OPINIóN

Brasil hará un acto recordatorio por el golpe de estado fallido del 8 de enero

Así lo decidió su presidente, Luiz Inácio Lula Da Silva, luego de los hechos que se registraron en 2023 con el asalto a los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial.

Luiz Inácio Lula da Silva, presidente de Brasil
Luiz Inácio Lula da Silva, presidente de Brasil | NA

El presidente Lula da Silva organizó para este lunes un acto recordatorio del 8 de enero de 2023. Ese día, un intento fallido de golpe de Estado, ejecutado por la troupe de Jair Bolsonaro, buscó destronarlo y planificó inclusive el asesinato del titular de la Corte Suprema, Alexandre de Moraes. Para la ceremonia, el gobierno brasileño invitó a más de 500 personas, que se reunirán en el salón de la Cámara de Diputados. Como es lógico, el Supremo Tribunal Federal, órgano máximo de la justicia brasileña, estará presente; y junto a ellos se alinearán tanto el presidente de la Cámara Baja, Arthur Lira, como el líder del Senado Rodrigo Pacheco. 

Nada se ha dicho aún, pero es muy probable que este acontecimiento sea acompañado por manifestaciones populares en la Plaza de los Tres Poderes, aquella que fue blanco precisamente del odio y afán de destrucción de los bolsonaristas, un año atrás. En aquel momento Lula llevaba apenas una semana en el comando del Palacio del Planalto. Fue durante ese domingo infame, que las hordas de extrema derecha violentaron los edificios públicos: la casa de gobierno, el Parlamento y el Palacio de Justicia. Una vez en el interior de estos predios, destruyeron obras de arte, derribaron escritorios y muebles, además de quebrar los enormes ventanales. No dudaron tampoco en robar artefactos, incluso armas antiguas. 

Con todas esa movilización, los bolsonaristas no lograron el objetivo: enganchar a las cúpulas militares para que accionaran el golpe y trajeran de vuelta al ex mandatario Jair Bolsonaro, quien desde el 30 de diciembre se había refugiado en Miami. Tal como sugieren los analistas, a luz de los sucesos se torna comprensible por qué el ex presidente decidió salir de Brasil dos días antes de la asunción de Lula. Es que en caso de fracasar, lo que finalmente ocurrió, tenía que estar lo suficientemente lejos como para escapar de las acusaciones de participación directa en un hecho absolutamente ilegal. 

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Intento de golpe de estado en Brasil

Quizás Bolsonaro cometió un error con elegir las playas de La Florida, donde según se dice tuvo contacto con Donald Trump, con quien mantiene un vínculo ideológico y político. Esto tal vez ayudó a que el presidente norteamericano Joe Biden rápidamente expresara su apoyo a la democracia brasileña y el respeto a los resultados electorales. Con certeza, esa postura de Estados Unidos pesó a la hora de los jefes militares brasileños definirse por la continuidad del nuevo gobierno.

Desde luego, el acto de este lunes, permitirá a Lula dar una “clase política” acerca de los significados del sistema democrático de gobierno. “Es importante que aprendamos una lección con aquel episodio, para poder así fortalecer la democracia”, declaró el líder petista en un audio enviado al sitio UOL y publicado este sábado por la mañana. “De ahora en adelante precisamos tener en cuenta que la democracia exige dar respuestas a los anhelos de la población. Necesitamos garantizar el empleo, el salario, la educación y la salud. En síntesis, tenemos que convencer a la sociedad que es posible a través de la democracia conquistar el bienestar social”.

En el ámbito político, el acto tuvo críticos. Resaltó, por ejemplo, la carta firmada por el ex juez del Lava Jato y actual diputado Sergio Moro; junto a la ex ministra Damares Alves, quien acompañó enfáticamente todos los actos de Bolsonaro; y Rogerio Marinho, el senador que le prestaba la casa de Río de Janeiro al entonces candidato Jair Messias, para que convocara conferencias de prensa. Todos ellos, junto con los legisladores de la oposición, sostienen que “la verdadera defensa de la democracia requiere acciones concretas, no simbolismos vacíos o contradictorios”. En la visión de este extremista sector político, las políticas sociales enunciadas por Lula no son más que elementos insustanciales, ajenos al sistema democrático.