OPINIóN
Votar o no votar

La resignación es nuestro mayor enemigo

Las elecciones son el acto ciudadano más trascendental. En ellas se definen valores morales y culturales, la política futura y la economía. No yendo a votar no recompondremos a nuestra querida Argentina.

Voto Bronca
Voto bronca es lo mas representativo de Milei | Redes

“No me convence ninguno”. “Prefiero viajar 500 km que ir a votar”. “Son todos iguales”. “¿Para qué voy a votar si nunca cambia nada?”. “Mi voto no influye”. Todos hemos escuchado esta clase de frases cada vez que se avecinan las elecciones. Millones de argentinos votan en blanco, generan un voto nulo o ni siquiera se presentan en las escuelas donde se celebra la democracia. Y esto es un gran problema. 

Está claro que la responsabilidad ciudadana debe darse todos los días del año, independientemente de si se trata de un año electoral o no. No obstante, las elecciones son, justamente, el acto ciudadano más trascendental de todos. Es el momento donde se define el futuro del país y el de cada uno de los argentinos: qué tipo de políticas serán llevadas a cabo por nuestros representantes, qué economía tendremos y, sobre todo, cuáles son los valores morales y culturales que adoptaremos durante los próximos cuatro años (como mínimo). 

No es lo mismo que tu motor principal sea el resentimiento a que lo sea la meritocracia. En otras palabras, no es comparable un gobierno que promueve la redistribución de la riqueza y la justicia social para hacernos más pobres a todos – excepto a los gobernantes – a otro que respeta la libertad de sus ciudadanos y crea las condiciones adecuadas para el crecimiento de cada uno de ellos. 

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Varios suelen decir que en política están “los mismos de siempre”. Sin embargo, yo me pregunto si los ciudadanos también somos los mismos de siempre. O de lo contrario si, finalmente, cambiaremos para mejor. En definitiva, somos nosotros los que elegimos a los mismos de siempre y exigimos las mismas soluciones mágicas, además de que no solemos aportar lo que se necesita. Europa tuvo que levantarse con el esfuerzo de todos tras dos guerras mundiales y Japón superar la tragedia de las bombas atómicas. 

En la actualidad, ambos están mucho mejor que nosotros. Los argentinos no tuvimos que enfrentar nada similar, mas nuestra condena se encuentra en lo ideológico y cultural. Por lo tanto, podemos decir que no haber dado la batalla cultural para salvar las bases que formaron nuestra nación nos llevó a consecuencias peores que cualquier guerra.

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Es cierto que, también, es muy complicado pedirle a la ciudadanía que forme parte de este gran esfuerzo para cambiar la Argentina porque la mayoría de los políticos nos han mentido y desilusionado. No obstante, creo que es fundamental comprender que esta nación es nuestra, no de los políticos. Y que ese esfuerzo puede valer la pena. 

Macri no cumplió con las expectativas de mucha gente, sin embargo, hay que preguntarse lo siguiente: ¿derrotar al narcotráfico y disminuir la inseguridad no valieron la pena? ¿Habernos abierto al mundo y creado nuevos mercados fue en vano? ¿Habernos empoderado como ciudadanos en las marchas por la república y la libertad, así como retomar ese sentimiento patriótico no tuvo sentido? No todo habrá salido como queríamos – aunque en cuatro años es imposible de lograr, claro está – pero, sin lugar a dudas, ese periodo presidencial nos demostró que un país distinto es posible. No nos desanimemos. 

En estas elecciones tenemos un arco bastante amplio para elegir. Démonos otra oportunidad como argentinos. 

 

La resignación es nuestro mayor enemigo

Necesitaremos mucho tiempo para recomponer a nuestra querida Argentina de todo lo que le pasa. De lo que nos pasa. Será difícil, mas existe una gran certeza en todo esto: no yendo a votar no lo vamos a solucionar, todo lo contrario, contribuiremos con el problema. 
Uno tiene todo el derecho del mundo a estar enojado. 

A estar desilusionado. A estar cansado. Sin embargo, si nos quedamos solamente con esa postura no haremos más que dañarnos a nosotros mismos y a los demás argentinos. Hay que ir a votar; es la única manera de defender nuestro país. Si ninguno te convence del todo, al menos podrías votar al que más se acerca a tus ideales y/o al que tenga más posibilidades de ganar para cambiar de rumbo, porque el actual no se aguanta más.

No podemos seguir viviendo con una inflación de más del 100%, con la mayoría de la población en situación vulnerable o bajo la línea de la pobreza, jubilados y niños con hambre, cada vez más gente durmiendo en la calle y tantas desgracias más. Definitivamente, la continuidad de este gobierno - es decir, los candidatos Massa y Grabois – no la podemos permitir. 

Ya sabemos que todos aquellos que viven de nuestros impuestos van a ir a votar porque necesitan que este modelo continúe. Por lo tanto, como andan diciendo por las redes sociales, si vivís de tu trabajo y de tu esfuerzo, andá a votar en estas elecciones. Seamos parte de la solución; la resignación es nuestro peor enemigo.