Francisco Ruoti es un hombre con dinero y poder. Fue candidato a diputado provincial en Tucumán, y hasta llegó a formar una sociedad comercial con un sobrino del ex gobernador José Alperovich. En los últimos meses abandonó su residencia en Villa Mariano Moreno para instalarse en la ciudad de Yerba Buena, una zona residencial cercana a la capital provincial.
Ruoti fue detenido en la provincia de Santiago del Estero, cuando trasladaba más de cincuenta kilos de cocaína. En Tucumán vivía con su mujer y sus dos hijos en una casa que sobresale del resto y que se oculta detrás de un imponente muro de más de tres metros de alto, que cuenta con una cámara de seguridad domo 360 en la puerta principal.
La casa está ubicada en la calle Jorge Luis Borges al 2800. Allí, el empresario y ex candidato escondía 500 mil dólares y más de 320 mil pesos. Lo que se sospecha es que ese dinero provendría de actividades ilícitas vinculadas a una importante organización narco que distribuía droga en distintos puntos del país.
Los investigadores creen que Ruoti sería responsable del envío de más de mil kilos de cocaína, cuyo valor se estima en más de 130 millones de pesos. La sustancia que trasladaba en un auto cuando fue interceptado por la policía en El Zanjón habría sido adquirida en la localidad salteña de Orán, una de las principales rutas de ingreso de droga a nuestro país, para ser comercializada en Buenos Aires y Córdoba.
Según fuentes policiales, el empresario de 38 años fue detenido el pasado viernes 6 de octubre junto a dos supuestos cómplices: Julio Argañaraz (41) y Juan José Romano (22).
Amigo del poder. Francisco Ruoti no es un hombre de la política, aunque hace seis años su nombre apareció en el cuarto lugar de la lista de candidatos a diputados provinciales por el partido Comunidad Organizada.
Su aparición podría entenderse a partir de una sociedad comercial que fundó en 2009 con Guillermo Daniel Rojkés, sobrino del ex gobernador José Alperovich.
La compañía, llamada RyR, se formó para la venta de artículos para el hogar. Pero no duró demasiado: seis meses después fue dada de baja.
Dos años antes, el empresario acusado por narco había creado otra firma: RumacNor SRL, una sociedad que tenía como actividad principal el préstamo de dinero, la venta de inmuebles y la exportación de mercaderías.
Pese a la vinculación comercial con un familiar del ex gobernador, el juez federal a cargo de la causa, Guillermo Molinari, se encargó de aclarar que no existen elementos de prueba contra la familia del ex gobernador. “No hay detenidos de apellido Alperovich, y en la causa tampoco aparecen por ahora vinculaciones con la familia del ex gobernador. De todas maneras estamos en plena investigación”, aseguró el magistrado, en diálogo con el diario La Gaceta.
Los investigadores del caso destacaron también que Ruoti no tiene antecedentes de ningún tipo ni aparece en otras causas por narcotráfico de la zona.
Para los detectives, la organización estaría prácticamente desarticulada. “Siempre se busca tener un final como éste, pero no siempre se da. En esta oportunidad se comenzó desde muy abajo, y con la detención del cabecilla de la banda logramos desarticular a toda la organización. Todos los eslabones quedaron claros”, detalló el fiscal federal de Santiago del Estero Pedro Simón.
De acuerdo con fuentes citadas por La Gaceta, los hombres que acompañaban a Ruoti en el auto cuando fue detenido “no tendrían ninguna responsabilidad en el manejo de la organización” y “su función habría sido la de trasladar la droga únicamente”. Distinta es la situación de Ruoti, que figura en la primera línea de la banda.
Los otros vecinos ‘ilustres’
La localidad de Yerba Buena, ubicada a pocos minutos de la capital provincial, es el lugar ideal para descansar del ruido y el caos de la gran ciudad. Pero también, un destino común de otros personajes vinculados al narcotráfico de la zona.
Allí fue detenida Carla Sánchez. “La Jefa” vivía en un country de la ciudad y fue condenada por liderar una organización narco con ramificaciones fuera de la provincia. Estuvo varios meses prófuga, hasta que fue ubicada y detenida.
Otro capo narco es
Luis “el Gordo Vaca” Vega. Se instaló en una casa del barrio Las Acacias, donde se lo recuerda por las fiestas que organizaba.
Según un investigador consultado por La Gaceta, Yerba Buena es una ciudad ideal para esconderse porque “nadie se mete con nadie”.