La esperanza dejó de tener color verde y ahora luce color dorado cripto. La economía argentina en crisis pone constantemente a prueba a los distintos sectores productivos, que reflejan el impacto del proceso de recesión que se instaló y, según consenso generalizado de los expertos, liderará este 2024. Pero ciertamente, los distintos sectores responden de una u otra forma, según sufran la retracción en el consumo.
Eso básicamente, se refleja conforme como la abrupta caída en la demanda pueda impactar a los productores de los distintos bienes, según su mayor o menor elasticidad.
Un reciente informe es contundente al mostrar que los bienes y productos denominados no esenciales, son los que ya están sufriendo el mayor impacto tras la caída en el consumo. Los datos surgen del relevamiento elaborado por la consultora privada Audemus, bajo la dirección de Matías Kulfas, el ex ministro de Producción durante la gestión presidencial de Alberto Fernández, reveló cuál sería el efecto de la recesión y su impacto en cada uno de los sectores productivos del país.
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Lo cierto es que desde el 10 de diciembre pasado, tras la asunción al Gobierno del Presidente Javier Milei, su equipo económico desembarcó para implementar un paquete de medidas diversas que apuntan al objetivo oficial de lograr el tan ansiado déficit fiscal cero. En ese marco, se habla de “motosierra”, terapia de “shock”, ajustes, recortes y “licuadora”, mientras los bolsillos sufren el impacto y los argentinos experimentan maniobras de supervivencia.
La contracción en la demanda impacta más fuerte a ciertos sectores, según revela el análisis desagregado de la consultora. Para comprender esta mayor afectación, es necesario entender que ante una economía con elevados índices de inflación los consumidores cambian sus hábitos de consumo, lo que empuja a ingresar en una fase de recesión.
Esta contracción en el consumo, lleva a que automáticamente se recorte la demanda de aquellos bienes “no esenciales”, los que los economistas llaman bienes elásticos y sobre los cuales los consumidores pueden prescindir de su compra. Consecuentemente, estos productos reflejan una variación en el consumo en función de su precio de venta.
El relevamiento de Audemus, muestra con precisión cuales son los sectores productivos argentinos más sensibles a la recesión y cómo los impacta la abrupta caída en la demanda. El impacto de una economía en recesión con caída en las ventas, lejos de ser el mismo para todos los sectores industriales, provoca efectos disímiles. Por ende las distintas ramas productivas se ven afectadas con mayor o menor intensidad y velocidad de impacto. La explicación es bien sencilla, ante la caída del poder adquisitivo de los salarios los consumidores reajustan su consumo, dejando de comprar ciertos productos que no son esenciales.
La evaluación que hizo Cenital, respecto del informe de Audemus sobre la elasticidad de la producción por rama productiva y la vinculación con el producto nacional, señaló: “El resultado al que llegaron es que existe una fuerte heterogeneidad entre las diferentes actividades económicas a la hora de verse impactadas por el crecimiento económico a nivel general”. Pero, ¿qué significan estos números? Básicamente, la elasticidad que calcularon refleja cuánto aumenta -o cae- la producción de un sector cuando sube un punto el PBI.
Agregaron para ejemplificar que “en el caso de los productos electrónicos (por ejemplo, las televisiones y celulares), por cada punto que aumenta el PBI, la producción de ese sector aumenta en 5,2 puntos porcentuales. En cambio, los sectores que tienen un valor cercano a uno, se mueven más parecido a la economía en su conjunto y los menores a uno tienen una variación menor y casi independiente del PBI”.
Según surge del informe de Andamus, en la zona crítica de mayor impacto se ubican los sectores cuya producción se vincula a la demanda interna de bienes, que no son de consumo necesario para la gente. Es el caso de los bienes de los sectores de electrónicos, automotriz, equipos de transporte, indumentaria, cuero y calzado, construcción, que tienen un impacto más fuerte. Son sectores a los que golpea más duro la contracción en el consumo y su demanda sube en periodos de crecimiento económico.
También reciben el mayor efecto negativo de la recesión, otros sectores de la economía que producen bienes básicamente para abastecer la demanda de empresas. Es el caso de los sectores de maquinaria y equipo, minerales, equipos eléctricos, metales comunes. Estos productos con alta elasticidad, básicamente dependen de las políticas empresariales y estrategias de inversión y construcción.
Otros sectores con menor elasticidad, acercándose a la más baja, son los que miden entre desde el 1.4 el sector agro y bajando, entre ellos la agroindustria, caucho y plástico, refinación de petróleo, sector minero. Estos sectores industriales fundamentan su demanda medianamente sostenida, porque precisamente producen para abastecer bienes básicos, necesarios y de consumo masivo (agroindustria). Pero además por su vinculación con operaciones de exportación necesarias para impulsar la economía de un país (sectores petrolero y minero) y también por ser segmentos que varían según factores climáticos y la cosecha.
Ineslaticidad máxima: alimentos
Entre los sectores productivos relevados, los que mostraron la más baja elasticidad, fueron los sectores tabaco (0.1), químicos y alimentos (ambos con 0.4).
Finalmente el informe de Audemus apuntó que en un panorama optimista, tras la recuperación del sector agro y pasada la sequía de la última campaña, el PBI incluyendo al agro caería 2,8% y en el escenario pesimista, se estima una caída del 4,9%.
