiamiento”.
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Previsión. Federico Furiase, de Eco Go, advirtió que “con las dudas del mercado sobre cómo va a cerrar el programa financiero de acá a fin de 2019, y con la recesión exténdiendose en el tiempo y complicando el capital político de cara al año electoral, va a seguir habiendo presión sobre el dólar”. Proyectó un dólar a fin de año en $ 34. Coincidió con esa visión Guido Lorenzo, de ACM, y estimó que el dólar a fin de año estará “en torno a $ 35, aunque es difícil predecir en este contexto”. Para José Echagüe, de Consultatio, el dólar continuará en sendero “ascendente” porque “mínimo va a seguir a la inflación, que este año probablemente termine en 34%”. Eso da, al menos $ 1 por mes, dice.
También se hundió el Merval
El mal clima de los mercados se reflejó ayer en un rebote del riesgo país, que volvió arriba de los 700 puntos (702 puntos básicos). Y en que la Bolsa porteña se derrumbó ayer 5,11%, y perforó la barrera crítica de 26.000 unidades. Cerró en un nuevo piso de 25.167 puntos, arrastrada por las acciones del Grupo Supervielle que se desplomaron 30,5%. Eduardo Fernández, de Rava Bursátil explicó que “la estrepitosa caída de Supervielle es por la presentación de los resultados del segundo trimestre, que reportó una ganancia neta de $ 271 millones, contra los $ 722 millones obtenidos en el primer trimestre, o se una baja del 62%, y esta gigantesca baja terminó por arrastrar a todo el segmento de renta variable local”. Los papeles de Supervielle se hundieron hasta un 33,2% en Wall Street, al igual que las acciones de otros bancos que cotizan en la bolsa de Nueva York, como Grupo Financiero Galicia (- 7,1%) y Banco Francés (-3,3%).
