Para Donald Trump la defensa no bastaba, necesitaba también desacreditar. El presidente de Estados Unidos defendió ayer a Brett Kavanaugh, su nominado a la Corte Suprema de Justicia, quien fue acusado de abuso sexual, y atacó a la mujer que formuló la denuncia, la académica Christine Blasey Ford, a la que acusó por no presentar cargos con anterioridad.
“Yo no tengo ninguna duda de que si el ataque contra la doctora Ford fue tan terrible como cuenta, entonces ella o sus padres habrían presentado cargos de manera inmediata con las autoridades locales encargadas del cumplimiento de la ley”, escribió en su cuenta de Twitter. “Los abogados de la izquierda radical quieren que el FBI intervenga ahora. ¿Por qué nadie llamó al FBI hace 36 años?”, agregó, en referencia a la fecha en la que Kavanaugh habría atacado sexualmente a la denunciante.
Y, finalmente, apuntó directamente contra Ford, que fue citada declarar el lunes ante el Comité de Justicia del Senado. “¡Pido que traiga estos cargos para que podamos saber la fecha, la hora y el lugar!”, disparó.
La acusación, que se remonta a la década de 1980, amenaza con abortar la designación del magistrado. En el centro de una intensa batalla política a 40 días de las elecciones de medio término, Kavanaugh, de ser confirmado, se convertirá en una pieza clave en la Corte Suprema, porque conformaría una mayoría de juristas conservadores, que podrían revertir el fallo Roe vs. Wade, que legalizó el aborto. El jurista, además, defiende el derecho a portar armas y rechaza la inmigración sin papeles. “El juez Brett Kavanaugh es un buen hombre, con una reputación intachable, que está siendo atacado por políticos radicales de izquierda que no quieren saber las respuestas, lo único que quieren es destruir y retrasar. No les importan los hechos. Yo tengo que lidiar con esto cada día en Washington D.C.”, aseguró Trump, decidido a no retirar la nominación.
Denuncia. “Cerraron la puerta y subieron la música, para evitar que pudiera pedir ayuda. Kavanaugh se subió encima mío. Ellos reían mientras Kavanaugh intentaba desnudarme. Cuando me tapó la boca con su mano, temí que podría matarme”. Con esas palabras, que incluyó en una carta a la senadora Dianne Feinstein, Ford describió el presunto abuso sufrido. Por ese entonces, la denunciante tenía 15 años y el acusado 17.
Kavanaugh desestimó esa versión. “Niego categóricamente y sin lugar a dudas esta imputación. No hice eso en la secundaria ni en ningún momento”, afirmó. Después de varios días de silencio, las abogadas de Ford afirmaron que su clienta estaba dispuesta a testificar ante los senadores, siempre y cuando se cumpliesen sus condiciones, entre ellas, no permanecer en la misma habitación que el acusado. “Ella ha recibido amenazas de muerte, que han sido denunciadas al FBI, y tuvo que abandonar su hogar junto a su familia”, informaron sus representantes. “Desea testificar, con la condición de que podamos acordar unas condiciones que sean justas y que garanticen su seguridad”, agregaron, al tiempo que descartaron el lunes como la fecha de presentación.
Tendencia. Las redes sociales se inundaron ayer de mensajes de respaldo a Ford y de crítica a Trump. Bajo el hashtag “¿Por qué no denuncié?”, miles de mujeres relataron agresiones y abusos sexuales por los que no formularon cargos. “La primera vez que sucedió, yo tenía 7 años. Le conté a los adultos. Me dijeron: “¡Oh!, es un buen hombre, no tuvo esa intención”. Cuando fui violada a los 15, tan solo lo escribí en mi diario”, publicó en Twitter la actriz Ashley Judd, que se sumó a la campaña viral, que incluyó más de 38 mil mensajes y fue tendencia ayer en Estados Unidos.
Según un sondeo de Ipsos y del diario USA Today, el candidato al máximo tribunal del país enfrenta un rechazo inédito, el más alto desde 1987. El 40% de los consultados rechaza su nominación, mientras que el 31 lo respalda y el resto no tiene una opinión formada.
En tanto, el 55% de los consultados cree que la nominación y la controversia desatada tras la denuncia afectará a los candidatos republicanos en las elecciones de medio término del 7 de noviembre, donde estará en juego el control de la Cámara de Representantes y el Senado.
