Ecuador: en motines coordinados toman de rehenes a 60 guardias
A salvo. Internos de seis cárceles de diferentes partes del país ya liberaron a los uniformados. |
AFP
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Presos de seis cárceles de Ecuador retuvieron a 57 agentes penitenciarios y policías. Los uniformados ya fueron liberados. “Pasaron por evaluaciones médicas para verificar su estado de salud y están a buen recaudo”, comunicó el organismo estatal a cargo de las prisiones.
El fin de la toma de rehenes coincide con la detención de diez personas por su supuesta relación con dos coches bomba (de un total de cuatro en el país) que explotaron el jueves en Quito dirigidos contra la entidad que rige las prisiones, en supuesto rechazo al traslado de penal de líderes de grupos criminales.
Las cárceles de Ecuador son el campo de batalla de bandas rivales de narcotraficantes que protagonizan masacres y operan desde las prisiones mientras el Estado se esfuerza por retomar el control.
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Los dos hechos son represalias por los continuos traslados de reclusos que llevan a cabo las autoridades y las intervenciones en busca de armas y drogas, de acuerdo con el gobierno. “Las medidas que hemos tomado, en especial en el sistema penitenciario, han generado reacciones violentas de las organizaciones criminales que pretenden amedrentar al Estado”, aseguró el presidente Guillermo Lasso en la red social X, antes Twitter.
Ubicado entre Colombia y Perú, los mayores productores mundiales de cocaína, Ecuador había logrado esquivar la violencia de las mafias. Pero en los últimos años bandas aliadas con carteles mexicanos y colombianos imponen el terror. Desde 2018 la tasa nacional de homicidios se ha cuadriplicado.
Las autoridades mantienen hermetismo sobre lo que está ocurriendo en las cárceles: se desconoce en cuáles hay guardias secuestrados, desde cuándo, y si esta fue o no una acción concertada.
Mientras tanto, Luisa González, que ganó en la primera vuelta de las presidenciales ecuatorianas y que disputará el ballottage el 15 de octubre, denunció ayer que fue amenazada de muerte y aceptó recibir protección militar.
“Hoy recibí amenazas contra mi vida al ser la candidata más probable a ganar la presidencia”, expresó la aspirante en un comunicado de su movimiento, Revolución Ciudadana, afín al exmandatario Correa.
