Un exagente de la CIA fue condenado a 40 años de prisión por un tribunal de Nueva York, Estados Unidos. El hombre, llamado Joshua Adam Schulte, fue acusado por cargos de espionaje, piratería informática, desacato al juzgado, declaraciones falsas al FBI y por pornografía infantil en un caso que comenzó tras la mayor filtración de información clasificada en la historia de la agencia y que fue recogida por WikiLeaks.
"Joshua Schulte traicionó a su país cometiendo algunos de los delitos de espionaje más descarados y atroces de la historia de Estados Unidos”, declaró el fiscal federal del distrito sur de Nueva York, Damian Williams. “Causó un daño incalculable a nuestra seguridad nacional en su búsqueda de venganza contra la CIA por su respuesta a las infracciones de seguridad cometidas por Schulte mientras trabajaba allí”, explicó.
“Cuando el FBI lo atrapó, Schulte redobló sus esfuerzos e intentó causar aún más daño a esta nación librando lo que él describió como una 'guerra de información' de publicar informaciones de alto secreto desde las rejas”, agregó Williams. "Y durante todo ese tiempo, Schulte recopiló miles y miles de videos e imágenes de niños sometidos a abusos repugnantes para su gratificación personal", concluyó.
La “traición” al país del exagente de la CIA
Schulte trabajaba como desarrollador de software en el Centro de Inteligencia Cibernética (CCI) de la CIA, dedicado a operaciones cibernéticas ofensivas tales como espionaje contra organizaciones terroristas o gobiernos extranjeros y creó herramientas cibernéticas que podían obtener datos de computadoras sin ser detectados.
Sus diferencias con la agencia de inteligencia comenzaron en 2015, cuando empezó a enemistarse con la dirección y con un compañero de trabajo, llegando a presentar una orden de alejamiento contra el compañero en un tribunal estatal, según muestran los registros judiciales.
Tras ser trasladado por esta serie de disputas personales internas, el exagente "abusó de sus poderes" y se concedió privilegios de administrador de los servidores que le permitieron acceder a los archivos de la CIA a pesar de haber sido descubierto.
Tras ello, el condenado comenzó a transmitir estos archivos a WikiLeaks en condición de anonimato a través del sistema operativo Tails y el navegador Tor; tras acabar las filtraciones, acabó borrando y formateando los discos duros internos de su ordenador personal.
En noviembre de 2016, el exagente abandonó la CIA, pero en marzo de 2017, el medio de Julian Assange publicó la primera entrega de sus filtraciones Vault 7, que se originaron a partir de dos programas a los que el acusado tuvo acceso, lo que generaría que comiencen las investigaciones en su contra, según muestran los registros judiciales.
WikiLeaks publicó un comunicado de prensa para acompañar la información, diciendo que los datos habían sido proporcionados de forma anónima por una fuente que quería plantear cuestiones políticas, específicamente sobre si la CIA había sobrepasado sus capacidades de piratería informática y excedido su autoridad.
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Sin embargo, Schulte, fue detenido en agosto de 2017 por cargos de pornografía infantil y meses después fue acusado de los cargos relacionados con la filtración de datos, alegando que también había mentido a los investigadores de la CIA y el FBI para cubrir sus huellas.
"Hoy, Joshua Schulte fue castigado con razón no solo por su traición a nuestro país, sino por su posesión sustancial de material pornográfico infantil horrible", dijo el subdirector a cargo del FBI, James Smith, en un comunicado. "La gravedad de sus actos es evidente, y la sentencia impuesta refleja la magnitud de la perturbadora y dañina amenaza que supone su conducta criminal", remarcó.
Durante el juicio, los investigadores también alegaron que el condenado se enfureció cuando los funcionarios de la CIA quisieron contratar a un contratista para desarrollar una herramienta cibernética similar a la que él estaba creando, según los fiscales.