Comparte con la misma pasión la actuación para televisión que la dirección teatral. Es Leonor Manso una profesional que transita con igual talento tanto las pantallas como los escenarios. Desde el lunes pasado encarna en la Televisión Pública Argentina a Herminia, madre del personaje que interpreta Malena Solda, o sea la suegra de Nicolás Cabré. Pero mientras graba casi diariamente esta ficción titulada Cuéntame cómo pasó filma una película y ya está armando cómo será su puesta en escena del unipersonal que escribió Rainer Werner Fassbinder: Las amargas lágrimas de Petra von Kant, que presentará el próximo año con Muriel Santa Ana, en el teatro General San Martín.
—El año pasado asumiste un papel protagónico en “Los ricos no piden permiso”. ¿Cómo compusiste a este nuevo personaje?
—Lo primero que me dijeron cuando me dieron los libros es que esta mujer, viuda, había llegado a la Argentina escapando de la Guerra Civil Española. Ese es un mundo muy cercano para mí, ya que mis dos padres eran de esa misma nacionalidad. Mi mamá había nacido en Lugo, Galicia y mi padre en Segovia, Castilla. Y a pesar de haber venido muy jóvenes mantuvieron siempre sus
acentos. A mí se me ocurrió sumárselo ya que en esos años donde se inicia la acción de esta historia –década del 70– todavía había inmigrantes. Me encanta grabar este programa y este papel. Ella después se pone de novia y se casa (papel que interpreta Osvaldo Santoro). Es una mujer que debió criar a su hija sola y adora tanto a sus nietos como a su yerno. Es muy de aquella época.
—¿Por qué se emite sólo de lunes a jueves?
—La idea, que me parece muy interesante es que los viernes y con la conducción de Teté Coustarot se armen debates con distintos especialistas. Se hablará sobre lo que se vio en la semana pero desde distintos puntos de vista. Creo que es muy bueno armar la historia con varias miradas, ya es hora, pasaron más de cuarenta años de aquellos hechos.
—¿Y los libros nacionales?
—No conozco las otras versiones, pero felicité a las autoras (Liliana Escliar y Marisa Grinstein) porque lo que pasa en la familia, que es el centro de la historia, tiene actitudes totalmente reconocibles de cada época. Está entrecruzada la ficción con noticieros de aquellos años y cada integrante se verá afectado por lo que pasaba en el país. Todo el equipo tanto los técnicos como nosotros, los actores, lo estamos haciendo con mucho afecto.
—¿Graban de manera cronológica?
—No siempre, pero el espectador lo verá de manera cronológica. Hubo un pequeño cambio, ya que la historia se iniciaba con la muerte del presidente Juan Domingo Perón y yo sugerí que debía contarse antes su llegada, ya que los hechos ocurridos en Ezeiza nos marcaron. Lo increíble es que una se olvida de lo vivido, no recordaba los avisos e incluso algunas costumbres. Es muy interesante cómo los atraviesa la historia. Por ejemplo mi personaje, Herminia, no quiere a Perón, ya que lo asocia a Francisco Franco, ambos militares. Su opinión y postura es por sus vivencias, lo sabía por la actitud de mis padres. Aquí circula mucho el compromiso por estar filmando parte de nuestra historia.
—¿Ya habías estado en la pantalla de la Televisión Pública?
—Sí, en el 2014 grabé Doce casas. Historia de mujeres devotas, de Santiago Loza y al año siguiente Los siete locos y Los lanzallamas, pero fueron producciones que no se hacían en este canal, la Televisión Pública sólo los emitía. Ojalá que este programa funcione bien. Después del paso de Sofovich no se grabaron más ficciones en los estudios de la Televisión Pública. Hay que recuperar el público de esta pantalla y espero que haya espectadores para todos.
—¿Más proyectos?
—Estoy filmando una película, Finito de Alejandro Rath y empiezo a ensayar la obra de Fassbinder para estrenarla a principios del año próximo. Iremos a la Cunill Cabanellas, contaré con Graciela Galán como escenógrafa y con Renata Schussheim, en vestuario. Me gusta trabajar con ellas.