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Arrancó la campaña presidencial en Brasil

Comenzaron las campañas electorales de quienes se postularán para ser presidente de Brasil. Lula da Silva, al igual que hace un tiempo, continúa liderando las encuestas sobre Jair Bolsonaro. En total serán 12 candidatos.

Bolsonaro y Lula
Bolsonaro y Lula | Telam

La cuenta regresiva hacia las elecciones generales del 2 de octubre corre desde ayer en Brasil con el comienzo de una campaña. El ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva lidera las encuestas sobre el actual mandatario, Jair Bolsonaro, en medio de una creciente preocupación por la violencia política y las amenazas a la democracia.

Lula, presidente entre 2003 y 2010, empezó a usar un chaleco antibalas para sus apariciones públicas. Tenía previsto dar un discurso en una fábrica de motores, pero la policía le aconsejó suspenderlo por razones de seguridad. Lanzó su séptima candidatura a la presidencia en la planta de Volkswagen de Sao Bernardo do Campo, en las afueras de Sao Paulo, donde se coronó como líder sindical en la década del setenta.

Bolsonaro volvió a visitar la ciudad de Juiz de Fora, donde fue apuñalado por un desquiciado en la campaña de 2018. Fue en moto rodeado de guardias de seguridad y, como Lula, portó también un chaleco antibalas. Pronunció un discurso cargado de declaraciones patrióticas y alusiones a Dios. Apeló como en la campaña anterior a la regla de las tres B: bovinos (ganaderos), balas (cuerpos de seguridad) y Biblia (grupos religiosos).Su esposa, Michelle, invitó al público a rezar el Padre Nuestro.

Video: un ex precandidato presidencial de Brasil no supo responder quién es el presidente de Argentina

Son 12 candidatos, pero los otros están muy rezagados en los sondeos. Lula y Bolsonaro vienen haciendo campaña desde hace meses. Hasta ayer no podían pedir votos ni transmitir anuncios. No se sabe si habrá un debate entre ellos.

A comienzos de este año, partidarios de Bolsonaro rodearon el auto de Lula para insultarlo y, en julio, uno de ellos mató a un funcionario del Partido de los Trabajadores en la ciudad de Foz de Iguacu. En un acto realizado en julio, un hombre detonó un explosivo casero que contenía heces. Un mes antes, en junio, un dron roció a una multitud con un líquido fétido.

Bolsonaro ha permitido a sus simpatizantes adquirir armas y municiones. En varias ocasiones ha comparado las elecciones con la lucha del bien contra el mal y, en el lanzamiento de su candidatura, el 24 de julio, pidió a los suyos que dieran la vida por la libertad. Sus partidarios suelen citar los 580 días de prisión de Lula tras ser declarado culpable de corrupción y lavado de dinero. Esas condenas lo dejaron fuera de la contienda de 2018 y despejaron el camino a Bolsonaro.

Bolsonaro no parece dispuesto a aceptar un resultado adverso. Ha planteado dudas infundadas sobre el sistema de votación electrónico que se utiliza en el país desde 1996. Su insistencia provocó la semana pasada la reacción de cientos de empresas y de más de un millón de brasileños que firmaron cartas exigiendo que se respeten las instituciones democráticas.

El 7 de septiembre, Día de la Independencia, Bolsonaro declaró ante sus partidarios que sólo Dios podía desalojarlo del poder. Preocupa que siga el ejemplo de Donald Trump.

La actividad económica de Brasil creció más de lo esperado en junio

Human Rights Watch dijo que la campaña probablemente sea una prueba crítica para la democracia y el Estado de derecho en el país y en América Latina. 

En materia de encuestas, la consultora IPEC indicó que Lula reúne 44% de las intenciones de voto en la primera vuelta frente a un 32% de Bolsonaro. El Instituto Datafolha colocó el mes pasado a Lula con un 47% y a Bolsonaro con un 29%. De haber segunda vuelta, será el 30 de octubre.

La principal preocupación de los brasileños, según las encuestas, es la situación económica, marcada en los últimos años por altos niveles de desempleo y una alta inflación. En las últimas semanas, Bolsonaro hizo rebajar el precio de los combustibles y aumentar las ayudas sociales.

Según el Tribunal Superior Electoral, de las 26.398 candidaturas registradas, el 49,3% son de personas negras y el 49,1% de personas blancas. El porcentaje de mujeres es alto: 33,4%.

Un dato curioso: el diputado André Janones, precandidato presidencial hasta que se bajó para apoyar a Lula, no supo responder en una entrevista por televisión quién era el presidente de Argentina. “¿Macron?”, aventuró frente al periodista Roberto d’Avila. Luego, consultado sobre otros mandatarios, acertó con Joe Biden, pero no dio pie con bola con el nombre del presidente de China, Xi Jinping.

BL PAR