-Lo viene a buscar un helicóptero y tiene cientos de ahorristas insultándolo en a puerta: a usted lo están confundiendo con Fernando de la Rúa.
-Varias chicas escotadas le lloran implorando que no las despida y de la sastrería le llegan varios pantalones con los bolsillos cosidos: a usted lo confunden con Gerardo Sofovich.
-La gente baila alrededor suyo o lo cruza por la calle a Oscar Ruggeri que inetenta molerlo a palos: a usted lo confunden con Marcelo Tinelli.
-Cada vez que lo miran fijo, le inician un juicio por paternidad: lo están confundiendo con Diego Maradona.
-A usted le regalan un apero, una montura, un rebenque, una bombacha de campo: lo están confundiendo con Hugo Moyano.
-A usted lo insultan en la calle, lo agraden en la cancha, lo increpan sus amigos, despotrican contra usted sus compañeros de trabajo, lo maldicen hasta sus padres y lo desacreditan sus hijos: lo están confundiendo con el tensita australiano Leyton Hewitt.
-A usted lo interrumpen cada vez que va a probar bocado: lo confunden con un invitado de la mesa de Mirtha Legrand.
-A usted se le acercan todos los jugadores de Vélez Sarfield con el fin de hacer una publicidad hot: la están confundiendo con Nicole Newman.
-Usted pasea por el Congreso y se le acerca un hombre que le entrega un sobre con dinero. Luego pasa otro, que le entrega otro sobre con dinero y otro y otro: a usted lo están confundiendo con… bueno, la verdad, lo podrían estar confundiendo con varios.
-Usted maneja millones de dólares, dice lo que quiere, no debe rendir cuentas ante nadie, con sólo decir, de vez en cuando, “sí Néstor” : a usted no lo confunden. ¡Usted es Alberto Fernández!