Giro en el caso del crimen del country: detuvieron a la empleada doméstica y es la principal acusada

Después de un intenso mes de investigación, la causa por el crimen del country La Delfina, en Pilar, dio un giro y detuvieron a la primera sospechosa relacionada al asesinato de Roberto Eduardo Wolfenson (71). Se trata de su empleada doméstica, quien está siendo investigada como la principal acusada del homicidio.

La mujer fue detenida en su casa por la Dirección Departamental de Investigación (DDI) de Pilar, en un allanamiento que duro alrededor de dos horas en la medianoche del viernes. Durante el procedimiento, se encontró un parlante bluetooth, que fue reconocido por la viuda de la víctima. De esta manera, el móvil del crimen habría sido el de robo.

Identificada como Rosalía Soledad Paniagua, la empleada había comenzado a trabajar para el ingeniero electrónico poco más de un mes antes del crimen, como suplencia de la titular. Ese reemplazo terminaba, justamente, el día en que se cree que se cometió el homicidio.

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Si bien el hallazgo del parlante de Wolfenson en la casa de Paniagua es una evidencia incriminatoria, no es el único indicio que tiene el fiscal Germán Camafreitas para apuntar contra la sospechosa. El expediente también incluye material de cámaras de seguridad, rastreo de celulares y comunicaciones que comprometen a la empleada doméstica.

Estos últimos datos fueron recopilados por la Fiscalía de Cibercrimen del departamento judicial de San Isidro, bajo la supervisión del fiscal Alejandro Musso, en coordinación con la fiscalía general a cargo de John Broyad.

Cronología del crimen en Pilar: la empleada es la última que declaró ver a Wolfenson con vida

Para comprender cómo se llegó a la detención de la empleada doméstica, es esencial repasar algunos detalles de la cronología del crimen. Wolfenson, ingeniero electrónico de 71 años, vivía junto a su esposa, Graciela Orlandi, en una casa ubicada en el lote 397 del barrio La Delfina de Pilar. Durante la semana del 19 de febrero, cuando ocurrió el crimen, Orlandi se encontraba de viaje en la costa junto a su hija, dejando a su esposo solo en la residencia.

En esos días, el jubilado solamente recibió la visita de la empleada doméstica suplente. El jueves 22 de febrero sería el último día de la mujer trabajando en el hogar de Wolfenson, ya que la titular regresaría al trabajo el lunes siguiente. Justamente, ese jueves es el día en que se cree que el ingeniero fue asesinado.

Según los investigadores, existen varias pistas para considerar que aquella fue la fecha en que se cometió el homicidio. Wolfenson era habitual en el uso de su teléfono, enviando mensajes, revisando correos electrónicos y navegando por internet. Sin embargo, su dispositivo móvil dejó de emitir señal ese jueves alrededor de las 14:20, sin volver a ser utilizado posteriormente, lo cual resultaba altamente inusual

A su vez, el ingeniero no asistió a su clase de gimnasia programada para las 19 del jueves, sin haber dado aviso previo. Cuando sus amigos le escribieron al teléfono, los mensajes no le llegaron. Tampoco atendió ninguna llamada durante el resto del jueves, mucho menos el viernes.

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Otro dato relevante es que cuando el cuerpo de Wolfenson fue descubierto el viernes alrededor de las 17 por su profesor de piano y un guardia de seguridad, el hombre aún vestía la misma indumentaria que llevaba puesta desde la mañana del jueves. Estos elementos llevan a los fiscales a creer firmemente que el homicidio tuvo lugar el jueves.

A pesar de estas consideraciones, la autopsia realizada al cadáver indicó que el momento de la muerte se ubicaba entre las 13 y las 16 horas del viernes. No obstante, para los investigadores, este dato no es determinante, ya que la precisión en la datación de una muerte puede ser variable.

“En el expediente hay prueba irrefutable de que el homicidio se produjo el jueves, más allá de lo que señaló la autopsia”, explican desde la investigación.

Las principales pistas que apuntan hacia la empleada en el crimen de Pilar

Uno de los factores principales que prendieron alarmas entre los investigadores es que Paniagua fue la última persona que declaró haber visto con vida a Wolfenson. La empleada sostuvo, en calidad de testigo, que abandonó el country ese jueves alrededor de las 14 y se trasladó en autobús hasta la estación de trenes de Derqui.

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Una cámara de seguridad de la empresa Trenes Argentinos captó a la empleada sustituta en primer plano mientras manipulaba un objeto, cuya naturaleza se mantiene reservada en el expediente, pero que los fiscales consideran que es un dato inequívoco de su participación.

En este sentido, el seguimiento de los celulares realizado por el equipo de investigación liderado por Musso también complicó la situación de la empleada doméstica Paniagua. Aunque los detalles específicos permanecen bajo reserva en el expediente, fuentes cercanas a la investigación revelaron que el recorrido trazado en base al movimiento de su celular durante el día del crimen la sitúa como sospechosa.

Durante las próximas horas, Paniagua será sometida a interrogatorio y se le presentarán todas las pruebas recolectadas hasta el momento en su contra. Paralelamente, persiste la incógnita sobre si la mujer actuó sola en el presunto asesinato de Wolfenson, un interrogante que las autoridades judiciales continúan investigando.

RV / LT / Gi