OPINIóN
¿Y el Seguro Universal Integrado?

A dónde nos lleva este deficiente sistema de salud

Obras sociales que suspenden servicios en todo el país o no cubren 40 % en medicamentos; prestadores que no cobran los aumentos aprobados; coseguros y otras asimetrías que empeorarán con el DNU de la presidencia. El caso exitoso de Australia con un Seguro Publico Universal.

Los médicos argentinos perciben los salarios más bajos de la región.
Los médicos argentinos perciben los salarios más bajos de la región. | Reperfilar

Habiendo impuesto por décadas una corporativa y clientelista cultura de ineficiencia sistémica disfrazada de “progre”, la Argentina de hoy parece empecinarse tan demagógicamente como la anterior, pero ahora con un infantil “teísmo mercantil” tal como se desprende de algunos cambios propuestos en el articulado del DNU.

Como señaláramos en nuestra anterior columna, el Sistema de Salud está en crisis terminal, por si faltaran mas datos, Swiss Medical no respeta las cláusulas contractuales negándose a cubrir en farmacias el 40 % de descuento en medicamentos recetados, otras instituciones no trasladan los aumentos de cuotas ya percibidos a sus prestadores de Cartilla, ni que hablar de las suspensiones y cortes de servicios a todo lo ancho y largo del Sistema de Obras Sociales.

Ninguno de los actores institucionales formales parece percatarse de la real gravedad de la crisis, algunos hacen hincapié en el cobro de copagos, otros en la posibilidad de seguir recetando por marca comercial en lugar de nombre genérico. 

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Esta práctica de recetar por marca comercial,a dado lugar enalgunos casosa costumbres consideradas en países europeos como delitos(donde la propia industria farmacéutica ha debido reglar taxativamente los códigos EFPIA tratandode ese modo evitar costosos procesos penales).

Sin poder explayarnos en demasía en este espacio, debemos recordar que los servicios de salud se identifican por las largamente estudiadas “fallas de mercado”, en las cuales se registran indefectiblemente cinco características muy particulares:

 

  • Marcada presencia de oligopolios y/o monopsonios.
  • Existencia de externalidades.
  • Confusa demarcación de derechos de propiedad.
  • Bienes Públicos.
  • Amplia asimetría de información y poder de mercado.

Un Seguro Universal de Salud

Como hemos repetido infructuosamente, es necesario incorporar “toneladas” de eficiencia técnica y económicaen todas las instituciones publicas y/o mercantiles que operan también en este ámbito, pero ante todo y como lo han sabido priorizar los países más avanzados,un amplio sentido de eficiencia social mediante un Seguro Universal de Salud.

Cuando hace algunos años colaboramos junto a muchos otros en la elaboración de la Ley 26.682 de Medicina Prepaga, pretendimos que -aunque imperfecto -este podría ser un camino intermedio para avanzar hacia un Seguro Universal integrado. 

Sin embargo, el tiempo y los cambios instrumentados antes y más ahora, demostraron que los oligopolios son más poderosos intentando y desde luego logrando torpedear cualquier intento regulatorio racional y universal que limite las evidentes asimetrías entre un asegurado y los aseguradores.

A partir del DNU queda abierta la posibilidad de fijar cualquier valor de cuota, con un crowdingout que deja a miles de personas imposibilitados de cambiar de cobertura, debido a enfermedades preexistentes, edades, etc. y en la encrucijada de pagar o perder la cobertura, lo cual impactará también en el gasto público.

La pretensión pareciera ser, volver a los contratos de adhesión con las famosas “clausulas depredatorias de letra chica” como: “exclusión de enfermedades preexistentes conocidas o no”, “exclusión de enfermedades congénitas” y de cualquier otra cosa que no sea conveniente cubrir.

¿Hacia dónde deberemos ir?


Es evidente que ante todas estas circunstancias el Sistema de Salud debe ser cambiado, no hay ninguna justificación económica ni social para seguir con las actuales estructuras y procesos. La pregunta evidente resulta entonces ¿hacia dónde y cómo? 

Según estadísticas comparadas de algunos países desarrollados a los cuales quisiéramos en varias cosas parecernos, en uno es observable la ineficiencia y los malos resultados obtenidos (después de Argentina):

Expectativa de vida al nacer ambos sexos: Argentina 77,98 años, USA 79,74 años, Australia 83,73 años, España 84,05 años.
Mortalidad infantil menores de 1 año por cada 1000 niños nacidos vivos: Argentina 5, USA 5, Australia 3, España 2.
Mortalidad infantil menores de 5 años por cada 1000 niños nacidos vivos: Argentina 7, USA 6, Australia 4, España 3.
Mortalidad Materna por cada 100.000 niños nacidos vivos: Argentina 45, USA 21, Australia 3, España 3.
Gasto en Salud como % del PIB (2020): Argentina 9,98%, USA 18,82%, Australia 10,65%, España 10,71%.

No hay duda de que los Sistemas de Salud mixtos o fragmentarios son los que obtienen los peores resultados en todas las dimensiones. Frente a ellos, los Sistemas de Salud de cobertura Universal, con algunos de los modelos de complementación público -privada, son los que logran los mejores resultados tanto en términos sanitarios como de eficiencia económica. 

¿Cómo se cambia?

En anteriores columnas nos hemos referido reiteradamente a esta cuestión: “La construcción de un caso a favor del cambio, debe ser un esfuerzo para la difusión y participación, comprometiendo a los múltiples actores sociales relevantes involucrados o potencialmente afectados (stakeholders) en torno a una serie mínima de criterios objetivos, como disparadores de esta necesidad de cambio.”

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“Una reformulación estratégica del Sistema de Salud debe entonces repensar el modo en que las organizaciones y estructuras institucionales deberían verse, para ello deberíamos visualizar modelos internacionales exitosos que merecen ser emulados en aspectos de financiación, aseguramiento, estructuras prestacionales, innovación tecnológica y desarrollo productivo.”

Frente a esta necesidad, es importante remarcar que la principal economía mundial no lo ha logrado, los poderosos intereses creados y la particular característica de “bien negativo” de la salud (que solo es valorado en plenitud cuando se pierde), han permitido introducir solo cambios marginales en algunos Estados de la Unión.

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Sin embargo, Australia con un Seguro Publico Universal (Medicare), sólida Atención Primaria, Seguros privados complementarios y excelentes indicadores, ha elevado nuevamente la vara de sus pretensiones, estableciendo en el programa 2020-2025 seis objetivos clave: 

  • Empoderar a las personas a través de la alfabetización sanitaria, capacitándolas para gestionar mejor su salud y colaborar con los servicios de atención.
  • Reducir la carga de las enfermedades crónicas y mejorar la calidad de vida de las personas.
  • Retribución y pago de servicios en función al valor efectivamente entregado y resultados obtenidos, permitiendo formas más flexibles para el pago de servicios de salud.
  • Planificación y financiación conjuntas entre los diferentes niveles de gobierno (Central y Estaduales). 
  • Integración total de datos clínicos como respaldo a mejores decisiones de salud.
  • Evaluación centralizada de tecnologías sanitarias a nivel nacional, para lograr una atención segura, eficaz y asequible.

Con nuestros ya casi 50 % de pobres, una clase media con serios problemas y escaso acceso a servicios de salud de calidad en tiempo y forma, las circunstancias aquí apremian.

A hombres brillantes como el Dr. Ramon Carrillo y el Dr. Aldo Neri no se lo permitieron, ¿podrá la renovada llegada de los Reyes Magos ayudar a encarar uncambio virtuoso del Sistema? 

Una cosa parece probable: si esto no es encarado, la explosión esperada hará más difícil recomponer los fragmentos que eventualmente de este Sistema sobrevivan.

* Dr. UBA, MBA y Bsc. Profesor e Investigador en Economía de la Salud.