AFP Buyumbura El presidente de Burundi, Pierre Nkurunziza, regresó ayer al país tras el fracaso de un golpe de Estado que opositores impulsaron contra su intención de aspirar a un tercer mandato. Knurunziza agradeció a las fuerzas del orden por su “eficacia” en desbaratar el golpe, y amenazó a quienes siguen rechazando su intención de permanecer en el poder. “Quiero agradecer de corazón a los cuerpos de defensa y seguridad por la eficacia y rapidez que han mostrado para detener el proyecto macabro de destruir las instituciones democráticamente elegidas”, dijo el presidente, que anunció la reapertura de las fronteras y la vuelta a la vida “normal”. Nkurunziza vinculó a los golpistas con las “sublevaciones actuales”, por las manifestaciones de opositores a su candidatura a la presidencia para los comicios del 26 de junio, pidiendo que se detuvieran “inmediatamente”. El intento de golpe de Estado contra Nkurunziza anunciado por el general Godefroid Niyombare el miércoles se saldó ayer con un fracaso. “Hemos decidido rendirnos. Espero que no nos maten”, dijo el líder de los golpistas desde la clandestinidad. Niyombare había sido destituido de su cargo como jefe del servicio de inteligencia en febrero por haber desaconsejado a Nkurunziza que buscara un nuevo mandato. Bloqueado en Tanzania cuando se produjo el intento de golpe de Estado, consiguió regresar el jueves al país. Un alto mando policial afirmó que los otros tres líderes golpistas estaban “vivos” y “en manos” de las autoridades. “No vamos a matarlos, queremos arrestarlos y que sean juzgados”, dijo.
Crisis. Nkurunziza había ido a Tanzania para participar en una cumbre sobre la crisis política desatada en su país tras el anuncio de su candidatura a un tercer mandato presidencial. El 25 de abril el partido del presidente lo nombró candidato, lo que desencadenó manifestaciones y episodios violentos que dejaron una veintena de muertos. Según la ONU, más de 105 mil burundeses han huido del país desde que comenzaron las revueltas: 70 mil a Tanzania, 26 mil a Ruanda y más de 9 mil a la República Democrática del Congo.
