OPINIóN
Liberalismo con mayúscula

Del sesgo binario a la distorsión de la historia y la realidad

Aunque queramos visualizarnos como seres reflexivos, racionales e inteligentes, la verdad es otra; somos seres atosigados por “sesgos y disonancias cognitivas” que afloran y condicionan constantemente nuestro pensar y consecuentemente nuestro mejor ser.

Adam Smith
Adam Smith | Wikipedia.org

Contrariamente a ignorantes infantilismos en boga, el Liberalismo (con mayúscula) impulso el capitalismo junto con la inversión pública en una educación generalizada, exigiendo además con un feminismo temprano, también la inclusión de la mujer; de igual modo y seguramente si hubiera sido esto viable en esa época, también hubiera impulsado una Salud pública inclusiva como efectivamente hicieron sus descendientes.

Respecto a la función del Estado, Adam Smith jamás adscribió a los postulados del marqués de Argenson de "laissez faire, laissez passer" (es incomprensible que la ignorancia digitalizada de la web, aun le siga atribuyendo a Smith esas ideas).

A dónde nos lleva este deficiente sistema de salud

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Por otra parte, su genuina “mano invisible” siempre se reifica en un contexto en el que debería imperar el “espectador imparcial”, la justicia y la “simpatía” (entendible como empatía psicológica y emocional para ubicarnos en la posición del otro), tal como se evidencia claramente en toda su obra.

Como lo señalara Fitzgibbons, la moral y la economía no se ubican en Smith en compartimientos diferentes, sino que se integran en un abarcativo sistema filosófico que incluye también la política y las leyes.

Contra la cartelización, los monopolios y la renta

Smith se opuso firmemente a la cartelización (es raro que se reúnan personas del mismo negocio... y que la conversación no termine en una conspiración contra el público o en alguna estratagema para subir los precios”), a los monopolios (“encarecen los bienes y servicios, y detienen el desarrollo de un país”) y a la renta (“en donde predomina el capital prevalece la industria; en donde prevalece la renta predomina la ociosidad”).

Países ejemplo de un desarrollo económico constante, entendieron todo esto muy tempranamente: como ejemplo, la Ley Sherman Antitrust fue promulgada en Estados Unidos en 1890, prohibiendo todas las conspiraciones que restringieran el comercio.

¿Así es un sistema de salud “robusto”?

Según la Ley Sherman, los acuerdos entre competidores para fijar precios o salarios, manipular licitaciones o asignar clientes, trabajadores o mercados son violaciones criminales. También declara ilegal monopolizar, conspirar para monopolizar o intentar monopolizar un mercado de productos o servicios.

Para esa ley un monopolio ilegal existe, cuando una empresa tiene poder de mercado para un producto o servicio, y ha obtenido o mantenido ese poder de mercado, no a través de la competencia basada en los méritos, sino porque la empresa ha suprimido la competencia al incurrir en una conducta anticompetitiva. Los delitos de monopolización pueden ser procesados criminal o civilmente.

Por ello es totalmente inaceptable que, en la Argentina de hoy, se pretenda justificar o naturalizar la existencia de monopolios (u oligopolios como existen en los Servicios de Salud), sin medidas regulatorias que limiten la emergente asimetría de poder de mercado. Estas circunstancias son creadoras de “fallas de mercado” que no solo existen, sino que además son evidentes para cualquier mortal que solo las quiera observar.

Un sesgo cognitivo binario de grado patológico

También resulta evidente, la predominancia de ignorantes generalizaciones basadas en un sesgo cognitivo binario que alcanza un grado patológico, igualando de algún modo gobiernos mayoritariamente liberales como la social democracia, la democracia cristiana y aun ciertas formas de socialismo, con el comunismo, el fascismo o el nazismo.

Desde una visión Smithoniana genuinamente liberal (TSM 418), es posible aplicar a estas circunstancias presentes ciertos criterios valiosos:

El hombre doctrinario, en cambio, se da ínfulas de muy sabio y está tan fascinado con la supuesta belleza de su proyecto político ideal que no soporta la mínima desviación de ninguna parte del mismo. Pretende aplicarlo por completo y en toda su extensión...

Libertad, tolerancia y sus paradojas

Se imagina que puede organizar a los diferentes miembros de una gran sociedad con la misma desenvoltura con que dispone las piezas en un tablero de ajedrez. No percibe que las piezas del ajedrez carecen de ningún otro principio motriz salvo el que le imprime la mano, y que en el vasto tablero de la sociedad humana cada pieza posee un principio motriz propio, totalmente independiente del que la legislación arbitraria elija imponerle…

Si ambos principios coinciden y actúan en un mismo sentido, el juego de la sociedad humana proseguirá sosegada y armoniosamente y muy probablemente será feliz y próspero. Si son opuestos o distintos, el juego será lastimoso y la sociedad padecerá siempre el máximo grado de desorden.

* Dr. UBA, MBA y Bsc. Profesor e Investigador en Economía de la Salud