Un crimen conmocionó la localidad bonaerense de Longchamps, en el partido de Almirante Brown, a fines de mayo. La enfermera Marcela Coronel, de 33 años, apreció muerta, envuelta en una frazada, dentro de su casa. Por el crimen están detenidos desde este fin de semana su marido, Gabriel Guevara (24), y el hermano de éste, Pablo (26).
Gracias a las imágenes de las cámaras de seguridad de la zona se empezó a sospechar que Pablo estaba detrás del asesinato. Pero además fue el padre de ambos hermanos, Daniel Guevara, quien le brindó detalles a la policía para que se realizara el arresto.
El hombre declaró el sábado entre las 11 y las 17 horas tras lo cual las autoridades procedieron a arrestar a su hijo Pablo, quien además apareció en una cámara de seguridad llevando en brazos a su sobrina el día del crimen. La nena fue encontrada sola en una plaza en las calles de Burzaco y fue gracias a ese hallazgo que luego la policía se dirigió a la casa donde descubrieron el cuerpo de la enfermera.
"Estoy seguro que mi hijo Pablo la mató", afirmó el padre de los acusados en declaraciones televisivas esta mañana. Consultado por el móvil del crimen, precisó: "Para mí fue a robarle al hermano y la encontró a ella en la casa. Para mi ella volvió de comprar y cuando volvió estaba ahí. Aprovechó que la vio que se fue y entró". "Tenía problemas familiares y necesitaba plata", remarcó.
Otra de las razones que lo hacían sospechar de Pablo es que él sabía que ese día otra de sus hijas, la que se encargaba de cuidar a la nena cuando los padres se iban, tuvo que ir a trabajar por lo que no se quedó con su sobrina.
Por otro lado, Daniel defendió la inocencia de su otro hijo, Gabriel: "A esa hora estaba trabajando". "Conozco a mis hijos, tuve 11", argumentó. "Gabriel es inocente para mí", insistió ante las preguntas de la prensa, aunque la madre de ellos precisó que si bien sospechan de Pablo no creen que perpetrara el crimen solo.
Según el reato de Daniel, el único dinero que faltaba en la casa de Marcela y Gabriel eran los 5 mil pesos que habían separado para el alquiler. "No saben lo difícil que fue esto para mí, lo llevé de la oreja. Y sabés que feo que te digan cuando te allanan la casa que el oficial te dé la mano y te diga 'gracias por haber ayudado en la investigación'".
