En las elecciones presidenciales del 2015 Mauricio Macri no era el favorito a quedarse con el sillón de Rivadavia. Sin embargo, debido tal vez a la necesidad de un cambio de rumbo en lo económico, logró hacerse de la Presidencia de la Nación. El cambio de rumbo necesario se pensó que era claro, hacer todo lo contrario a lo que había hecho la administración anterior.
Liberar la cuenta financiera del balance de pagos, comprometerse con bajar la inflación y una diplomacia internacional serían suficiente para que vinieran las inversiones y el país prosperase. Ese parecía el plan, ‘ahora llegamos nosotros que somos distintos a los anteriores y se resuelve’. La subestimación de los problemas heredados y la sobrestimación de las capacidades fue quizás el peor pecado del gobierno actual.
En el debate presidencial no se supo qué medidas económicas tomarían Fernández ni Macri
El resultado es harto conocido. Inflación sensiblemente más alta y mayor pobreza pero con una macroeconomía un poco más saneada, algo que es relevante para los economistas pero que el votante quizás no percibe o no le interesa.
Cuando uno analiza las propuestas del posible próximo presidente de los argentinos, no parecen muy alejadas de recetas mágicas. Otra vez hay que cambiar de rumbo: ¿economía orientada a un mercado doméstico fuerte y fomento de las exportaciones? Difícil, para uno es necesario que suban los salarios y para el otro que bajen.
La inflación se encuentra en niveles altos. No hay fuentes de financiamiento de un déficit primario que es necesario cerrar para no apelar a la emisión de dinero, pero que al hacerlo se puede ralentizar la recuperación de la actividad. El desempleo es elevado pero una magra recuperación de la actividad difícilmente lo revierta a valores razonables.
¿Roberto Lavagna ya es parte del Frente de Todos?
La devolución de US$ 174.000 millones en los próximos 4 años y el problema de una política monetaria que genera un taxi de intereses no son temas sencillos de resolver y no se escuchan propuestas concretas sobre su resolución.
Muchos problemas apremian y están en un nivel ya crítico que necesitan solución rápidamente. Mientras tanto, el espacio de Alberto Fernández está inmiscuido en la formación del gabinete que podría ser de amplio espectro. Nuevamente vemos que no hay un diagnóstico integral de lo que sucede con el país, no hay consciencia de que nuestro costo laboral unitario es 20% más elevado que en el resto de la región, que el coeficiente de importaciones a PBI sube secularmente y que las exportaciones no acompañan.
Post debate | En medio de una economía muy dañada y con un FMI en retirada
La necesidad de reactivar la economía en el corto plazo, primeros 120 días de mandato, es crucial para que tenga éxito el próximo gobierno. Caso contrario, será difícil sostener un candidato que alimentó las expectativas y tomó prestado una buena parte de los votos. La demanda social podría verse frustrada fácilmente. Empieza a aparecer la duda de si no estamos nuevamente ante una subestimación del problema y sobreestimación de las capacidades del gobierno entrante.