El informe ¿Cuánto gasta Argentina en salud? del Ministerio de Salud de la Nación de noviembre 2019 señalaba: “Comparado con otros países de la región, Argentina posee un robusto sistema de salud con buenos indicadores de desempeño. Sin embargo, los resultados están por detrás del potencial del país, considerando que es uno de los países con mayor gasto per cápita y desarrollo humano de la región. (Rubinstein, Zerbino, Cejas, & López, 2018).
No sabemos qué canal de noticias estaba viendo el Sr. ex Ministro para efectuar esta afirmación de robustez y buenos indicadores de desempeño, ya que lamentablemente datos fehacientes demuestran que estaba totalmente equivocado.
Unificando datos según fuentes comunes podemos observar que:
Expectativa de vida al nacer ambos sexos (2021) España 83 años, Chile 79, Uruguay 75, Argentina 75.
Expectativa de vida a los 60 años ambos sexos (2019) España 25,39 años, Chile 24,27, Uruguay 21,67, Argentina 21,11.
Tasa de Mortalidad Infantil menores de 5 años (Por 1.000 nacidos vivos 2021) España 3, Chile 7, Uruguay 6, Argentina 7.
Tasa de Mortalidad Neonatal (Por 1.000 nacidos vivos 2021) España 2, Chile 4, Uruguay 4, Argentina 5.
España constituye un ejemplo de estos indicadores y nuestro caso es el peor de los comparados, nuestros vecinos más cercanos han continuado desde hace años mejorando estructuras prestadoras y aseguradoras y por ende sus indicadores sanitarios.
Frente a esto, nuestro Sistema de Salud no ha podido o quizás solo ha querido cambiar muchas cosas para que nada esencial cambie.
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Mortalidad materna
El punto que ha dominado nuestro ánimo más crítico, lo constituye el problema de la mortalidad materna, no solo porque es mayoritariamente evitable si funcionaran los Sistemas de Salud y Educativos) sino que además y muy especialmente, porque es la prueba más fehaciente de nuestra intención de disimular u ocultar graves falencias.
Como repetimos con tono elevado en nuestros cursos: la mortalidad materna se mide en todos los países del mundo como cantidad de óbitos o muertes por cada 100.000 niños nacidos vivos y no cada 10.000 nacidos vivos como Argentina viene “erróneamente” disimulando hace muchos años. Frente a esta falsedad no es raro que registremos los siguientes resultados:
- Tasa de Mortalidad Materna (Por 100.000 nacidos vivos 2020 UNICEF): España 3,4, Chile 15, Uruguay 19, Argentina 45.
Las muertes maternas en nuestro país son13,23 veces mayores a España, 3 veces mayores a Chile y 2,4 veces mayores a Uruguay.
Alguna respuesta -aunque no la principal -se puede aproximar a partir de este indicador:
- Embarazo adolescente (15 -19 años por cada 1000 mujeres2021WB):
España 6, Chile 24, Uruguay 36, Argentina 39.
El modelo hospitalocéntrico y la agenda farmacéutica
El modelo prestacional hospitalocéntrico multipropósito del siglo XVIII y XIX, como eje de la formación médica y prestación para sectores sin recursos o trabajo formal (una disfrazada noción de caridad), se mantuvo durante todo el siglo XX y continúa absorbiendo -aun en este siglo XXI- una gran porción de los recursos públicos destinados a la atención de la salud.
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Salvo ante urgencias y emergencias, la eficiencia prestacional y económica de este modelo concentrador son muy reducidas, está dominado por la “ley de Roemer” con grandes dificultades de acceso y control (incumplimiento de horarios y asistencia, uso ineficiente de estructuras instaladas, etc.).
Es arcaico, de algún modo injusto y se contrapone a un más robusto y eficiente Modelo de Atención Primaria nominalizada, enfocado hacia la medicina preventiva y detección temprana de patologías, el cual caracteriza a los Sistemas de Salud más exitosos del mundo.
Al mismo tiempo, no debemos olvidar que gran parte de los recursos para la atención de la salud, se distribuyen en función de agendas fijadas por la industria farmacéutica y no por criterios epidemiológicos y sanitaristas objetivos.
Por ejemplo, el Onasemnogén Abeparvovec (conocido como Zolgensma), con un valor de venta comercial de más de US$ 2 millones, fue adquirido por el Ministerio de Salud a un precio de US$ 1,3 millones (más IVA). Pensemos que la FDA recientemente ha aprobado el Apy-treat-adults-hemophilia-b de Behring, el cual tendrá un módico precio de venta de € 3,5 millones.
Frente a esta agenda, los países deberán recorrer senderos alternativos y de imposible recorrido para las mega-farmacéuticas. En lugar de tecnologías coadyuvantes y genéricas que se pretenden imponer a costos siderales, se deberían multiplicar los equipos biotecnológicos y médicos capaces de trabajar en la Edición y Terapia Génica personalizada (CRISPR) para cada patología y paciente.
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Estrategia y táctica
Todas las estructuras de un multifragmentado Sistema formado por resacas de diferentes mareas históricas, deberán revitalizarse de diferentes modos. Creemos que esto ocurrirá ya sea por una acción planificada o como inevitable consecuencia de la no disponibilidad de recursos para su sostenimiento en sus actuales condiciones.
La atención y consulta médica electrónica en tiempo real y la atención física programada, la implementación de historias clínicas centralizadas, recetas, auditorías, autorizaciones electrónicas y el armado de equipos médicos centrales por especialidades, podrían ser complementarios mecanismos transformadores.
Si se decide definitivamente avanzar hacia un Modelo de Atención Primaria, entonces se debería además recapacitar a diferentes especialistas hacia una clínica más abarcativa muy cercana a los pacientes, según grupos relacionados con el diagnóstico (GRD) y normas estrictas de seguimiento personalizado.
Probablemente muchas funciones y cargos deberían desaparecer de los hospitales públicos en grandes ciudades; el control de calidad y certificación de las prestaciones médicas deberían ser la norma y no la excepción.
Recordemos de un modo sintético que la estrategia es un punto de destino, es decir el logro o lugar que pretendemos alcanzar mediante una política, programa o acción. Frente a ello, la táctica implicará la apropiada selección de abordajes, senderos y medios plausibles para efectivamente lograrlo.