MODO FONTEVECCHIA
ANÁLISIS DE GOBIERNO

Día 156: De Carlos Milei a Javier Menem

A pesar de sus similitudes en política económica, Menem contaba con un apoyo político del que el actual presidente carece, por lo que Jorge Asís lo definió como “neo menemismo sin PJ”. ¿Estará Milei a la altura del legado que reivindica?

Carlos Menem y Javier Milei
Carlos Menem y Javier Milei | NA

“El 14 de mayo de 1989 se inició una era en la Argentina democrática que seguramente quede en la historia con un término que hoy resuena: la hegemonía de un populismo neoliberal, el primero que tuvo nuestro país tras el triunfo electoral de Carlos Menem, que venció al radical Eduardo Angeloz por 47% a 37%. Hoy se hará un homenaje a ese acontecimiento en Casa Rosada, con la inauguración de un busto del ex presidente. Aprovechamos la doble efeméride para realizar un análisis comparativo del gobierno de Menem y el actual gobierno de Milei”, indicó Jorge Fontevecchia en la apertura en Modo Fontevecchia, por Net TV, Radio Perfil (AM 1190) y Radio Amadeus (FM 91.1) del martes 14 de mayo de 2024.

Hegel escribió sobre el “espíritu de la historia”, una suerte de razón de la historia que hacía que los acontecimientos históricos se movieran en un sentido particular. Marx, en El XVIII brumario de Luis Bonaparte, lo parafrasea diciendo aquello de que “la historia se repite primero como tragedia y luego como farsa”. 

Viniendo a nuestras tierras, tenemos historiadores como Marcelo Diamand, que hablan del péndulo argentino entre modelos económicos productivos, ilustrando la alternancia entre intervencionistas y modelos basados en el libre mercado. Alternancia que el historiador explica por los fracasos de ambos modelos. 

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Todas estas teorías dan cuenta de cierto orden en los acontecimientos: no hay caos, las cosas pasan por algo. Cierta mecánica en la historia que uno sospecha cada vez que ve repetirse escenarios similares protagonizados por distintas personas

La historia sirve para darnos cuenta cuán poco originales somos, pero se repite con cierto grado de distancia, para los más viejos que no se acuerden y los más jóvenes que no lo hayan vivido.

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Milei y Menem en el espejo

Hoy vamos a analizar las similitudes y diferencias de las presidencias y figuras políticas de Carlos Menem y Javier Milei. Asumimos que Javier Milei admira a Menem y desea, de alguna manera, tener un resultado similar al suyo, aunque para mucha gente no fue un buen resultado.

El gobernador riojano ganó las elecciones con un discurso disruptivo y hasta con elementos “de izquierda”, como las consignas de “salariazo y revolución productiva”, consignas que se anunciaban en un famoso spot emitido durante su campaña de 1989. Tanto es así que contó con el apoyo de algunos partidos marxistas, como el Partido Comunista Revolucionario (PCR), de extracción ideológica maoista

Sin embargo, al poco tiempo, el programa de Menem fue radicalmente distinto a lo propuesto: neoliberalismo, privatizaciones, indulto a los militares y apertura a las recetas del Fondo Monetario Internacional. Tal vez la política de mayor impacto fue la convertibilidad.

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El 19 de marzo de 1991, Domingo Cavallo presentaba el plan de convertibilidad del austral. En su discurso anunciaba que  “el austral no se va a poder desvalorizar”.

La paridad peso-dólar, construida con divisas provenientes del endeudamiento externo y de las privatizaciones de las principales empresas estatales, sirvió para construir artificialmente un escenario de previsibilidad que duró diez años. Diez años sin devaluaciones, distintos tipos de cambio, inflación y corridas cambiarias. Alguien compraba un auto, una casa o un electrodoméstico y pagaba por años la misma cuota. 

La apertura de las importaciones destruyó la industria nacional con el consiguiente efecto negativo sobre el empleo. Sin embargo, había un conjunto de sectores que habían conservado sus trabajos, estaban dentro del sistema y en conjunto con las clases acomodadas. Eran los ganadores del modelo. 

La clase media yéndose a Miami o comprando electrodomésticos de última tecnología era una parte de la postal, mientras que la pobreza extrema, las huelgas docentes y el creciente hambre en el conurbano bonaerense y las provincias, que se manifestaba particularmente entre los niños y los jubilados, eran la otra parte. Como “las dos caras de Jano”, dos caras de la misma moneda, dos polos de un mismo modelo. 

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Menem siempre planteaba que, para ganar una elección, era necesario tener una cierta cantidad de votos, no era necesario que te vote todo el país. Entonces, alcanzaba con que sus políticas  beneficiaran a una cierta cantidad de gente, cosa que sucedió. Menem ganó, en 1995, por segunda vez las elecciones, con casi el 50% contra José Octavio Bordón del Frepaso, que obtuvo el 29%. Casi lo duplica en sufragios obtenidos, una ventaja del 21%. El radicalismo había quedado relegado a una tercera fuerza.

La clave del triunfo de Menem fue la estabilización económica. Algunos analistas hablaban del “voto licuadora”. Esa misma estabilización económica que le permitió a Alfonsín con el Plan Austral ganar las elecciones en 1985, cuando logró bajar la inflación de manera drástica. Aquel presidente que logra bajar la inflación de manera drástica es premiado por la sociedad, por lo menos así fue en 1985 post Plan Austral, y en 1991, post Plan de Convertibilidad.

Muchos argentinos habían sacado productos en cuotas y temían que un gobierno de distinto color político terminara con la convertibilidad y se adquieran deudas impagables, por eso se habló de un “voto licuadora”. 

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El economista Lucas Dapena, de la Fundación Mediterránea, donde se originó Domingo Cavallo, sostuvo que “hay una coincidencia ideológica entre Menem y Milei”, pero establece el contrapunto de que, a diferencia del ex presidente riojano, “Milei ganó diciendo lo que iba a hacer”. Por otra parte, Dapena señala que “Menem tenía un partido muy fuerte que lo respaldaba”, lo que “le daba un aval que el presidente Milei no tiene”. “A Menem le costó definir un plan de gobierno inicial, mientras que Milei tiene un plan de gobierno, pero carece del apoyo que tenía Menem”, sintetiza el economista.

En el mismo sentido, Jorge Asís, el periodista y escritor, que además fue embajador de Menem en Europa, escribió hace muy poquito una columna en la que caracteriza al Gobierno de Milei como “neo menemismo sin PJ”, es decir, sin el apoyo del Partido Justicialista.

En aquel momento, Menem tenía la gran mayoría de todos los gobernadores, mayoría absoluta en Diputados y prácticamente mayoría absoluta en el Senado, situación que, obviamente, no tiene Javier Milei, producto de la fragmentación política actual.

En aquellos años, los 80 y los 90 había dos partidos, el radicalismo y el peronismo. Menem, en la reelección compite contra una parte del peronismo. 

Julio Barbaro, militante e histórico dirigente peronista, sostuvo que, económicamente “Menem fue peor que la dictadura”, ya que “la privatización era la forma sofisticada del saqueo”. Además, considera que la idea de “destruir el Estado para agrandar la Nación” era una “idea de la dictadura, que luego expresó Menem y ahora expresa Milei”, y que representa una “carencia de patriotismo”.

En 1989, el ministro menemista Roberto Dromi daba a conocer el primer mandamiento del gobierno menemista: “Nada de lo que deba ser estatal permanecerá en manos del Estado”. Un discurso anti estatista que el presidente continúa con total vigencia. El 31 de octubre de 1991, Menem decretó la desregulación de la economía, con un discurso muy similar al que utiliza Milei para referirse a la casta: “A partir de hoy rompemos la telaraña de un Estado prebendario”, y luego agregaba que “se acabaron las situaciones de privilegio, las prebendas, los negociados”. 

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Es interesante ver quiénes estaban sentados allí junto al presidente en su cadena nacional, cómo era el planteo desde el punto de vista visual. La Casa Rosada, como si fuera la Casa Blanca, con un óvalo y los ministros sentados al costado. A la derecha de Carlos Menem estaba Domingo Cavallo, y a su izquierda un joven José Luis Manzano, hoy empresario y dueño de varias empresas de energía, entre ellas, Edenor. 

Si bien desde el punto de vista económico hay muchas similitudes en sus programas, desde el punto de vista de las personalidades de ambos dirigentes existen diferencias. Carlos Menem era una persona con un gran carisma, que generaba que los demás lo quisieran. Inmediatamente trabada de empatizar con cada una de las personas que interactuaba. 

Sin embargo, las diferencias de personalidad no empañan el aprecio que Milei tiene por Menem. El 6 de diciembre de 2021, Javier Milei decía en una entrevista en La Nación + que “Menem fue el mejor presidente de la democracia”.

Menem y Milei, ¿dos outsiders?

Menem venía de una importante trayectoria política. Había sido dos veces gobernador de La Rioja, tenía una larga data como militante peronista e incluso había estado preso durante la dictadura militar. ¿Era Menem un outsider? Sí, pero no en el sentido de alguien por fuera del sistema político, si no de alguien que estaba por fuera del personal político clásico del área metropolitana

Menem venía de Anillaco, La Rioja, un pequeño pueblo. Con esa impronta enfrentó a la principal figura del PJ, Antonio Cafiero. Se podría decir que, en algún sentido estético, representaba un outsider ante el prolijo Antonio Cafiero, que era todo lo que se consideraba como “políticamente correcto”.

El poder de Milei, el despoder opositor

Milei, por el contrario, viene de ser asesor económico y, prácticamente, un panelista permanente en los medios. Su primer ejercicio del Poder Ejecutivo es ahora, como presidente. Es decir que su experiencia política es casi nula. Tratando de marcar las diferencias, cómo bien decía Jorge Asís, Milei pretende hacer “menemismo sin PJ”, es decir, sin el apoyo y la trayectoria del Partido Justicialista.

Por otro lado, Menem era un dirigente político que lograba alinear a todo el PJ detrás de sí, algo que ni siquiera Néstor y Cristina Kirchner lograron hacer. Veamos, como ejemplo, la oposición que tuvieron del peronismo cordobés, algo que con Menem no ocurrió. Milei, por su parte, creó un partido nuevo y tiene dificultades en varias de sus líneas. 

Menem era un dirigente de mente fría y rara vez se lo vio fuera de su eje, mientras que Milei nos tiene acostumbrados a explosiones de ira y palabras desmedidas contra aliados y adversarios. 

Respecto a los resultados de su política, Menem logró la estabilización macroeconómica y tenía un modelo económico definido, con sus ganadores y perdedores. Falta ver cuál es la viabilidad de la estabilización macroeconómica de Milei. Seguramente el ajuste fiscal en combinación con la recesión tendrá el consecuente desplome de la inflación, cuyo dato de abril se conocerá esta tarde, y probablemente va a indicar una caída más fuerte de lo esperado, pero… ¿Esto alcanzará para que la sociedad se sienta tan satisfecha como se encontró una parte de la sociedad en aquellos comienzos de los 90? ¿Qué pasó con la dolarización? ¿Quiénes serán los ganadores del modelo de Milei, sin contar a los reducidos círculos de las clases acomodadas y, fundamentalmente, el área de las exportaciones?

La bestia que avanza y nadie le presta atención

Menem generó las privatizaciones y la reforma laboral en convivencia con las mayorías de las cúpulas sindicales, mientras que Milei enfrenta a todos los sindicatos. Menem ganó la hegemonía política de Argentina y logró ser un presidente-figura, con cierto aires de farándula, mientras que Milei aún está intentando construir esta hegemonía y es muchas veces ridiculizado

Milei y Menem son dos políticos distintos que van para el mismo lado. Milei, al igual que Menem, se propone una profunda transformación del entramado económico productivo, político y cultural del país. Sus aptitudes personales hacen creer que puede tener problemas para poder imitar a su antecesor y maestro. Sin embargo, la política es el arte de lo posible, y nunca se puede subestimar a un personaje que logró canalizar un sentir popular y se transformó en presidente.

Los funcionarios menemistas de Milei

El hecho de que Martín Menem,  el sobrino del ex presidente, sea parte del equipo del actual presidente también posiciona al gobierno de Milei como una “actualización” del menemismo. “Milei es quien mejor representa las ideas de Menem”, asegura el actual presidente de la Cámara de Diputados. 

En la gestión actual se repite no solo el nombre de Menem, también hay otros nombres que resuenan de aquellos años 90. Cavallo, pese a sus críticas, es una referencia contínua. De hecho, su hija es representante de Argentina en un organismo del exterior. El apellido Mondino también se repite, dado que Guillermo, el hermano de la actual canciller, también fue parte de aquella gestión. Daniel Scioli, que hacía política junto a Carlos Menem, hoy es un virtual viceministro. El ministro del interior, Guillermo Francos, es otro ejemplo de un funcionario menemista reciclado.

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Seduciendo al capital 20 años después

Como Alberto Fernández, que decía no estar de acuerdo con las veinte verdades peronistas, Menem introdujo en la cultura popular otra variación a la doctrina: a instancias de Bernardo Neustadt, decía que la letra de la marcha peronista, que decía “combatiendo al capital”, debía ser cambiada por el “seduciendo al capital”. En algún sentido y por un tiempo, lo logró, y se podría decir también que la influencia de Bernardo Neustadt y su programa era algo equivalente a lo que hoy hace Milei con las redes sociales.

¿Será posible la seducción del capital con el gobierno actual y el estilo hiperbólico de Javier Milei? ¿Deberá ser un “Carlos Milei” para que tenga éxito el “Javier Menem” que está en el gobierno? Por lo pronto, el “que vuelva Carlos” de 2003 puede haber sucedido en diciembre del 2023. Veinte años después veremos cómo termina la aventura y si veinte años después se logra el éxito no que se logró con el gobierno del ex presidente Carlos Menem.

MB FM