A cinco días de las elecciones presidenciales en Brasil, se oscurece el panorama para Lula. El actual mandatario Luiz Inácio Lula da Silva tendrá que elevar un informe a la Justicia Electoral, sobre la maniobra acerca de la supuesta compra de documentos de integrantes del Partido de los Trabajadores (PT), que aparentemente incriminaban al gobernador de San Pablo, José Serra.
La medida impuesta por el Tribunal Superior Electoral (TSE), instó al presidente a que en cinco días presente ante la Justicia un informe acerca del episodio que derivó, la semana pasada, en la renuncia del máximo asesor de Lula, Freud Godoy, acusado de organizar la maniobra.
Godoy, que se desempeñaba como asesor especial de la Secretaría Particular del presidente en el Palacio de Planalto, fue acusado junto a otros funcionarios del PT, de intentar comprar documentos por 800.000 dólares, que aparentemente afectarían la imagen del ex candidato a presidente por el Partido Social Demócrata (PSD) en el año 2002 y actual a la gobernación de San Pablo, Serra.
Como parte de la investigación que afecta directamente a Lula, la agencia Ansa señaló que el FBI estadounidense entregará mañana a la policía brasileña un informe acerca del origen del dinero que militantes del PT poseían en el momento que fueron detenidos, el pasado 15 de septiembre en un hotel de San Pablo.
Aún tiene aire. A pesar de las pruebas que la justicia pueda recolectar de acá al próximo domingo, el TSE adelantó que la ronda de testimonios y la consecuente resolución sobre la candidatura de Lula, se conocerá recién después de los comicios.
Duras declaraciones. Mientras que el líder de PSD, Fernando Henrique Cardoso, catalogó a Lula de “demonio”, por intentar desvincularse de los escándalos protagonizados por sus correligionarios, la senadora de ultraizquierda y candidata a la presidencia Heloisa Helena –con una intención de voto del 10 por ciento-, sostuvo que Lula es “cínico y disimulado” y “encabeza una organización criminal”.
Por su parte, ante las acusaciones públicas de la oposición, el secretario de Relaciones Internacionales del PT, Walter Pomar, dijo en declaraciones a la agencia Télam, que “Cardoso tiene un discurso fascista y golpista”.
Las palabras de Pomar, pueden enmarcarse en las denuncias de un golpe de estado, que el primer mandatario anunció la semana pasada, como presunta estrategia de la oposición para alcanzar el poder.
El regreso de un ícono de la corrupción. Si algo le faltaba al clima enrarecido que envuelve a las elecciones del próximo domingo, es la vuelta del ex presidente Fernando Collor de Mello, depuesto de su cargo en 1992, por un escándalo de corrupción.
Paradójicamente, Collor, que según una encuesta de Ibope encabeza la intención de voto para senador por el estado de Alagoas, respaldó al lider del PT al invitar a los electores a "votar por Lula", pues "conoce bien los problemas del pueblo", afirmó el ex presidente.