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Por 200 millones de dólares

Justin Bieber vendió su catálogo musical: ¿por qué los artistas deciden vender su música?

El artista vendió su música a Hipgnosis Songs Capital. De qué se trata esta tendencia y por qué cada vez más famosos la llevan a cabo.

Justin Bieber
Justin Bieber | Telam

El cantante canadiense Justin Bieber se sumó a la tendencia que es furor entre los artistas de renombre y tomó la decisión de vender su catálogo musical a la compañía Hipgnosis Songs Capital por una cifra que no fue oficialmente revelada pero se estima en unos 200 millones de dólares.

Según informan medios especializados estadounidenses, la operación incluyó los seis álbumes de estudio del intérprete de 28 años, además de sus singles y algunas remezclas.

La empresa que compró el catálogo de Bieber lleva años en esta forma de negocios, no solo en la compra de catálogos sino también en la de los derechos de famosas canciones. La compañía gastó alrededor de 670 millones de dólares solo en el periodo de marzo del 2020 hasta septiembre de 2020 en la adquisición de los derechos de más de 44.000 canciones de Blondie, Rick James, Barry Manilow y Chrissie Hynde, entre otros.

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Además, la misma empresa compró la música de Neil Young, que vendió la mitad de los derechos de su catálogo de canciones por unos 150 millones de dólares y de Shakira, que vendió los derechos de sus 145 canciones.

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Los casos más emblemáticos

Bob Dylan vendió su catálogo entre 300 y 400 millones de dólares al gigante discográfico Universal Music Group, el grupo Imagine Dragons a Concord Music Publishing por más de 100 millones de dólares y la cantante y compositora de Fleetwood Mac, Stevie Nicks, que en noviembre del 2020 vendió el 80% de esos derechos a Primary Wave por 100 millones de dólares.

Hace poco más de un año, el 10 de febrero de 2022, se anunció que el músico británico Sting vendió su catálogo entero al sello Universal Group (UMPG). La operación estuvo valuada en más de 250 millones de dólares e incluyó tanto los temas del cantante en solitario como los que compuso con The Police. El sello discográfico ya controlaba las grabaciones del músico británico y ahora sumó los derechos de sus composiciones. 

"Estoy encantado de que Jody (Gerson, CEO del grupo), y el equipo de UMPG organicen y administren mi catálogo de canciones. Es absolutamente esencial para mí que el trabajo de mi carrera tenga un hogar donde sea valorado y respetado, no solo para conectarme con los fanáticos de toda la vida de nuevas maneras, sino también para presentar mis canciones a nuevas audiencias, músicos y generaciones", había dicho Sting al anunciar esta noticia.

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¿Por qué los artistas venden su música?

La noticia de Justin Bieber sorprendió por tratarse de un artista joven, con un repertorio no demasiado extenso -en comparación con otros que lo vendieron antes.

De todos modos, vender un catálogo musical no es algo nuevo y la explicación se remonta a la desaparición o disminución progresiva de las ventas físicas (cassette, CDs, vinilos), desplazados por las plataformas de música, que era la principal fuente de ingresos para los artistas.

Ahora, los streamings online de canciones no generan suficiente dinero, pues se necesitan cientos de miles de reproducciones mensuales para empezar a generar una cantidad de ingresos decente, y además tardan mucho tiempo en cobrarse.

El ingreso mayoritario de los artistas, hoy en día, está dado por los tours que, se estima, representan el 80% de las ganancias de un músico consagrado. Cuando la pandemia obligó a suspender los shows masivos, artistas como Bob Dylan tomaron la decisión de vender sus catálogos para obtener así una mayor ganancia que no podían obtener por la ausencia de recitales en vivo.

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Además, es un hecho que el touring desgasta mucho físicamente, y artistas grandes como Shakira que ya tiene una familia o Bob Dylan que tiene una edad avanzada prefieren tener una jubilación dorada y fácil que no volver a la carretera otra vez por uno o dos tours más.

En la mayoría de los casos, vender un catálogo discográfico es una forma segura de obtener una suma de dinero imposible de conseguir a través de la venta de discos o de giras.

Cuando un sello, fondo u otras entidades compran el catálogo musical del artista se quedan con el porcentaje de royalties perteneciente al artista en todas las plataformas donde se distribuye su música, el derecho de uso de la canción, ofertas de sync (venderlas para uso comercial) y el merchandising asociado con la marca del artista. 

MVB JL