OPINIóN
Análisis

El debate sobre las ideas de la libertad

A las viejas luchas de las conquistas de las libertades civiles políticas se agregó un nuevo desafío en la evolución del pensamiento y su realización concreta el tener que superar el conflicto entre los valores de la libertad y de la igualdad.

Sarmiento y Alberdi
Sarmiento y Alberdi | Cedoc

La historia argentina nos enseña que, cada vez que el país entra en crisis política o económica, emerge con fuerza el debate sobre las ideas de la libertad y nuevamente el liberalismo es centro de discusión, no solo en los ámbitos académicos, sino también en la disputa política electoral.

En la historia del pensamiento político occidental observamos una positiva evolución de la filosofía liberal. Desde Locke, Adam Smith, Montesquieu, Tocqueville, Kant, Stuart Mill, entre nosotros Echeverría, Alberdi y Sarmiento primero y luego Popper, von Mises, Hayek, Raymond Aron y Dahrendorf, entre otros, después, surgió una continua interpretación de la sociedad, en la cual todos sus miembros tienen igual libertad para realizar sus capacidades.

Adónde está la libertad

Estos pensadores liberales han tratado de combinar la libertad de mercado con la libertad del desarrollo de la propia personalidad y han intentado subordinar la primera a la segunda, siempre teniendo como eje fundamental el principio ético clave del liberalismo, la libertad del hombre y de la mujer para realizarse en plenitud. Al mismo tiempo la extensión de la idea de libertad a la democracia. Así como han demostrado que no solo no existía incompatibilidad alguna entre el liberalismo y la democracia, sino que existe una interdependencia tal que no puede subsistir una sin la otra.

Este itinerario, que dio origen a las revoluciones: Inglesa, Americana y la Francesa y a los que lógicamente debemos nuestra organización política, muchas de las teorías de los pensadores se llevaron a la práctica, generando un principio de legitimidad que la noción de libertad, de la cual procede el liberalismo, responde en los tres países que más contribuyeron a su difusión, a una concepción del hombre única: la de un individuo que es al mismo tiempo fuente de sus derechos y fin de todas las instituciones políticas y sociales.

Populismo de derecha

Es una construcción que tiene dos caras: la sociedad civil, por un lado, libre para el desarrollo del individuo en oposición al gobierno y por otro lado el Estado, depositario de la voluntad general y garante político de la libertad individual.

A las viejas luchas de las conquistas de las libertades civiles políticas se agregó un nuevo desafío en la evolución del pensamiento y su realización concreta el tener que superar el conflicto entre los valores de la libertad y de la igualdad.

Por ser un sistema abierto y no apoyarse en una ortodoxia determinada, es una filosofía que cree en la relatividad de las verdades y que está dispuesta a rectificar el error y someter siempre las ideas y las convicciones a la prueba de la realidad apuntando al mejoramiento de la sociedad, por ello, por su naturaleza misma, está en constante evolución, se moderniza y perfecciona con los avances del conocimiento, las tecnologías y la experiencia.

La libertad: un bien preciado

Es entonces cuando el relato populista se queda sin argumentos o la demagogia sin financiamiento las ideas de la libertad resurgen con fuerza luchando contra los falsos ideólogos y las anacrónicas ideologías totalitarias, como dice Georges Burdeau, “estas pueden prescindir del hombre, puesto que lo fabrican. El liberalismo no puede hacerlo porque se construye a partir del hombre. Precisamente por ello la verdad del liberalismo no está en la teoría, está en el hombre”. Por eso, la idea de libertad resurge cuando la sociedad agobiada, empobrecida reclama pidiendo un cambio y grita con fuerza la necesidad de liberarse.

 

* Oscar Moscariello. Politólogo. Sec. General del PDP. Exembajador en Portugal.