Agencias
Nueva York
En lo que va de 2015, un promedio de diez inmigrantes por día murieron ahogados en el Mediterráneo intentando alcanzar las costas europeas. La escalofriante cifra surge de estadísticas dadas a conocer ayer por la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur), que además indicó que cerca de 310 mil “sin papeles” lograron cruzar el mar este año.
Ese número representa un aumento notable respecto de 2014, cuando unas 219 mil personas cruzaron el Mediterráneo en todo el año. Según la Organización Internacional para las Migraciones, la Acnur se queda corta en sus estimaciones: el organismo calcula que los que se lanzaron a las aguas este año fueron 322.914 inmigrantes.
El último naufragio en el Mediterráneo ocurrió anteayer en una zona próxima a las costas de Libia, y causó la muerte de unas 200 personas. Esa tragedia fue precedida por otra ocurrida pocas horas antes, cuando medio centenar de personas fueron encontradas muertas en la bodega de un barco, al perecer por asfixia y por inhalar los gases que emitía el motor de la embarcación.
Sobrevivientes entrevistados por personal de la Acnur relataron que aquellos que habían pagado menos dinero a las mafias que controlan el tránsito de “sin papeles” fueron obligados a viajar en condiciones inhumanas. “Los traficantes les exigían dinero para subir sólo un momento a cubierta y poder respirar”, contó la vocera de la Acnur, Melissa Fleming.
Pero el drama de la inmigración no transcurre sólo en el mar. El fuerte incremento de los flujos migratorios problemáticos también se refleja en la frontera entre Serbia y Hungría, donde se registran unos dos mil cruces diarios de refugiados provenientes de Siria, Irak, Afganistán y Pakistán. Así lo revelaron las principales organizaciones internacionales que prestan ayuda a los recién llegados tanto en los puntos centrales de desembarco, Grecia e Italia, como en su ruta a través de Macedonia, Serbia y Hungría con dirección a los países prósperos del norte y el centro de Europa.
“Esta semana, la policía húngara de fronteras ha interceptado diariamente a más de dos mil personas cruzando la frontera con Serbia”, indicó ayer la Acnur. El récord se registró el miércoles pasado, con la entrada de 3.241 personas, entre ellas 700 niños. La mayoría son refugiados de Siria que se desplazan en grupos de unas 200 personas. Caminando sobre las vías férreas intentan cruzar por debajo de los alambrados de púas instalados con fines disuasivos, mientras continúa la construcción del muro de 175 kilómetros de longitud sobre la línea fronteriza entre ambos países.
“El miedo a que la policía los atrape hace que muchos intenten pasar esas alambradas, sufriendo cortes y otras heridas –explicó Fleming–. Nuestro personal ha visto también que muchas personas llegan en sillas de ruedas empujadas por familiares”. En el primer semestre de este año se presentaron 28 mil peticiones de asilo en Hungría, lo que iguala la cifra total de 2014.
Otro de los países que comienzan a sentir una fuerte presión migratoria es Austria, donde anteayer se descubrieron los cadáveres de 71 inmigrantes muertos en un camión frigorífico abandonado en una autopista. “Esta tragedia demuestra la crueldad de los traficantes de personas que han expandido su negocio desde el Mediterráneo hasta las rutas dentro de Europa”, advirtieron los voceros de la Acnur sobre ese escalofriante hallazgo.