Cena de reencuentro de ex funcionarios. Fue una cena de varios reencuentros. En especial, de varios ex funcionarios que en la antesala bulliciosa de la comida propiamente dicha se saludaron, y conversaron hasta finalmente ubicarse en sus mesas. Así fue como en la cena anual que Fundación Cimientos hizo este año en el restaurante Central de La Rural se vio deambular y “hacer living” a Andy Freire a quien el alejamiento de la función pública en la Ciudad parece haberle devuelto un semblante relajado. Más adusto –casi un gesto propio de los economistas pro establishment– estuvo Alfonso Prat-Gay, inseparable de su pareja, Delfina Rodríguez Beccar. Y otro que estuvo muy movedizo y de igual semblante que Freire –es decir, relajado y sonriente– fue Mario Quintana, a quien no le quedó mano por estrechar, incluso a invitados que ya estaban en sus mesas, como Carlos Rosenkrantz, cuya esposa, Agustina Cavanagh, fue en algún momento presidenta de la Fundación Cimientos. También se reencontró con David Steindl Rast, hermano benedictino e irlandés, cuyos escritos forman parte de la biblioteca del ex funcionario. Y por lo visto, Rast tiene de seguidores a varios de los presentes porque fue uno de los más buscados para saludarlo. Fundación Cimientos es una ONG cuyo objetivo es que más personas ingresen o no dejen de estudiar. Por eso, una de las metas de la comida fue conseguir que los comensales aportaran para becar a chicos en situación vulnerable. Su creador es Carlos Tramutola, ex directivo de Techint. Quizá por esto último estuvo también presente Paolo Rocca, empresario que es algo reacio a participar en cenas con medios presentes. Igualmente prefirió esquivar el paso por la alfombra roja y los flashes y se ubicó en un sitio reservado, bajo el ombú, para conversar con amigos y esperar el comienzo de la comida.
Mesa antigrieta. Una de las mesas más eclécticas de Cimientos fue la que compartieron Juan Llach, Daniel Arroyo y Daniel Filmus. La economía fue uno de los temas que tocaron con una diplomacia que muchos shows televisivos envidiarían. Y el dato sorpresa: la organización de la cena fue de Plan V, la empresa de Claudia Villafañe.
Otra fiesta y van... La fortuna no se celebra, se disfruta, y los Roemmers –una de las familias que se reposicionaron en el ranking de millonarios 2019 de Forbes– saben cómo hacerlo. Alberto (hijo) hizo un mágnífico almuerzo con alta concurrencia –que acomodó en una gran carpa rodeada de un césped impecable y con producción de Bárbara Diez– para celebrar un nuevo aniversario de amor con Gina Vargas. Hace un mes la pareja celebró una segunda fiesta de boda en la isla de Baru (Cartagena) –la primera fue en 2017 en Argentina– para los familiares y amigos colombianos de Gina.