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Espía 8 de octubre

Cena de empresarios y politicos a “la espera” de Joan Miró / El gran festejo / Cena de blanco y rojo / Rictus impostado / Microdebate.

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Cena de empresarios y politicos a “la espera” de Joan Miró.
No se trató, por supuesto, de un cónclave esotérico para revivir al célebre pintor catalán. Sino la excusa perfecta que la Asociación de Amigos del Museo Bellas Artes tuvo para anticipar la futura megaexposición de Joan Miró –que comenzará el próximo 25 de octubre en un clima festivo– y lograr así que su fiesta anual para la recaudación de fondos tenga un atractivo adicional. Y con la potencia de muchos integrantes el objetivo se cumplió con creces. Pocas son las organizaciones de este tipo que logran que sus invitados se animen a lookearse teniendo en cuenta el estilo del pintor catalán. Y sobre todo una noche a comienzos de semana. Incluso hubo algunos caballeros que hasta se animaron a incorporar algún detalle de color a sus trajes como, por ejemplo, Ludovico Rocca o Dicky Smith Estrada. Por supuesto, fueron ellas las más coloridas. Más allá del elenco  estable de invitados que apoyan durante todo el año al Bellas Artes, este año, entre los invitados, hubo algunos funcionarios como Guillermo Dietrich –quien hasta volvió a ponerse una corbata de un verde llamativo–, Juan Curutchet, Fabián Perechodnik, el titular de YPF, Miguel Gutiérrez, y por supuesto Pablo Avelluto con su mujer, Carolina Azzi, quien esa noche parecía que iba a terminar directo en alguna clínica, dado su estado avanzado de embarazo. Y a quien se vio, además de colorida, muy contenta, fue a Amalia Amoedo con su nueva pareja, Gonzalo Guerrieri.

El gran festejo.
Aún falta poco para el verano pero Punta del Este es uno de los destinos que al menos desde fin de diciembre hasta comienzo de enero reunirá a mucha gente de la que participó en la cena del Bellas Artes. Pero esa noche, de otro destino se habló en varias de las mesas principales: Marrakech. Y es que en febrero un empresario cuya familia integra la acotada lista de los millonarios argentinos que anualmente publica Forbes celebrará allí su cumpleaños que, por supuesto, es un número redondo. La mayoría de las invitaciones ya fueron enviadas porque, como es costumbre en el personaje en cuestión, sus cumpleaños incluyen áereos y, como en este caso, dos días de estadía. Una logística no sólo costosa sino de relojería.

Cena de blanco y rojo.
Este año, ante la demanda, Fundación River se mudó del Monumental al espacio donde su rival histórico –Boca Juniors– también convoca a su comida anual. Y por el resultado obtenido la movida resultó porque 45 empresas apoyaron la convocatoria y tuvieron un récord de recaudación: $ 15.144.800. Y para arribar a esa cifra no sólo subastaron la camiseta con la que Ignacio Scocco anotó los 5 goles ante Jorge Wilstermann o la posibilidad de jugar un partido en el Monumental contra el cuerpo técnico de Marcelo Gallardo, sino que apelaron a la emoción que provoca ser dueño de antiguas butacas de la tribuna San Martín firmadas por todos los jugadores. Algo así como los de San Lorenzo alguna vez compraron los tablones de la cancha devenida supermercado, o los xeneizes se hicieron de fracciones de césped de la Bombonera.

Rictus impostado.
Aun cuando las encuestas del oficialismo contienen guarismos alentadores para la elección por venir, hay integrantes de la mesa chica de María Eugenia Vidal que comprimen el entrecejo para acentuar un semblante preocupado. Igualmente no logran del todo convencer a quienes los escuchan argumentar esa actitud precavida con “sensaciones aleatorias” a lo que se exhibe en las fotos de los timbreos.

Microdebate.
Alta charla mantuvieron en la cena de la Di Tella dos que hace mucho no se veían, Daniel Filmus y Martín Lousteau y a ellos se sumó el cuasi oficialista consultor Alejandro Catterberg.