El manuscrito fue recuperado por los investigadores Oscar Brando e Ignacio Gutiérrez a través del Instituto Iberoamericano de Berlín, donde se encontraba puesto que la hija de Roberto Arlt, Mirtha, los vendió en el año 2002.
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Se trata de una obra teatral en la que los protagonistas son "una troupe de alineados" que "escenifican una obra de teatro escrita por uno de ellos para poner a prueba el trabajo y el arte como terapéuticos. Pero el límite frágil entre la locura y la cordura, entre la realidad y la ficción, las lacras personales y sociales hacen añicos la ingenua intención inicial", se lee en la sinopsis de la obra.
A diferencia de Saverio, el cruel, ambientada en un salón burgués, esta representación está ambientada en un hospicio psiquiátrico. "Saverio, el cruel daba vuelta la comedia blanca y lo que tenía que terminar bien terminaba mal. En el juego social entre ricos y pobres, como en la realidad, perdían los pobres", dice el prólogo.
Un adiós a la escritura a mano
La obra, tal como la encontraron, no contaba con un título formal, por lo que Brando y Gutiérrez decidieron respetar la forma en que los alemanes la catalogaron, Ursaverio, a la vez que corrigieron ciertos errores ortográficos.
La edición cuenta con ilustraciones de Pedro Dalton, cantante de las bandas Buenos Muchachos y Chillan las Bestias, poeta, narrador y artista visual.
Los investigadores alemanes Friedhelm Schmidt-Welle y Gregor Wolff destacaron tiempo atrás que en el instituto berlinés hay más de 800 trabajos de Arlt.
VF JL