La investidura de Barack Obama suscitó inmensas esperanzas en todo el mundo pero también dudas frente a la magnitud de los desafíos que le esperan al primer presidente negro de Estados Unidos.
"Nunca vi un día en que la comunidad internacional esperase tanto de la elección de un presidente estadounidense", dijo Madeleine Albright, secretaria de Estado bajo la Presidencia del demócrata Bill Clinton, en resumen de las grandes expectativas que el mundo entero tiene puestas en Barack Obama.
Sin embargo, otras voces advirtieron que es necesario no tener esperanzas "irreales" ya que Obama hereda, a sus 47 años, un país implicado en dos guerras --Irak y Afganistán-- y con una de las más graves crisis económicas de la historia. También deberá enfrentarse a otros desafíos como la lucha contra el calentamiento climático y el conflicto en Medio Oriente.
Inmediatamente después de prestar juramento en Washington, el demócrata Obama recibió las felicitaciones de otros políticos mundiales.
El primer ministro británico, Gordon Brown, se congratuló por "un nuevo capítulo de la historia estadounidense y mundial", mientras que el presidente francés, Nicolas Sarkozy, se declaró "resuelto a trabajar mano a mano" con Obama para "hacer frente juntos a los inmensos desafíos" del mundo.
En cuanto al jefe del gobierno italiano, Silvio Berlusconi, invitó a Obama a "hacer frente juntos a los desafíos actuales: la crisis financiera y la situación en Oriente Medio y en Afganistán".
El presidente de la Comisión Europea, José Manuel Barroso, expresó su deseo de que se profundicen las relaciones entre Washington y la Unión Europea "para tratar los grandes desafíos de nuestra época".
El rey Juan Carlos I de España le envió un telegrama de felicitación y la presidenta chilena, Michelle Bachelet, se congratuló por las "grandes esperanzas" que ha despertado.
Los europeos ya habían expresado su voluntad de trabajar con la nueva administración de Washington antes de que Obama jurara su cargo. Entre los más entusiastas, el jefe del gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, que después de la investidura de Obama juzgó "muy positivo" su discurso de toma de posesión, que mantiene "vivas las esperanzas para lograr un orden internacional más justo".
Pese al total apoyo al nuevo mandatario estadounidense, tanto Francia como Alemania subrayaron que Europa debe seguir teniendo su propio lugar en la escena diplomática. "Francia y Europa seguirán jugando su papel, como acaban de hacer en Gaza", explicó el jefe de la diplomacia francesa, Bernard Kouchner, en referencia a los esfuerzos europeos en favor de un alto el fuego entre Israel y el movimiento islamista palestino Hamas.
En este contexto, el primer ministro israelí, Ehud Olmert, deseó "buena suerte" a Obama y se declaró seguro de que Estados Unidos e Israel serán bajo su Presidencia "socios en la promoción de la paz y la estabilidad en Oriente Medio".
China, por su parte, expresó también sus esperanzas, llamando a Obama a levantar "los obstáculos" que entorpecen la cooperación militar entre Pekín y Washington. La nota escéptica la pusieron Irán y el primer ministro ruso, Vladimir Putin.
El jefe de la diplomacia de Teherán, Manuchehr Mottaki, declaró que el régimen de los ayatolás esperará a ver "las acciones políticas" de Obama para juzgar sus intenciones con respecto a Irán. En cuanto a Putin, este se declaró "profundamente convencido de que las mayores decepciones nacen de grandes esperanzas". Por el contrario, el presidente ucraniano Viktor Yuchenko, destacó "el apoyo de Estados Unidos" a los esfuerzos de su país por entrar en la OTAN, fuente de tensiones con Moscú, y llamó a Obama a continuar por esa vía.
El ministro polaco de Relaciones Exteriores, Radoslaw Sikorski, resumió la gran esperanza con la que el este de Europa mira hacia Obama al saludarle con un " Good luck, Mr. President" (Buena suerte, Señor Presidente). Y el papa Benedicto XVI instó a Obama a que fomente "la paz y la cooperación entre las naciones" en un telegrama enviado el martes por el Vaticano.
Fuente: AFP